Cargando...

Opinión I Méritos e infamias

Olona la almonteña

"En la Universidad de Granada se marcó una extraña suerte de «salto a la reja» sobre cuarenta tonticos encapuchados"

La ex diputada de Vox Macarena Olona Europa Press

Entre tanta lluvia y río desbordado a Macarena Olona se la llevó la corriente. Mira que hubiera dado esta mujer titulares hace dos o tres años, pero la fugacidad del tiempo y lo maleable de la cuestión humana acaban con cualquier personalidad por muy dura que sea. Es cierto que la ex VOX, desde que dio la «espantá», circula por el limbo cruel de los políticos que pese a las ganas y las intenciones se quedaron en nada. En su caso, aunque se veía venir, en menos que eso, pero Olona le pone ganas, empeño y sabe aprovechar las ocasiones como nadie.

Cuando aterrizó sin manos en Andalucía para ganar la Junta de Andalucía le valieron dos asaltos para darse cuenta de cómo en Madrid se la habían jugado. Sus excamaradas sonrieron por lo bajini, aplaudiendo el peso que se quitaban de encima y el resto del universo directamente se olvidó de ella. Hasta ahora, cuando en la Universidad de Granada se marcó una extraña suerte de «salto a la reja» sobre cuarenta tonticos encapuchados que le impedían el paso a la sala donde iba a dar una charla. Sobre la turba tonta se lanzó Olona al modo almonteño no sabemos muy bien para qué, quizás para llamar la atención y hermanarse con la masa que, agarradita, le frenaba el paso.

España es un país simpático con un paisanaje que se toma el café de la mañana sin que se le acelere el pulso y observa este tipo de sandeces con naturalidad, sosiego y paciencia. Sobre todo, cuando gobierna la coalición más progresista de la democracia en Madrid y en la Junta, el PP meridional aplaude emocionado a Felipe González en cuanto puede. Olona sabía, como en el Rocío, que lanzarse sobre la melé no entrañaba riesgo alguno, lo mismo que los fachas que se agolparon como pulgas para dar el numerito en la universidad con las caritas tapadas. Nadie les va a reprochar nada. Vivimos en el mundo de la ficción, tiramos con balas de fogueo, estamos todos en el recreo.