Economía
La resurrección de la flor cortada de Chipiona (Cádiz)
La Semana Santa tira de un sector que ha reducido sus exportaciones por la invasión de Ucrania
Hace apenas unas semanas, la flor cortada de Chipiona lanzaba un SOS. En pleno marzo, el sector veía peligrar el 70% de su producción anual debido a una huelga del transporte que colmataba sus cámaras de conservación y añadía un elemento más de riesgo a un panorama de incertidumbres marcado por la situación del mercado nacional, los efectos en las exportaciones de la invasión de Ucrania y la sequía. Un escenario que, como destacan muchas empresas chipioneras, en las últimas fechas ha dado un importante giro gracias a la Semana Santa y la reactivación de todos esos festejos (romerías, ferias, etc.) en los que la flor cortada de Chipiona tiene un papel protagonista y las lluvias.
«Con la huelga del transporte de por medio, las expectativas no eran optimistas. Nos temíamos lo peor, la puntilla definitiva a unos años muy malos. Afortunadamente, el escenario ha cambiado y podemos decir que esta temporada las cosas van mucho mejor», confiesa Luis Ávila, de Pekaflor. Una mejoría en la que, como cabía esperar, está jugando un papel determinante la Semana Santa, «que nos está deparando unos números mejores de los esperados. Tanto es así, que, a día de hoy, nuestras ventas son incluso mayores que las de 2019».
Balance positivo en el que tiene mucho que ver la demanda del territorio nacional. «La invasión de Ucrania», subraya, «ha afectado en gran medida a las exportaciones, mermándolas de forma significativa. No obstante, el mercado nacional está respondiendo mejor de lo que cabía esperar. Con un importante volumen de ventas tanto en Andalucía como en el País Vasco, Madrid o Barcelona», indicó.
A la respuesta del mercado nacional «hay que unir que nuestra flor cortada, muy apreciada por su calidad, está comercializándose a un buen precio, permitiéndonos afrontar el notable incremento de precios que han experimentado productos tan determinantes para nosotros como el gasoil, el plástico o los envases», apunta. «Ahora», añade Luis Ávila, «cabe esperar que este buen ritmo se mantenga hasta mediados de junio, algo a lo que, para tener una mejor y mayor producción, están contribuyendo positivamente las lluvias». En la misma línea de resultados y expectativas a medio plazo se manifestaron Jesús de la Bastida, de Jemaflor, y Rafael González, de Salmedina. «La verdad es que, con la necesaria complicidad de la Semana Santa y los festejos que se van a ir desarrollando en los próximos meses, las cosas están marchando mejor de lo previsto, con una gran demanda de producto», aseguró De la Bastida. «Flores que», aclara, «tienen como gran destino España, ya que Holanda, mercado al que Chipiona exporta gran parte de su flor, ha visto muy recortada la demanda de los países del Este a consecuencia de la invasión de Ucrania». Los recortes también se han proyectado a Alemania e Inglaterra.
«Es obvio que se trata de un hecho puntual, a causa de un desgraciado y triste conflicto bélico, pero lo cierto es que ha dañado de forma importante un mercado en el que nuestra flor, de excelente calidad y prestigio, tiene un hueco muy importante», dijo. Una posición que sus agricultores y comercializadoras se han ido ganando en los últimos tiempos con una decidida apuesta por la calidad frente a la cantidad. De este modo, «las exportaciones se están centrando en nuestros vecinos, Portugal y Francia». «Nosotros», resaltó Rafael González, «no somos exportadores. Ahí se está notando más claramente la invasión. Nuestro mercado es el nacional y la respuesta está siendo muy buena, mejor de la esperada».
El sector de la flor cortada de Chipiona viene sufriendo numerosos varapalos en las últimas décadas, como la gran crisis de 2006, cuando el 50 por ciento de los agricultores abandonaron su cultivo ante la caída de precios y el cierre de comercializadoras.
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