"Méritos e infamias"

Humor merda

"Nada que ver con las veces que Albert Boadella usaba a la Moreneta para ciscarse en el pujolismo, pero nada que ver"

"Sketch" de la Virgen del Rocío de TV3
"Sketch" de la Virgen del Rocío de TV3La Razón

En la televisión catalana se han cachondeado de la Virgen del Rocío como todo el mundo sabe ya a estas alturas del Domingo de Resurrección. Con muy poca gracia, por cierto, para los miles de catalanes de origen andaluz que son devotos de la patrona de Almonte, que tienen hermandades que peregrinan al Rocío y que pagan impuestos con los que sufragar este canal público.

Lo de reírse o no con el gag pasa por el filtro del gusto de cada cual, la poca inteligencia de los guionistas es harina de otro costal. Porque ya me dirán qué pinta la Blanca Paloma en plena Semana Santa cuando cualquiera con un mínimo de seso sabe que su procesión se celebra en la fiesta de Pentecostés.

Una mierda (merda) de broma y un cerebro formado por la misma sustancia ofrecen un producto audiovisual de exacto nivel. Humor merda, nada que ver con las veces que Albert Boadella usaba a la Moreneta para ciscarse en el pujolismo, pero nada que ver.

En un momento de la chanza el presentador se troncha de risa y confiesa que no sabe qué decir para no cagarla. Se agradece el ejercicio de sinceridad, porque el espacio íntegro no sale de ese ejercicio natural de apretar el culo. No toda la culpa reposa sobre el cuello de estos míseros bufones.

Antes de poner los ojos en blanco, lamentarnos como plañideras y lanzar espuma por la boca repensemos en lo que se ha convertido la religiosidad popular (como si hubiera otra y por utilizar una expresión muy de la Iglesia), desde que la emoción y la devoción dejaron paso a la afición y al "frikismo".

Lo acabamos de ver en Sevilla durante estos días con manadas de gente asistiendo a un espectáculo como si vieran una cabalgata en Disney World, gracias a una mayoría de cofradías que mezclan el folklore con el espectáculo y a una clase política que se pega a las hermandades para buscar votos y hacer caja con la “industria del Turismo”. Sacamos a las imágenes de las iglesias para llevarlas a un “stand” de Fitur como un “producto” más y ahora nos escandalizamos cuando se ríen de ellas en Cataluña. ¿Qué queremos?