América Latina

Colombia da un nuevo paso para fumigar la coca con glifosato

La autoridad ambiental emitió un concepto favorable para el plan de fumigación aérea con glifosato que el gobierno busca poner en marcha y con el que espera reducir los cultivos ilegales de hoja de coca

FILE - In this June 4, 2008 file photo, counter-narcotic police spray herbicides over coca fields in El Tarra, in the Catatumbo river area, near Colombia's northeastern border with Venezuela. The South American country’s environmental authority said on Thursday, April 15, 2021, that it does not oppose the government's use of glyphosate in its future coca eradication plan. The move is seen as a prerequisite to restarting crop-dusting of coca plantations with the herbicide. (AP Photo/Luis Robayo, File)
FILE - In this June 4, 2008 file photo, counter-narcotic police spray herbicides over coca fields in El Tarra, in the Catatumbo river area, near Colombia's northeastern border with Venezuela. The South American country’s environmental authority said on Thursday, April 15, 2021, that it does not oppose the government's use of glyphosate in its future coca eradication plan. The move is seen as a prerequisite to restarting crop-dusting of coca plantations with the herbicide. (AP Photo/Luis Robayo, File)Luis RobayoAgencia AP

(AP). La autoridad ambiental colombiana emitió un concepto favorable para el plan de fumigación aérea con glifosato que el gobierno busca poner en marcha y con el que espera reducir los cultivos ilegales de hoja de coca, materia prima de la cocaína.

“Es sin duda un paso previo en la política del gobierno de reanudar las fumigaciones (con glifosato)... y muestra que mantiene la política antinarcótica exactamente igual que hace una década”, dijo el jueves a The Associated Press Julio Carrizosa, miembro honorario de la Academia Colombiana de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales. “Reanudar las fumigaciones es volver a una solución que no ha funcionado nunca y evitar que se encuentren otras soluciones”, agregó el experto.

El glifosato es un herbicida químico que elimina plantas inhibiendo su crecimiento. En Colombia ha sido utilizado para controlar especies de coca y para acabar con malezas en cultivos agrícolas.

La fumigación aérea con glifosato fue suspendida en 2015 por orden de la Corte Constitucional por principio de precaución ante los posibles daños en la salud y el medioambiente y tras el concepto de la Organización Mundial de la Salud que advertía que el herbicida “probablemente” causaba cáncer en seres humanos.

“Debido al largo periodo de latencia --tiempo en el que ocurrió el evento y que se manifiesta la enfermedad-- hay evidencia concluyente de que la aspersión aérea con glifosato causa linfoma no-Hodgkin. Hemos analizado las estadísticas oficiales y cruzado con los lugares donde se fumigó hace, como mínimo, 15 años “, indicó la AP Óscar Alfonso, docente e investigador de la Universidad del Externado.

Para que vuelvan las fumigaciones con glifosato el gobierno colombiano debe contar con el aval del Consejo Nacional de Estupefacientes —órgano conformado por miembros del gobierno, la fuerza pública y el procurador general— que debe revisar que el gobierno cumpla con las recomendaciones de la Corte Constitucional que incluyen “evidencia objetiva y concluyente que demuestre ausencia de daño para la salud y el medio ambiente”.

El consejo estudiará, cuando sea convocado, la evaluación sobre la afectación en salud que dé el Ministerio de Salud y el concepto sobre el impacto al medio ambiente que entregó el miércoles la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA). Finalmente dirá si se reanudan o no las fumigaciones.

La ANLA decidió modificar el plan de manejo ambiental del programa de aspersión aérea con glifosato en el que autoriza “más medidas de manejo y un programa de seguimiento y monitoreo más detallado, para que en caso de que se reanude la actividad, se logre un mayor control sobre los efectos ambientales en los componentes hídricos, bióticos y socioeconómicos”, explicó la entidad el miércoles en un comunicado.

El presidente Iván Duque prometió desde su campaña electoral reanudar las fumigaciones aéreas con glifosato. Según la última medición de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en 2019 se reportaron 154.000 hectáreas de hoja de coca, una disminución respecto al año anterior con 169.000 hectáreas.

El lunes, el gobierno expidió un decreto que regula el “control de los riesgos para la salud y el medio ambiente” y que deja el camino trazado para las fumigaciones con el herbicida que estará a cargo de la Dirección de Antinarcóticos de la Policía Nacional, la cual pidió permiso para usarlo en 14 departamentos, de los 32 que tiene el país.

La norma también aclara que estarán excluidas las áreas de reserva natural como parques regionales, páramos, humedales y cuerpos de agua.

El gobierno habla de fumigación con “precisión”, es decir, que las válvulas de los aviones solo se abrirán cuando estén en los puntos donde esté el cultivo. “Los polígonos que van a ser asperjados son desarrollados en un software totalmente automatizado”, dijo el ministro de Defensa, Diego Molano, el miércoles a RCN Radio.

El regreso del glifosato para las plantaciones ilegales ha generado un álgido debate en el país. El expresidente Álvaro Uribe, quien gobernó entre 2002 y 2010 y es padrino político del presidente Duque, ha defendido el uso del herbicida. “Fumigación con cuidadores ambientales es mejor que un país con 160 mil hts (hectáreas) de droga y la criminalidad derivada”, aseguró en su cuenta de Twitter el miércoles.

Previamente, el 12 de marzo, un grupo de 100 académicos de varios países como Colombia, España, Estados Unidos y Brasil enviaron una carta al presidente de Estados Unidos Joe Biden y a su vicepresidenta Kamala Harris pidiéndoles que rechacen “la campaña equivocada del presidente colombiano”, porque la fumigación aérea es “singularmente ineficaz para eliminar los cultivos de coca: los estudios han demostrado que los cultivos expuestos al glifosato se replantan posteriormente con una probabilidad del 36%”.

El actual ministro de Salud colombiano, Fernando Ruiz, también es un antiguo opositor del uso del glifosato por sus posibles daños a la salud, por lo que se declaró impedido para pronunciarse al respecto.