El informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sobre la investigación que se abrió de nuevo por el doble crimen de Almonte (Huelva) en el que fueron asesinados por arma blanca un padre y su hija de ocho años en su domicilio familiar en abril de 2013, concluye que ambos «pudieron ser atacados por una persona de su entorno (conocida)». El documento policial se entregó a finales del pasado año al juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de La Palma del Condado que ordenó la reapertura de la causa tras ratificar el Tribunal Supremo (TS) la absolución del único acusado por estos hechos tras el veredicto de no culpabilidad emitido por un jurado popular. En el informe, la UCO remarca «la especial violencia del escenario» del crimen, del que se determina «un superior ensañamiento para con la menor» respecto al padre, de manera que se solicita un estudio del perfil criminológico por parte de la Sección de Análisis de Comportamiento Delictivo de la Unidad Técnica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, según recogió ayer Ep. Esta investigación de la UCO, que se ha realizado por agentes que no trabajaron en la anterior para evitar contaminación del caso, incide en que las víctimas pudieron ser atacadas por una persona «de su entorno (conocida) de manera premeditada, cuya motivación pudo ser la venganza o la ira». En este sentido, se pueden descartar hipótesis alternativas como el móvil económico, sexual o el homicidio instrumental. De su lado, las familias de las víctimas consideran que el informe de la Unidad Central Operativa «saca a la luz las vergüenzas del sistema judicial español». En un comunicado, afirman que sienten «impotencia» ante lo determinado en la segunda investigación y «no resulta asumible». «No podemos concebir –añaden– que la justicia española sea de fiar ni que ofrezca garantías cuando le está diciendo a la ciudadanía que los asesinatos de una niña de ocho años y de su padre en su propio hogar quedan impunes».