Economía
«No se trata de traer marroquíes y dejar de lado a los gaditanos»
La patronal de la hostelería de Cádiz defiende contratar foráneos si el Servicio Andaluz de Empleo no tiene personal
¿Falta personal con formación en la hostelería? ¿Son insuficientes los sueldos? ¿Las condiciones de trabajo son las idóneas? ¿Peligra la competitividad del sector y del destino ante la falta de personal o hace falta más control por parte de la Inspección de Trabajo? Estas son algunas de las cuestiones que, desde hace décadas, se formulan en torno a la hostelería, un sector clave a nivel nacional, regional y, ni qué decir, provincial. Son preguntas que tienen respuestas dispares y a las que, en el contexto del VII Foro Provincial de Turismo (Chiclana de la Frontera) se ‘ha sumado’ otra: ¿Habría que contratar a alumnos de las escuelas de hostelería de Marruecos para suplir el déficit de trabajadores que sufre el sector? Se trata de un planteamiento formulado por el presidente de la patronal provincial del sector, Antonio de María, que ha generado cierta polémica y sorpresa, si bien es cierto que se trata de una «solución» que, de forma pública, Horeca viene barajando hace tiempo. «Yo he propuesto en alguna ocasión que las escuelas de hostelería de Marruecos nos cojan a los alumnos más aventajados y que mediante un convenio estatal les permitan venir con sus visados de trabajo y ofrecerles empleo en condiciones y así, de camino, evitaríamos el drama de las pateras». «Es – comentó a LA RAZÓN en mayo de 2022– una propuesta que ya le he lanzando a algún que otro político, ya que incentivaría la formación en el país vecino con el premio de poder trabajar aquí en condiciones y con un buen sueldo».
Ahora, ante la petición se ha sucedido una cadena de reacciones. Empleo recuerda que Cádiz cuenta con «suficiente potencial» para cubrir vacantes. CC OO manifestó su «indignación». Entre los más críticos fue el Grupo Mixto Adelante Andalucía, cuyo portavoz parlamentario, José Ignacio García, calificó las declaraciones propias de «explotadores y racistas», denunciando la existencia de hosteleros que ofrecen «sueldos irrisorios, con una precariedad enorme y condiciones infames». Una valoración que, a juicio de Antonio de María, «son propias de alguien que no sabe de lo que está hablando». «Lo que hizo Horeca», explica, «fue reunirse con las autoridades marroquíes (hace algo más de un mes) para plantearles la necesidad de trabajadores que tenemos en la hostelería en la provincia. Y, sabiendo que tienen muy buenas escuelas de hostelería, le propusimos poder contar con esos alumnos que finalizan su periodo formativo y a los que, eso sí, habría que reforzar los estudios en base a la hostelería europea». «Ellos», añadió, «lo vieron con buenos ojos y, a partir de ahí, le trasladamos la idea a la Subdelegación del Gobierno para, seguidamente, hacer lo propio con el director general de Migración en Cádiz». «Obviamente», aclara, «hablamos de una posibilidad que tiene como base que el Servicio Andaluz de Empleo no tenga personal para facilitarnos. Porque aquí no se está tratando de contratar a marroquíes para dejar a un lado a los gaditanos. Lo que ocurre es que en el SAE no hay personal para atender a nuestras empresas (no sólo de camareros) y eso se vio el verano pasado, con negocios que no abrieron o limitaron las mesas por falta de trabajadores».
«En definitiva», subrayó, «se trata de una iniciativa tomada desde la responsabilidad de la patronal, que tiene el deber de ser previsora desde la legalidad más estricta. Porque los que vengan de Marruecos van a hacerlo con contrato y alojamiento incluido y con condiciones laborales conforme al convenio. Y, para los que lo desconozcan, decirles que esto está ocurriendo en toda España y en muchas otras actividades (construcción, transporte, etc.), porque al que le duele la muela es el que se la saca», apuntó.
«A nosotros nos parece una idea fantástica, porque la realidad nos dice año tras año que hay un déficit de profesionales en el sector y lo que no podemos hacer es cerrar negocios o reducir la actividad», señaló Vittorio Canu, presidente de uno de los mayores colectivos hosteleros de la provincia, Chiclana. «Lo que no puede ser es que, diga lo que diga el sector, se le demonice. Yo siempre le digo a los que hablan de malas condiciones laborales, etc. que no lo digan, que lo denuncien. Tenemos ovejas negras, sí, pero como cualquier otro colectivo», defendió. «Se plantea desde la legalidad y el gran escollo es el alojamiento, ya que los precios están desorbitados; también para los trabajadores de aquí», señaló.
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