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Cultura

Juan del Val: “Hay tuiteros que presumen de pureza literaria… y no han leído un libro”

El Premio Planeta, con «Vera. Una historia de amor», retrata los contrastes sociales en una Sevilla como escenario de la novela pero más allá de la clásica postal

Juan del Val Alberto R. Roldán

En «Vera. Una historia de amor», Premio Planeta, Juan del Val elige una Sevilla íntima, esa que se descubre cuando uno deja de ser visitante. Desde sus bares, calles y códigos sociales, asoma a lo que se ve y a lo que se oculta, para hablar de libertad, miedo y del coraje de romper con lo establecido. Con su humor habitual, también deja un guiño final sobre el Planeta y quienes opinan sin leer.

Ha elegido para la trama de su Premio Planeta una Sevilla que no es la clásica de postal, sino la de quienes la viven con más profundidad: Casa Moreno, la Bodeguita Romero, esos lugares emblemáticos de la ciudad hispalense que no salen en las guías.

Claro. Al venir tanto terminas conociendo lo que es para ti la ciudad real. A mí me gustan los bares, y Sevilla conserva una esencia en sus lugares que me encanta. Me gusta todo de Sevilla: sus barrios, sus bares… y mucho los toros. Aunque «me trabajo mucho» el Arenal, Sevilla es muchísimo más grande que esa postal que solemos ver.

Además, te atreves con arquetipos potentes: el señorito, la mujer que deja de ser florero, la nobleza y el pueblo llano, el amor que rompe barreras de clase. ¿Qué encontró en esos tópicos que a veces despreciamos, pero que, sin embargo, siguen hablando de la condición humana?

Me apetecía reflejarlos sin juzgarlos. No hablo de «ricos malos» y «pobres buenos», porque eso es demasiado básico. Pero sí existe una diferencia muy real en las oportunidades: no es lo mismo nacer en un sitio que en otro. Y la alta sociedad, en Sevilla como en otros lugares, tiene una mirada juzgadora, opresora con quien intenta salirse del carril. A veces provoca claustrofobia. En «Vera», desde luego, la provoca: es un lugar del que quiere marcharse.

La relación entre Vera y Antonio es un salto sin red: amar fuera de lo que «toca», fuera del guion que otros habían escrito para ella. ¿Es el deseo, en esta novela, una forma de libertad que lo mueve todo?

Sí. Vera intuye que tiene que irse del sitio en el que está, aunque no sepa dónde quiere llegar. Y ese vértigo también quería reflejarlo. Es una mujer privilegiada: sin problemas económicos, sin cargas… y aun así tiene miedo de moverse. Ese miedo a buscarte a ti misma me parecía interesante. Vera vive una vida confortable pero que la agota, hasta que se convierte en algo insoportable.

La vida de la protagonista Vera era «un tópico pegado a otro», un matrimonio perfecto por fuera pero vacío por dentro. ¿Cree que esa sensación de vivir una vida impecable pero ajena es lo que conectará a tantas lectoras?

Es una sensación muy reconocible para muchas mujeres, en esa edad en la que empiezan a mirar su vida y darse cuenta de que lo que «tenían que tener» ya no las llena. Ese momento vital me parece muy interesante.

En «Del Paraíso» trabajaba la idea del lujo como cárcel. Aquí vuelve a aparecer esa nobleza sevillana que impone pero que nadie conoce realmente por dentro. ¿Le interesa explorar esos mundos que parecen ideales pero están llenos de grietas?

Muchísimo. Me interesa lo que pasa detrás de lo que se ve. Lo visible es armónico, bonito, seductor… pero cuando entras a lo que les pasa a esos personajes, muchas veces no los envidias. Me interesa ese contraste. En Sevilla, además, existe ese mundo, claro que existe, pero la clave es no dejarte atrapar por él. Primero, porque no te dejan entrar; segundo, porque tienes que demostrar que no quieres entrar. Ese es el cortocircuito que no saben gestionar.

Para terminar, en «El Hormiguero» de Antena 3 suele despedirse con un chascarrillo sobre una escena mínima de la vida cotidiana, de esas que dicen mucho. ¿Qué diría de este experiencia con el Premio Planeta?

Algo así como… ese tipo de personas que hablan de las novelas sin leérselas. Tuiteros garantes de la pureza literaria que no se han leído ni un libro. Se nota cuando no lo han leído.

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