Memoria
¿Por qué no recordamos los primeros años de vida?
Este enigma, conocido como amnesia infantil, ha intrigado a científicos y psicólogos desde hace décadas
¿Por qué no podemos recordar nada de cuando éramos bebés? A este fenómeno se le conoce como amnesia infantil y ha intrigado a investigadores y psicólogos desde hace décadas. Sigmund Freud fue uno de los primeros en acuñar el término, pero las hipótesis al respecto han evolucionado con el tiempo, y hoy en día contamos con una comprensión más profunda de este enigma.
Tal vez puedas recordar algunos fragmentos de tu vida cuando tenías dos o tres años, y más recuerdos abundantes de tus años escolares con cinco o seis. Sin embargo, es probable que tengas dificultades para recordar eventos de tus primeros años de infancia, como tu primer o segundo cumpleaños. Esto es completamente normal y está relacionado con lo que los científicos llaman amnesia infantil.
La amnesia infantil se refiere a la incapacidad de recordar los primeros años de vida, incluso cuando esas experiencias son fundamentales para nuestro desarrollo. Aunque las primeras vivencias son cruciales en la formación de nuestro ser, es común que no podamos acceder a esos recuerdos a menos que alguien mayor nos los cuente o veamos fotografías que nos los evocan.
Un estudio revela que hasta los 3 años, los niños pueden retener recuerdos importantes del último año, pero a medida que crecen, la tasa de recuerdo disminuye drásticamente. A los 8 o 9 años, la mayoría solo puede recordar alrededor del 35% de las experiencias que eran vívidas cuando tenían 3 años. Los investigadores atribuyen este cambio a la forma en que los recuerdos se forman y almacenan a medida que los niños crecen. A partir de los 7 años, los recuerdos tienden a ser más lineales y encajan en una estructura de tiempo y espacio, lo que puede ocasionar que se supriman recuerdos anteriores.
Entender por qué sucede esto requiere conocer cómo se almacenan y acceden a los recuerdos en el cerebro. Aunque tanto los recuerdos semánticos como episódicos se guardan en la corteza cerebral, es entre los 2 y 4 años que el hipocampo del cerebro conecta estas áreas en una fuente central de información. Sin embargo, a medida que envejecemos, esta estructura de almacenamiento puede limitar la retención de recuerdos tempranos.
Una explicación interesante proviene de la neurogénesis, el proceso de crecimiento de nuevas neuronas en el cerebro. Los bebés generan neuronas a un ritmo más acelerado, especialmente en el hipocampo, una región vital para el acceso a los recuerdos. Esta rápida producción de neuronas puede influir en la capacidad de retener recuerdos de la infancia.
Aunque existen diversas teorías, la comunidad científica aún no ha llegado a respuestas definitivas sobre cuándo y por qué perdemos los recuerdos de bebés. Una hipótesis intrigante sugiere que los ambidiestros o zurdos podrían recordar eventos de su infancia más temprana que los diestros debido a una mayor comunicación entre los hemisferios cerebrales.
En última instancia, la amnesia infantil sigue siendo un enigma que combina la complejidad de la neurociencia y la psicología del desarrollo. Aunque no podamos recordar esos primeros años, la investigación continua nos acerca a comprender mejor cómo se forman y se desvanecen los recuerdos en los inicios de la vida.
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