«La suma de pequeñas soluciones» para ganar el presente y el futuro

El siglo XXI será sostenible o no será. El Medio Ambiente marca ya los ejes vitales. La tercera mesa del Ciclo Transición Ecológica de LA RAZÓN, celebrada en el Restaurante Abades Triana, abordó el tema de los «Residuos Cero: el reto de las nuevas generaciones». Participaron María López Sanchís, directora general de Sostenibilidad Ambiental y Cambio Climático de la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul; Francisco Álvarez Ariza, responsable de Protección Ambiental, Seguridad y Mejora Continua en Fundación Cepsa; José Miguel Ramírez, director de Operaciones en Grupo Lince; Christian Harhöf, director internacional de Oceancleaner; y Ana Jáuregui Ramírez, decana de Cogitise y vicepresidenta de Cogiti, moderados por el delegado de LA RAZÓN en Andalucía, Pepe Lugo.

La directora general de Sostenibilidad arrancó con una reflexión sobre los retos de los residuos cero, algo clave en la economía circular, y, a la postre, «la propia energía de este movimiento: que todo vuelva al sistema». Francisco Álvarez, por parte de la Fundación Cepsa, destacó que en la actualidad la sostenibilidad es ya «consustancial a la actividad». «El compromiso de la empresa va por delante de la regulación» y «el objetivo es la minimización de residuos, la reutilización de todo lo que lleve hidrocarburos y la valorización de los residuos». «Nuestro interés es producir pero con el máximo respeto a ese maravilloso entorno medioambiental» en el que se engloba Cepsa, en relación a las Marismas del Odiel o Doñana.

José Miguel Ramírez, de Grupo Lince, destacó la importancia de «la responsabilidad social». «Nos dedicamos a la construcción sostenible». Se trata de «uno de los sectores con más peso a la hora de generar residuos» y un «sector que necesita de infraestructuras que se puedan reutilizar», por lo que «tiene que ir de la mano de las administraciones». Ya «se han dado pasos en el sector para reutilizar materiales, de reciclaje o materiales lo más naturales posibles, que no sean tan sintéticos ni generen toxicidad como el amianto y otros productos que han creado cierta alarma social». En este aspecto, dijo, «tienen mucho que decir los ingenieros de energía industrial». Ana Jáuregui, de Cogitse, recordó que los ingenieros están «en todos los sectores que aplican la economía circular. «Lo importante es tomar conciencia y adaptarse a este nuevo modelo económico. La rama de ingeniería química está a toda marcha, el ecodiseño, la reducción de emisiones, las plantas de residuos... Concienciamos mucho desde el colectivo, se forma», dijo. En la mesa sobre transición ecológica quedó patente la necesidad de «apostar por la pequeña y mediana empresa, bajar al terreno, para que sean efectivos los Objetivos 20-30». Christian Harhöff apuntó que Oceancleaner «ha desarrollado tecnología para la limpieza de aguas» y cuenta con el «sello de excelencia de la UE». Oceancleaner es capaz «de cobrar todo lo que flota, sólido o líquido». Los dos retos próximos son «la continuación y la adaptación». «Con el cambio climático las lluvias torrenciales llegan al sistema de aguas. Estamos aprendiendo limpiando», explicó, poniendo el ejemplo del «exceso de nutrientes» y las algas.

Desde la Consejería de Sostenibilidad, María López recalcó que «todos los sectores están muy metidos en el cambio de modelo». «La concepción desde la Junta, el planteamiento compartido, es que es algo transversal y afecta a todos los sectores, también al tejido asociativo y las administraciones». A fin de cuentas, «hablamos de aparatos electrónicos, residuos de construcción, bioindustria...». Todo «muy presente en Andalucía» y «en todos los sectores ya hay avances». En este proceso «la administración local tiene mucho que decir. El primer flujo son los Residuos Sólidos Urbanos». Hay un cambio de paradigma que se evidencia con «el trabajo del Banco de Alimentos», también con los textiles o los vehículos eléctricos. «Un cambio de modelo hacia la protección ambiental», «alargar la vida útil, reducir las materias primas de la naturaleza». «Eso es aplicable a todos los sectores», apuntó la directora de Sostenibilidad. El papel de la Junta pasa por « generar un marco normativo, poner una alfombra roja, facilitar la transición». La ley, que «se quedó a 24 horas de ser aprobada», ya «está en trámite de nuevo» en busca del «fomento, el impulso y la generación de conocimiento». «La ley busca generar herramientas, facilitar la declaración de proyectos estratégicos o la creación de un hub por sectores».

