Innovación
La agricultura intensiva andaluza mira a la NASA y a Marte
Coexphal estrecha lazos con la agencia americana y analiza sus técnicas para cultivar en suelos tóxicos y temperaturas imposibles
El predominio de la agricultura intensiva en el sureste español es una de las líneas de investigación que ha trabajado la NASA desde hace más de 30 años. El mar de plástico, visible y señalado por astronautas desde el espacio exterior, es también ejemplo de cómo cultivar en terreno desértico y hostil. Tras la visita de una delegación comercial de Cooperativas Agro-alimentarias de Andalucía a Cabo Cañaveral, empresarios hacen gestiones para importar ahora algunas de las técnicas que desarrolla la agencia espacial estadounidense. «Tenemos más para aprender que para ofrecer, porque ya son capaces de cultivar en el espacio exterior y proyectan conseguirlo en lugares donde el suelo es tóxico y la temperatura imposible, como Marte», dice Luis Miguel Fernández Sierra, gerente de la Asociación de Organizaciones de Productores de Frutas y Hortalizas de Almería (Coexphal), quien afirma que se podrían «extrapolar al sector» algunos resultados de los ensayos científicos que han conseguido que «pimientos, sweet potato y tomate cherry sean plantados, recogidos y consumidos por astronautas», con cultivos hidropónicos de última generación que se valen de «membranas artificiales, con capilaridad para riego».
Plantas que desafían la ingravidez y avances tecnológicos que han llamado la atención de las empresas agroalimentarias, que ya persiguen sus posibles aplicaciones en tierra. Se espera que una batería de resultados de esas investigaciones en las últimas décadas formen parte del nuevo congreso que Hortiespaña y Asociaciones de Organizaciones de Productores de Frutas de Hortalizas (APROA) preparan junto a la Universidad de Almería para el próximo mes de noviembre. Según explica el gerente de Coexphal, Fernández Sierra, no han tardado en ampliarse los contactos. «Creo que vamos a conseguir la visita del representante de Investigación e Innovación de Space Florida y queremos que participe en el congreso Innovadero. Hay interesantes ensayos que podemos aplicar en el sector y las simulaciones que pudimos ver ofrecían avances tecnológicos muy valiosos para nosotros», explica. Los invernaderos almerienses ya han incorporado innovaciones en sistemas agrarios que iniciaron su desarrollo en los pasillos de la NASA, como aprovechar las moléculas del ambiente para mejorar las propiedades del agua.
El director de Cooperativas Agro-Alimentarias de Andalucía, Jaime Martínez-Conradi, reconoce que iniciativas agrícolas donde se dan unas condiciones climatológicas muy severas, para desarrollar nuevas variedades que permitan maximizar la productividad del agua empleada, despertaron «un gran interés en las cooperativas dedicadas a las producciones de invernadero y en hidropónico» tras el viaje. Pero la agricultura almeriense no solo toma nota, también aporta nuevos prismas en la investigación de la NASA para soluciones alimentarias. Multinacionales biotecnológicas tienen su central en la provincia y esa relación de interés mutuo estrecha lazos con Cabo Cañaveral, ya que «conocen perfectamente todas nuestras innovaciones y nos cuestionaron por los motivos por los que cada vez se hace menos hidropónico», dice Fernández Sierra. «Hay interés de la agencia espacial en la actualidad del sector, sobre la apuesta por lo ecológico y la prohibición europea del uso de sustratos, pero también porque nuestras investigaciones nos dicen que un buen manejo del suelo es igual de eficiente que un hidropónico», añade.
Intercambio de ideas en el que no siempre la agricultura bajo plástico sale bien parada porque, como asume el gerente de Coexphal, «quizá seguimos errando en todo el tema de la recogida circular de residuos de invernadero». «Es en lo que tenemos que incidir para mejorar también nuestros insumos», reconoce.
Pase lo que pase con los desarrollos para cultivar en el planeta rojo, Estados Unidos sigue siendo destino preferente de las exportaciones agroalimentarias andaluzas, que se incrementaron más de un 12% en 2021. Alimentos y bebidas con marca Andalucía ya alcanzan valores de 814 millones de euros y se sigue trabajando por mejorar la imagen que tienen de ellas los consumidores norteamericanos. Tras la visita de empresas agroalimentarias andaluzas a sus homólogas en Florida, Martínez Conradi destacaba «la escasa presencia de marca blanca y el fuerte arraigo de los productos con nombre propio». El desierto andaluz ya tiene esa identidad, como ejemplo de un uso sensato de la tecnología para alimentar de un modo sano y sostenible a una población creciente. Como agradecía Enrique de los Ríos, director general de Unica Group, «a veces nos valoran más los que están en el espacio que nosotros mismos».
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