Inmigración

Guardias civiles piden parar las obras de un centro de inmigrantes pegado a la casa cuartel de Carboneras

Denuncian que se vulnera el derecho a la protección de la infancia al generar entornos incómodos y en ocasiones hasta violentos junto al ámbito familiar del cuartel

La zona en la que se realizan las obras
La zona en la que se realizan las obrasLa RazónL. R.

La Asociación Profesional Justicia para la Guardia Civil, JUCIL, ha denunciado que “niños con edades comprendidas entre los 2 y los 14 años observan a escasos metros del patio donde juegan, la crudeza de la inmigración y presencian la llegada de migrantes, en algunos casos son otros niños de corta edad que llegan acompañados, con un poco de suerte de mano de sus madres y padres”.

Juan Marcos Gutiérrez, secretario provincial de JUCIL en Almería explica que “nos encontramos ante una situación en la que el Ministerio del Interior y la Dirección General de la Guardia Civil han alterado la función de defender y representar nuestros intereses, para ponerse de lado y que nuestros compañeros, sus familias y especialmente sus hijos se adapten ante una decisión egoísta, poco considerada y que invade el entorno privado de muchas familias, convirtiendo el acuartelamiento de Carboneras en un lugar incómodo para vivir, al acoger en sus instalaciones un Centro de Custodia Temporal que no reúne las condiciones mínimas de seguridad y salubridad. Pretenden convertir una zona de aparcamiento, situada en el patio del cuartel, como un punto de recepción de todos los migrantes que lleguen a la costa almeriense, desde San José hasta Garrucha, precisa Gutiérrez.

Los migrantes que llegan a la costa, ha explicado el secretario provincial de JUCIL en Almería, Juan Marcos Gutiérrez, “son trasladados en la actualidad en los furgones hasta estas instalaciones de tránsito en las que permanecen hasta que son realizadas las denominadas fichas con su filiación y toma de huellas dactilares y posteriormente son enviados al Centro de Atención Temporal de Extranjeros, en Almería donde se hacen cargo de ellos la Policía Nacional. “Las horas que permanecen dentro del acuartelamiento son vigilados tan solo por cuatro guardias civiles, cuando a veces hay más de 50 migrantes cuando resultan lamentablemente habituales las fricciones y en muchas ocasiones enfrentamientos entre ellos, dependiendo de qué países o de que etnias proceden. Unos acontecimientos que evidentemente alteran la normalidad y la seguridad de las instalaciones del acuartelamiento en la que, vuelvo a recordarlo, viven muchos niños que en ocasiones son testigos de estas situaciones”.

JUCIL pone como ejemplo las medidas de cautela que adoptan los ayuntamientos al fijar una distancia obligatoria de 500 a 700 metros entre los salones de juego o cocinas industriales cercanas a los colegios, a los centros deportivos o socioculturales donde acuden los niños. “Y sin embargo, en este caso no se tienen en cuenta esas prudentes en cuenta preservar el ambiente en el que residen junto con sus familias una veintena de niños. No podemos decir a los hijos de nuestros compañeros que miren para otro lado cuando juegan el patio exterior y ven la tragedia y el drama de personas agotadas tras la travesía, con ropas húmedas y a los que en ocasiones hemos dado algunos alimentos e incluso proporcionado prendas secas para los niños”.

El secretario general de JUCIL, Ernesto Vilariño, conocedor de estos hechos a través de los compañeros de Almería, entre los que esta situación genera alarma y preocupa, ha anunciado la remisión inmediata de una carta al subdelegado del Gobierno en Almería, José María Martín, con el fin de solicitarle una reunión en el menor plazo de tiempo posible para darle a conocer el estado de ánimo por la decisión tomada desde la Dirección General de la Guardia Civil, que parece olvidar las principales preocupaciones por los guardias civiles y sus familias para atender otras necesidades.

Como quiera que JUCIL es una asociación profesional que vela por los derechos e intereses laborales, familiares y sociales de los guardias civiles acudirá a la reunión con el representante del Gobierno en Almería con una propuesta alternativa para la instalación del Centro de Atención a Inmigrantes, como pudieran ser las instalaciones, dependencias y patios de la Subdelegación del Gobierno en Almería, lugar en el que no residen familias y por tanto no supondría ningún problema la estancia de los migrantes todo el tiempo que fuera necesario.

La iniciativa de JUCIL de que el Centro de Atención a Inmigrantes se sitúe bien en las dependencias sin uso o casi desocupadas de la Subdelegación del Gobierno o en otras instancias de la Administración del Estado en las que desde el traspaso de competencias a la Junta de Andalucía apenas hay actividad y uso, evitaría además la posibilidad de que se transmitieran riesgos sanitarios a los niños de los guardias civiles de cuartel de Carboneras o de cualquier otro que se haya pensado en su habilitación para la acogida de inmigrantes. Estas personas, traídas en su desesperación hasta España por mafias especializadas en la trata de personas, llegan sin ningún control sanitario, lo que podría provocar el desarrollo y extensión de epidemias como ha ocurrido en más de una ocasión en los últimos años.