América Latina
Empresa brasileña es multada en EE.UU. por sobornos
La empresa propietaria de la empacadora de carne más grande del mundo se declaró culpable de pagar casi 180 millones de dólares en sobornos a altos funcionarios de Brasil
(AP). La empresa propietaria de la empacadora de carne más grande del mundo se declaró culpable el miércoles en una corte federal estadounidense de pagar casi 180 millones de dólares en sobornos a altos funcionarios de Brasil a cambio de obtener financiamiento con garantía estatal que se destinó a una serie de compras en Estados Unidos.
J&F Investimentos, con sede en Sao Paulo y accionista mayoritario de JBS SA, se declaró culpable en un tribunal de Brooklyn de un cargo de asociación ilícita para violar la ley de prácticas corruptas en el extranjero. Como parte del acuerdo con el Departamento del Justicia, la empresa deberá pagar 256 millones de dólares en multas, la mitad de lo cual se descontará de sanciones que ya accedió a pagar a las autoridades brasileñas por los sobornos revelados anteriormente.
En un acuerdo relacionado, JBS indicó que le pagaría a la Comisión de Valores de Estados Unidos (SEC por sus siglas en inglés) un total de 26,8 millones de dólares por irregularidades contables en su subsidiaria en Estados Unidos: Pilgrim’s Pride.
El abogado de J&F, Lucio Martins Batista, le dijo a la corte que la empresa de su familia dio dinero en efectivo y regalos a cinco funcionarios brasileños entre 2005 y 2017 a fin de asegurar financiamiento de bancos estatales brasileños para J&F. Entre los regalos destaca un apartamento de 1,5 millones de dólares en Nueva York, adquirido mediante una empresa fantasma.
Algunas de las ganancias de los acuerdos de financiación se utilizaron para financiar la expansión de JBS en Estados Unidos, donde en unos pocos años a partir de 2007 adquirió a importantes competidores, incluidos Swift & Company y Pilgrim’s Pride.
En ese momento, la economía de Brasil estaba en auge, y la familia Batista, que controla J&F, llegó a personificar la imagen de los “brasileños millonarios”, cuyas empresas de productos básicos dependían del financiamiento estatal para crecer agresivamente fuera del país.
“Las acciones del día de hoy envían un fuerte mensaje de que no cejaremos en nuestros esfuerzos para hacer respetar la ley y llevar a todos ante la justicia para jugar con las mismas reglas”, dijo James Dawson, agente especial del FBI a cargo en Washington, en un comunicado.
Hoy, las compañías controladas por J&F emplean a más de 250.000 personas en 190 países, según su sitio web.
Entre los que recibieron los sobornos está un funcionario cuyo nombre no se menciona pero es descrito como un ejecutivo de alto nivel del banco estatal de desarrollo BNDES entre 2004 y 2006, que llegó a ocupar otros altos puestos en el poder ejecutivo durante los gobiernos de Luiz Inácio Lula da Silva y su sucesora Dilma Rousseff, hasta 2015.
Esas fechas coinciden con la trayectoria profesional de Guido Mantega, quien dirigió el BNDES de 2004 a 2006 y luego se desempeñó como ministro de Hacienda de Lula y Rousseff. Un abogado de Mantega no ha respondido a una petición de comentario, pero el exministro ha negado anteriormente haber cometido delito alguno.
Las acusaciones en la corte federal se presentan en momentos en que la familia Batista intenta limpiar su reputación de corrupción en Brasil y en América Latina.
En 2017, J&F fue multada con 3.200 millones de dólares por su papel en escándalos de corrupción.
Los senadores Marco Rubio y Robert Menéndez han presionado a las autoridades federales para que investiguen los nexos de JBS con el gobierno socialista de Venezuela. JBS ha sido uno de los principales vendedores de productos proteínicos al gobierno venezolano, al que Estados Unidos ha sancionado como parte de sus intentos de destituir al mandatario Nicolás Maduro.
Por separado, Pilgrim’s Pride, uno de los mayores productores de productos avícolas en Estados Unidos, dijo el miércoles que pagaría 110,5 millones de dólares para resolver cargos federales de que contribuyó a la manipulación de precios del pollo y pasó al consumidor el aumento en los costos.
“Pilgrim’s está comprometido con la competencia justa y honesta en cumplimiento de las leyes antimonopolio de Estados Unidos”, afirmó Fabio Sandri, director de la compañía. “Nos entusiasma que el acuerdo de hoy ponga fin a la investigación de la División Antimonopolio en contra de Pilgrim’s, dándole certeza en este asunto a nuestro equipo, miembros, proveedores, clientes y accionistas”.
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