Reivindicación

Los ecologistas acusan al Gobierno de «dar largas» con los residuos que dejó EEUU en Palomares

56 años después del accidente nuclear, critican la falta de actuaciones «reales» contra la radiactividad. El alcalde pide calma pero también duda del «compromiso» del Ejecutivo

El ministro Félix Bolaños y el alcalde de Cuevas de Almanzora, Antonio Fernández, el pasado 13 de agosto
El ministro Félix Bolaños y el alcalde de Cuevas de Almanzora, Antonio Fernández, el pasado 13 de agostoRAFA GONZALEZEuropa Press

«Lo único que hizo el ministro fue dar largas. No tienen la más mínima intención de limpiar». José Ignacio Domínguez, coordinador de Ecologistas en Acción en Almería, lo tiene muy claro porque sigue sin ver progresos reales en la descontaminación definitiva de Palomares, 56 años después del accidente nuclear y del famoso baño de Manuel Fraga. Aunque el responsable de Presidencia del Gobierno central, Félix Bolaños, aseguraba tras un encuentro celebrado el pasado 13 de agosto con el alcalde de Cuevas de Almanzora, Antonio Fernández, que «el Gobierno está poniendo fin a la maraña jurídica sobre la titularidad de los terrenos» donde cayeron las bombas nucleares desde aviones estadounidenses, la arena contaminada permanece en ellos y todavía se desconocen los plazos para su retirada definitiva.

En su comparecencia ante los medios después de reunirse con Fernández, el ministro aseguró que están «tomando medidas en los últimos meses que son muy importantes». «De hecho, se han expropiado ya todos los terrenos para conseguir que se puedan adoptar decisiones sobre ellos de inmediato. También se está trabajando en el ámbito diplomático y económico para dar una solución lo antes posible», comentó Bolaños hace dos semanas. También definió como «reivindicativo» al regidor de la localidad, que lleva años y años reclamando una partida económica para acometer por fin la limpieza de Palomares.

«No precisó mucho más respecto a las fechas, pero sí dijo que se esperan avances muy importantes en los próximos meses», reconoce el primer edil cuevano, Antonio Fernández. «El proceso de limpieza está claro y definido por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat)», recuerda. «Lo que falta es la negociación política con Estados Unidos para el depósito de la arena contaminada, porque no hay lugares determinados para eso en España ni en Europa», aclara el alcalde respecto a los nuevos pasos una vez que se han acometido las expropiaciones.

Los ecologistas, en el extremo opuesto a las administraciones, desconfían porque nuevas denuncias siguen identificando puntos con elevada radiación fuera del perímetro delimitado por el Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas. Hay incluso un proyecto de urbanización en la playa donde se bañó Fraga en 1966 tras el ‘broken arrow’ al que pretenden enfrentarse frontalmente en tanto no se acometa una descontaminación segura de todas esas hectáreas.

«Hace como unos seis o siete meses que se expropiaron los terrenos y, sin embargo, no vemos ningún tipo de avance en las negociaciones con Estados Unidos», recuerdan desde distintos colectivos medioambientales. Apuntan, además, a que «la ocultación y el misterio siguen formando parte de un episodio de la Historia» que, para más desgracia incluso, «acabó en un laboratorio de experimentación real sobre los efectos del plutonio en la población».

Tres bombas se recuperaron rápidamente en tierra, pero una cuarta aún estaría desaparecida, probablemente en el fondo del Mar Mediterráneo. Hace siete años, ambos países acordaron que los americanos se harían cargo del material tóxico y lo transportarían al desierto de Nevada, pero José Ignacio Domínguez lamenta que la demora de décadas en esa actuación puede haber provocado la conversión de las sustancias tóxicas en americio y su «propagación» ya irreversible «a través de la fauna y flora autóctonas».

Un «estigma» que desde el Ayuntamiento consideran que hay que erradicar «como asunto prioritario». El alcalde incluso ha solicitado una reunión con la embajada americana «para abordar de primera mano los compromisos adoptados», a la vez que realiza un llamamiento de nuevo a la tranquilidad porque «no hay ningún problema para la población». «Tenemos 16 kilómetros de playas maravillosas y el turismo está volviendo a disfrutar de nuestras calas con normalidad tras la pandemia», se felicita.

Pero la sombra del accidente de los bombarderos estadounidenses continúa siendo alargada, así como la lista de promesas en ese sentido. Por ello, el primer edil también tiene «reservas» respecto al nuevo compromiso en este caso. «Entendemos que se tiene que tratar siempre en las conversaciones de cualquier tema con Estados Unidos. Llevamos desde 2015 reclamando actuaciones a los distintos gobiernos y no vamos a cejar en nuestro objetivo de cerrar, definitivamente, un capítulo que debe formar parte del pasado de Palomares», asevera Fernández.