Guerra en Ucrania
Niebla y lluvia: las aliadas de Rusia ante los drones ucranianos en el frente
Estos fenómenos meteorológicos que traen las bajas temperaturas son aprovechados por los soldados rusos como escudo para infiltrarse y obligan a Ucrania a reducir drásticamente el uso de drones aéreos

La densa niebla y las fuertes lluvias están permitiendo a las tropas rusas intensificar la presión en el este y el sur de Ucrania mientras Moscú ignora por completo los esfuerzos diplomáticos por la paz. «El tiempo es un problema. Los drones vuelan menos y los rusos están aprovechando su superioridad numérica», reconoció este viernes Víktor Tregúbov, portavoz de las Fuerzas de Defensa Conjuntas de Ucrania.
Tregúbov admitió que las fuerzas rusas han logrado avances recientes dentro de la ciudad de Vóchansk, localidad fronteriza sitiada desde hace año y medio. Con la población reducida prácticamente a escombros por los bombardeos masivos, los defensores ucranianos disponen de cada vez menos lugares donde atrincherarse.
Al mismo tiempo, más soldados rusos -que atacan a pie, en grupos muy reducidos o incluso individualmente- consiguen infiltrarse y acumularse progresivamente, usando la niebla y la lluvia como escudo frente a los drones mientras recorren los 7-10 kilómetros de la llamada “zona de muerte” que separa a los ejércitos.
Los drones aéreos han sido la columna vertebral de la defensa ucraniana ante la escasez de artillería y armamento convencional. Equipados con cámaras y explosivos, cumplen funciones de reconocimiento y ataque, actuando como los ojos y el arma principal del Ejército ucraniano. En muchos sectores del frente ya están sustituyendo a la infantería tradicional, manejados por operadores a kilómetros de distancia.
Sin embargo, la niebla y la lluvia que azotan la zona desde hace un mes obligan a reducir drásticamente su uso. «Todavía podemos emplearlos con este tiempo, pero hay que tirarlos después de un solo día bajo la lluvia», explicó a La RAZÓN el soldado ucraniano Anatoli desde la región de Járkiv. «No nos lo podemos permitir: no tenemos tantos drones», recalcó.
Los defensores han tenido que recurrir a métodos alternativos para localizar al enemigo, como interceptar sus comunicaciones por radio. En muchos casos los rusos siguen siendo abatidos. Los intentos de emplear blindados cerca de Kupiansk y en la región del Dnipro también han fracasado. Aun así, el mal tiempo dificulta mantener a raya al adversario.
En Pokrovsk (la región de Donetsk), donde los combates continúan pese a las afirmaciones rusas de haberla conquistado por completo, las tropas de Moscú también aprovechan la escasa visibilidad. «Este tiempo les permite acercarse al máximo a nuestras posiciones y acumular fuerzas», explicó el militar y portavoz ucraniano Serguí Bratchuk a la televisión pública Suspilne. «Para eliminarlos a todos hace falta invertir muchos recursos y esfuerzo», añadió.
«El enemigo intenta aprovechar el empeoramiento de la visibilidad para concentrar tropas, guarecerse en edificios y preparar las condiciones para un nuevo asalto», señaló recientemente el 7.º Cuerpo del Ejército ucraniano, encargado de defender la ciudad. La niebla sí ofrece cierta protección a los ucranianos frente a los drones rusos, pero complica el abastecimiento de las unidades aisladas, que ahora dependen de drones para recibir munición y provisiones.
Para contener a los rusos se recurre a campos de minas y alambradas. Sin embargo, cuando logran concentrarse en gran número en una posición, resulta cada vez más difícil desalojarlos, explican los soldados, pues Ucrania debe dosificar al máximo su infantería y sus escasos recursos.
En estas condiciones se emplean drones más pesados para destruir posiciones enemigas, pero el Ejército ucraniano necesita urgentemente más artillería y armas convencionales que no dependan del tiempo. Aunque Ucrania fabrica actualmente más obuses autopropulsados «Bogdana» que cualquier país europeo, sigue dependiendo de sus aliados para recibir proyectiles y equipo.
Pese a todo, los defensores logran frenar los avances rusos, que en noviembre alcanzaron los 505 km² de territorio ucraniano sin provocar el colapso del frente. En Kupiansk, las fuerzas ucranianas continúan cazando a los soldados rusos infiltrados que han quedado aislados de sus unidades principales.
«Se precipitaron y sobrevaloraron sus fuerzas», afirmó Tregúbov, que confirmó que los drones ucranianos siguen eliminando personal militar ruso en el norte de la ciudad.
Además de la presión en el frente, Rusia sigue atacando infraestructuras vitales. Este viernes, el 90 % de la población de la región de Cherníguiv (norte) se quedó sin electricidad tras el último bombardeo, aunque las reparaciones buscan acortar los cortes que continúan en todo el país.
Ucrania responde con atacar territorio ruso y ocupado. Un avión bombardero Su-24 ha sido alcanzado por drones en Crimea, una refinería de petróleo en Sizrán, un puerto en Krasnodar y un rascacielos en Chechenia, a apenas 800 metros de la residencia de Ramzán Kadírov, el líder instalado por el Kremlin.
Según el ministro de Defensa, Denis Shmihal, 21 países han comprometido más de 4.000 millones de dólares para comprar armamento estadounidense a Ucrania en el marco de la iniciativa PURL, que permite adquirir munición para sistemas Patriot y otras defensas antiaéreas frente a los casi diarios ataques con misiles rusos.