Previsión
La CHG recorta un 35% el agua de riego agrícola por la sequía
Los 385 litros por metro cuadrados que han caído en marzo y abril “han aliviado pero son insuficientes”
La Demarcación Hidrográfica del Guadalquivir ha aprobado hoy un desembalse de 600 hm³ para el riego de los cultivos del Sistema de Regulación General, un 35,1% menos que en 2021, y una dotación máxima de 1.750 metros cúbicos por hectárea, un 70,8 % menos que la máxima concesional, por la sequía. No obstante, este desembalse mejora las previsiones manejadas en la última comisión de febrero en la que se manejaban 450 hm3 para el sistema de regulación general y 1.000 m3 por hectárea.
Al volumen autorizado este miércoles, podrían sumarse hasta 20 hm³ más para completar la campaña en octubre, si la falta de precipitaciones así lo requiriera. Para el riego del arroz se ha aprobado un volumen máximo a suministrar de 117 hm³, mientras que para los riegos extraordinarios se ha autorizado 20 hm³ para superficies de regadío con arboleda con precario a las explotaciones agrícolas que cuenten con infraestructuras de riego que lo permitan.
El presidente de la CHG, Joaquín Páez, ha explicado que, pese a las precipitaciones de marzo y abril, la situación hidrológica de la cuenca de sequía extraordinaria no ha cambiado y los “385 litros por metro cuadrados que han caído han aliviado pero son insuficientes porque está muy mal, al 32 % de su capacidad”. Tras recordar que la campaña de riego de 2021 fue muy mala, ha reconocido que los acuerdos alcanzados para la actual campaña “no son alentadores para el sector”, pero ha recordado que la cuenca dispone de 756 hm3 menos hoy que hace un año y las “circunstancias no permiten ser muy flexibles”.
Según los datos de la CHG, del 1 al 11 de mayo, la cuenca ha registrado una precipitación media de 13 l/m², lo que ha supuesto una aportación prácticamente irrelevante a la reserva hidráulica del Guadalquivir. En el presente año hidrológico, del 1 de octubre al 30 de abril, se han recogido 385 l/m² de media en los embalses de la cuenca, lo que supone un 22 % menos que la registrada para el mismo período de los últimos 25 años, que se sitúa en 496 l/m².A pesar de ello, está garantizado el suministro de agua a corto-medio plazo para el abastecimiento a la población, ha señalado Paéz, quien ha expresado su compromiso de celebrar una reunión de la Comisión Permanente en caso de que la situación de la cuenca o la evolución de la campaña lo permitiera, tal y como ocurrió en 2021. Asimismo, Joaquín Páez ha apelado a la colaboración de los usuarios y a la necesidad de respetar el condicionado de sus concesiones “ante la peor campaña de los últimos años”.
En un comunicado, la Asociación de Comunidades de Regantes de Andalucía Feragua ha valorado el esfuerzo de subir a 1.750 m3/ha la dotación, pero ha advertido que ese incremento, con respecto a la propuesta inicial de 1.000 m3/ha, es “sólo un pequeño atenuante al enorme daño que sufrirá el regadío en esta campaña”. Calcula que el daño no será inferior a los 300 millones de euros debido a la merma de productividad y rentabilidad asociada a unas restricciones superiores al 70 % de una campaña normal en la Cuenca del Guadalquivir.
Feragua ha recordado que en la pasada campaña, con una reducción del 50 %, las pérdidas superaron los 160 millones, y en esta, con una limitación de agua muy superior, las pérdidas económicas, como mínimo, se duplicarán y lo más previsible es que se tripliquen”, según el presidente de Feragua, José Manuel Cepeda, que ha asegurado que el impacto sobre el empleo agrícola y rural será muy duro. Ha augurado que la producción va a ser muy inferior a la normal y la recolección de olivar, cítricos, frutos de hueso y frutos secos se van a ver muy afectadas, lo que puede significar una reducción del 50 por ciento de la mano de obra agrícola”, ha explicado Cepeda.
Tras indicar que es la cuarta campaña consecutiva con dotaciones restrictivas, ha advertido de que, por la falta de aguas, se van a dejar de sembrar cultivos de mayor rentabilidad económica y social como el tomate o el maíz y se van a dejar muchas tierras en barbecho. Los regantes demandan a la Confederación Hidrográfica Guadalquivir un celo especial en el control de los riegos ilegales y solicitan el aprovechamiento de las aguas subterráneas, la puesta en marcha de los pozos de sequía y una solución para la definitiva puesta en servicio del bombeo de la Breña II.
En este sentido, la CHG ha anunciado nuevas medidas orientadas al control y la eficiencia de los consumos durante la campaña de regadío y ha dado luz verde a la implementación de equipos de telemedida en los contadores de 78 grandes comunidades de regantes, que suman una superficie total de 50.000 hectáreas, que se suman a las 273.000 ya integradas en el sistema. Con este procedimiento, las señales que emitan estas comunidades llegarán vía satélite al Sistema Automático de Información Hidrológica (SAIH) Guadalquivir para que se pueda constatar a tiempo real los consumos que se realizan, entre otras iniciativas para luchar contra prácticas ilegales que puedan detraer agua en un contexto tan delicado.
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