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Coronavirus

La Junta ve un «error» abrir las fronteras europeas sin que haya «control sanitario»

El vicepresidente insiste en la necesidad de articular un pasaporte que garantice que el visitante no es portador de Covid-19 y la oposición critica los «bandazos» sobre la movilidad internacional

El vicepresidente de la Junta, Juan Marín, y el consejero de Presidencia, Elías Bendodo, ayer en Marbella (Málaga) Antonio PazEFE

La decisión del Gobierno central de adelantar la apertura de las fronteras europeas al próximo día 21, excepto con Portugal, no ha sentado nada bien al vicepresidente de la Junta y consejero de Turismo, Juan Marín, que la calificó ayer de «errónea» porque se llevará a cabo «sin control sanitario». «Nos enteramos por los medios de comunicación que se iba a adelantar 14 días y sin planificación que garantice la salud», subrayó Marín, a pesar de que la Junta ha defendido de forma reiterada la importancia del turismo nacional e internacional para propiciar la reactivación económica tras la crisis del coronavirus.

A juicio de Marín, el anuncio del Ejecutivo de Pedro Sánchez genera «incertidumbre» y recordó que «hay sistemas para que antes de partir, el viajero se realice un test rápido», con el objetivo de conocer si es portador de Covid-19 o no, además de controles de temperatura a la salida y a la llegada. En este sentido, insistió en el pasaporte sanitario establecido ya en algunos países de la Unión Europea y defendió que «Andalucía está preparada para asumir cualquier tipo de situación en el ámbito sanitario», mediante el refuerzo de profesionales sanitarios y materiales de protección para seis meses.

Por otra parte, Marín aseguró que este verano va a ser, finalmente, «mejor de lo que se preveía en el escenario más optimista» gracias a «la profesionalidad del sector», a la situación sanitaria de Andalucía que la convierte en destino seguro y a «la planificación y estrategia» de la Junta. «El turismo va a perder mucho dinero, también se van a perder muchos empleos, pero, aun así, será un verano bastante mejor de lo esperado», señaló.

Por contra, la delegada del Gobierno en Andalucía, Sandra García, respaldó el adelanto y aseguró que se adptó la decisión «negociando y compartiéndola con todos esos países, que al final han entrado en esta misma estrategia». Respecto a la reapertura más tardía de la frontera portuguesa –prevista para el 1 de julio– explicó que Portugal es un país soberano y «hay que respetar su decisión». Junto a ello, recordó que la clave de España como destino turístico es la seguridad. «Tenemos que hacer los destinos seguros y ahí hay una mano tendida del Gobierno con el sector».

Tanto el PSOE como Adelante Andalucía criticaron las «contradicciones» y los «bandazos» de la Junta en este asunto. La diputada socialista Beatriz Rubiño lamentó que, hace justo un mes, Marín dijo que «el turismo internacional había muerto» y, sin embargo, ahora «se queja de que se abran las fronteras catorce días antes de lo previsto». «Es un Gobierno indolente que parece que va a dos velocidades, nunca se ponen de acuerdo en lo que dicen», insistió.

De su lado, el diputado de Andalante Andalucía José Ignacio García señaló que, «si alguien ha presionado para que se abran las fronteras o para pasar de fase a un ritmo vertiginoso con tal de atraer al turismo, ha sido el vicepresidente», criticó. A juicio de la coalición de izquierdas, estas decisiones y la situación son lo suficientemente serias como para que el Gobierno andaluz actúe con «responsabilidad y criterio sanitario».

Por ello, García exigió al Ejecutivo de PP y Ciudadanos que «no ponga en juego el esfuerzo realizado durante estos meses y que no ponga en riesgo a los andaluces». «Esta actitud es irresponsable y transmite inseguridad, y eso es lo último que necesitamos ahora en Andalucía», sostuvo.

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