Solo 149 organizaciones han registrado su huella de carbono en ocho años en Andalucía

La Cumbre del Clima de la ONU (COP 27) que se celebra en Sharm El-Sheikh (Egipto) sitúa las políticas para combatir el cambio climático de nuevo en primera línea de debate. Su traslación a Andalucía provoca mensajes que la mayoría tiene ya asumidos y que son incluso palpables día a día por la población, aunque de las palabras a los hechos sigue yendo un trecho. «Andalucía es una de las regiones más vulnerables que hay ante el cambio climático tanto en Europa como en el mundo», «estamos ante el reto más importante de la humanidad», «el cambio climático va a condicionar la capacidad productiva», «es necesario intervenir ahora para garantizar el futuro de las generaciones futuras»... son titulares reales, pero que requieren de una implicación absolutamente mayoritaria y constante de las administraciones públicas, de las empresas y de la sociedad en general que todavía está lejos de alcanzarse.

Hace un año, Juanma Moreno viajó a Glasgow y firmó la renovación del compromiso Under2º Coalition. La apuesta del Ejecutivo andaluz se fijó en lograr la reducción de gases de efecto invernadero en un 41% para 2030 –con respecto al CO2 emitido en 2005–. Una de las iniciativas puestas en marcha en el desarrollo de la Ley 8/2018, de 8 de octubre, de medidas frente al cambio climático y para la transición hacia un nuevo modelo energético en Andalucía es el Sistema Andaluz de Compensación de Emisiones (SACE). Se trata de un régimen voluntario que proporciona al sector empresarial la oportunidad y los medios de participar activamente en la lucha contra el cambio climático.

Solo 149 organizaciones andaluzas figuran en el registro del SACE, según la última actualización publicada por la Consejería de Sostenibilidad, Medio Ambiente y Economía Azul de la Junta de Andalucía, con fecha 30 de septiembre de 2022. Ese número de sociedades han inscrito un total de 232 huellas de carbono desde 2018, aunque las primeras adhesiones al SACE se produjeron en 2015, fecha de la suscripción del convenio de colaboración en el marco (anterior a la implantación Decreto-ley 2/2020, de 9 de marzo, de mejora y simplificación de la regulación para el fomento de la actividad productiva de Andalucía). En la relación de organizaciones figuran empresas como Azvi, Navantia, Sacyr, Martín Casillas, Cosentino o administraciones como la propia Consejería de Agricultura o la Agencia de Medio Ambiente y Agua (Amaya), así como entidades deportivas como el Real Betis Balompié, que recibió de la Junta de Andalucía un certificado de inscripción de la huella de carbono en el SACE como primer club de fútbol en hacerlo.

Los objetivos de reducción de emisiones se pueden alcanzar, parcialmente o en su totalidad, mediante la compensación de emisiones, que se materializará mediante la entrega de unidades de absorción (UDA) generadas por la ejecución de proyectos de compensación o de autocompensación de emisiones. El Gobierno andaluz continúa tratando de incentivar a las empresas. El presidente Juanma Moreno anunció ayer desde Sharm El-Sheikh , donde participa en la COP 27, que el Consejo de Gobierno aprobará la creación de un certificado llamado «Carbono Zero» que persigue reconocer a las empresas que se comprometan a reducir las emisiones de carbonos y desarrollar iniciativas de reforestación en la comunidad.

Moreno avanzó que ese certificado, que será único en España, pretende reconocer de «manera pública y reputacional» a todas las empresas que hagan un esfuerzo para reducir las emisiones de dióxido de carbono y que al mismo tiempo asuman un compromiso de reforestación en la comunidad. «Ese compromiso de reforestación y de ayudar a que no se degrade más nuestro medio ambiente es fundamental», indicó Moreno, quien señaló que su Gobierno no opta por medidas «punitivas ni castigadoras, sino motivadoras». De hecho, se mostró convencido de que muchas empresas van a asumir ese compromiso, porque supone un enorme compromiso con nuestra tierra y con el medio ambiente. Y añadió que es consciente de que es aún «muy difícil» producir emitiendo carbono cero, pero sí se puede corregir esa acción por parte de las empresas, ayudando a «reforestar grandes masas» de árboles en la comunidad.

En su opinión, el cambio climático va a condicionar nuestra capacidad productiva e incluso a ámbitos como la sanidad, dada la afectación de las olas de calor. «Es un reto que nos tenemos que tomar todos muy en serio y abandonar el egoísmo», concluyó.