Agricultura

Planas da largas: la PAC ya no se toca

El ministro se niega a modificar la “redistribución” de unas ayudas que mantienen el statu quo de la comunidad: más para los pequeños y medianos agricultores y menos para los grandes latifundios

Luis Planas ha participado esta semana en el Consejo de ministros de Agricultura de la UE
Luis Planas ha participado esta semana en el Consejo de ministros de Agricultura de la UEOLIVIER HOSLETAgencia EFE

No habrá moratoria como pide Andalucía, ni reunión bilateral como pide la consejera. La nueva PAC entrará en vigor en los términos en los que se conoce, aunque ello suponga la pérdida de 500 millones de euros para los agricultores y ganaderos andaluces. Al menos, eso es lo que dice el sector y la Junta de Andalucía, porque el ministro Luis Planas no se cansa de repetir que esos datos son falsos. ¿Y cuáles son los verdaderos? Nadie lo sabe públicamente porque los estudios de impactos del Plan Estratégico Nacional nadie los ha visto. Lo único que asegura el ministro es que Andalucía “seguirá siendo la comunidad que más recibe” y “una de las grandes beneficiadas” en el marco 2023-2027.

La PAC no se toca porque, dice el ministro, los agricultores verían “bloqueados” los pagos (España ha presumido de ser uno de los primeros países que ha recibido luz verde de la UE; entonces, ¿qué será de los demás Estados Miembros sin aprobación de sus planes?). Lo que piden los agricultores y ganaderos andaluces, que representan el 33% de los perceptores de las ayudas, es un periodo de tiempo mayor para poder aplicar/negociar los ecoesquemas. Es curioso que Andalucía, que lidera ampliamente la producción ecológica nacional y ya supera los objetivos marcados por la estrategia europea ‘De la Granja a la Mesa’, sea quien se sienta perjudicada por la aplicación de las nuevas prácticas medioambientales (los ecoesquemas). El perjuicio viene dado porque haciendo lo mismo van a cobrar menos, pero Planas le da la vuelta al argumento: “El ecoesquema no es un gasto sino una posibilidad suplementaria de fondos”. Dicen los agricultores que aplicar esas prácticas verdes añadidas también tienen coste añadido... añadido a la inflación, a los costes energéticos que sufren ya todos los sectores y a la sequía que supone un hándicap de mayor relevancia para la primera región agraria del país.

Planas da por acabado el debate desde hace tiempo, mientras la consejera de Agricultura sigue repitiendo el mensaje de que pelearán hasta el último minuto por evitar pérdidas para el campo andaluz. De hecho, el ministro está ya en otra fase, en la que señala directamente a la propia Junta de Andalucía porque ahora son las comunidades las que tienen que asesorar a sus agricultores, juntos con las opas, para que “aprovechen bien los fondos”. En esta cuestión, la respuesta andaluza no se hizo esperar, porque ese asesoramiento depende de la aprobación del paquete normativo, fundamental para los agricultores, que ya están preparando la nueva campaña y lo necesitan para tomar sus decisiones empresariales respecto a la planificación.

Andalucía ha negociado en bloque la nueva PAC hasta que la Unión de Pequeños Agricultores se desmarcó,, convencida del planteamiento de Planas: “El montante de las ayudas va a ser el mismo, pero van a estar mejor distribuidas” y ello implica que ganen menos los que más recibían y aumente la renta para los pequeños y medianos agricultores. Y eso es difícil de encajar, porque también hay en juego muchos puestos de trabajo.