"El bloc"

Aceituneros altivos

“Convenientemente untado por Kellogg’s, un interino de una universidad de quinta fila elabora un informe que condena al ostracismo de las baldas altas del supermercado al alimento que le dé la gana”

Desayuno con jamón serrano y aceite de oliva subido a las redes por Elías Bendodo
Desayuno con jamón serrano y aceite de oliva subido a las redes por Elías BendodoJUNTA DE ANDALUCÍAJUNTA DE ANDALUCÍA

Es inevitable relacionar las tres grandes polémicas de la semana, porque la adjudicación a Córdoba, en detrimento de Jaén, de la Base Logística del Ejército de Tierra se sumaba a los disturbios en Linares debido al salvajismo de dos policías descarriados y era rematado, sobre todo, con el rejonazo al sector olivarero que supondría –por suerte, aún en condicional– la implantación del sistema de etiquetado Nutriscore, modernez chachiguay por la cual los (empalagosos) cereales chocolateados aventajan al jamón y el (grasiento) aguacate golea al aceite de oliva. ¡Caramba con el intervencionismo! Se trata de un invento de los mismos cabezas de huevo oxonienses que consiguieron prohibir, a través de una directiva comunitaria, que hubiese tostadoras en los aeropuertos europeos. Hemos visto durante el último año cómo el cientifismo fanatizado ha adquirido cuotas de poder insólitas con su repugnante comercio del miedo. La pandemia nos ha retrotraído al estadio pre-civilizatorio de esas tribus salvajes sumisas a la arbitrariedad de un hechicero, un mago, un druida, un chamán… un médico: el poder absoluto para quien se arrogue la capacidad para elaborar brebajes prodigiosos o ungüentos curativos o emplastes que saquen al demonio del cuerpo de los poseídos. Así, intentan ahora influir en la industria agroalimentaria. Convenientemente untado por Kellogg’s, un interino de una universidad de quinta fila elabora un informe que condena al ostracismo de las baldas altas del supermercado al alimento que le dé la gana mediante el sencillo mecanismo de negarle la cualidad de «healthy». Pues en esa tesitura se ven hoy el jamón ibérico y el zumo de la aceituna que era, en el caso del segundo, lo que le faltaba a la provincia de Jaén para completar su semana horribilis.