El debate sobre la transición ecológica puso, asimismo, de manifiesto, la necesidad de «bajar la pelota al suelo por sectores: agroindustria, construcción, aparatos eléctricos». «Focalizar esta simbiosis». Se trata de temas «en ebullición en la calle». «El pequeño comercio, las tiendas a granel, las tiendas de segunda mano suman pero para que de verdad sea posible acercarse al residuo cero hay que acercar la economía circular a la gran industria», añadió la directora de Sostenibilidad. Se trata de que «un flujo de salida de un proceso sea un flujo de entrada de otro». En resumen, que el coste a la empresa, con un gestor autorizado en lugar de acabar el residuo en un vertedero, «se pueda convertir en un ingreso porque vendes ese flujo». Puede ser «a medio plazo».

Apoyar al tejido asociativo y la investigación son otras de la claves en la transición ecológica. Desde Cepsa, Álvarez señaló que «el objetivo verde está al mismo nivel que la economía». «Necesitamos responder a la sociedad, que nos demanda productos energéticos pero sostenibilidad también». «Queremos generar biocombustible. La solución del coche eléctrico no es tan sencilla», por lo que se trata de «fabricar productos desde moléculas verdes que eviten la energía fósil. Estamos en mitad del proceso». En todo ello, «es muy importante el acompañamiento de la administración». Christian Harhoöf apuntó que «Oceancleaner sin ayuda de la UE no existiría». La decana de Cogitise señaló que en este proceso es muy importante el papel de los ingenieros porque hay «un trabajo infinito» al tratarse de «un cambio radical de la economía lineal a circular».

«Hay un problema de financiación. Hace falta concienciación y educación de los trabajadores, en el caso de la construcción», recalcó Grupo Lince. «Los edificios con residuo cero son jóvenes, tienen como un año. Cada vez hay más. Ya hay ayuntamientos que buscan ese certificado», explicó. La Junta de Andalucía recordó que «somos los garantes de que la sostenibilidad ambiental se cumpla». «Si la sostenibilidad no sale, la economía y el empleo tampoco». Fomentar la economía circular resulta básico «también para el agua». «No hay una varita mágica, es un abanico de soluciones, un crisol», apuntó María López.

¿Motivos para el optimismo? Cepsa apuesta «por objetivos». «En el país hay que trabajar. Se ven cambios y evolución. Con pequeñas cosas se puede lograr mucho, como en el consumo de agua». Ante la situación de guerra: «La historia nos ha hecho evolucionar más rápido. Se desarrolla mucho en periodos de necesidad. La falta de energía va a hacer que alternativas se adelanten muchísimo. La travesía en el desierto hay que pasarla, pero hay luz después del túnel». Grupo Lince es «optimista con prudencia»: «pequeñas cosas suman mucho». Cogitise/Cogiti recalcó que «con esfuerzo y concienciación se puede hacer. Es una necesidad no una opción». La Junta defendió que «la economía circular viene de muy abajo y se van a generar empleos que no había porque iban a vertederos». En definitiva, «el chatarrero ahora es gestor de residuos. Eso se está moviendo. De abajo a arriba». «La pandemia o la guerra harán que el compromiso ambiental deje de ser voluntario sino de primera necesidad», apuntó López. Y puede haber una oportunidad con la implantación de energías limpias como «foco de atracción de inversión con energía barata». La conclusión es que «todos tenemos que aportar individualmente. Compromiso individual, ahí está el reto»: «la suma de pequeñas soluciones».