
Tribunales
Condenado por robar a su madre adoptiva, asfixiarla, meterla en un congelador dos días y tirarla a una arqueta en Málaga
El tribunal le impone 27 años y un mes de cárcel, con la agravante de parentesco

La Audiencia de Málaga ha condenado a una pena de 27 años y un mes de prisión a un joven por acabar con la vida de su madre adoptiva, a la que, junto con un menor, ató y amordazó en su vivienda para robarle; tras lo que se deshicieron del cuerpo dejándolo primero en un congelador y en un baúl, para luego tirarlo dentro de una arqueta en Málaga capital.
Esta sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, se dicta tras el veredicto de culpabilidad de un jurado popular, que consideró probado que el 25 de mayo de 2022 el acusado fue junto a un menor, ya condenado por estos mismos hechos, a la vivienda de su madre adoptiva "sin su consentimiento violentando la cerradura de la puerta principal".
"Para lograr sus propósito de obtener un beneficio económico, conminó a esta a que le facilitara el pin de la tarjeta de crédito para sacar dinero de su cuenta corriente, empleando violencia física atándola de pies y manos, amordazándola hasta acabar con su vida ante la oposición de esta", señala la resolución, que precisa que tras esto se llevó 900 euros que la mujer tenía en su bolso.
Asimismo, se declara acreditado que cuando la mujer estaba amordazada el acusado, en compañía del menor, "tiró con fuerza de la cuerda" que tenía alrededor de cuello, "siendo consciente de que su acción podía causarle la muerte y de las circunstancias en que se hallaba la mujer que le impedían o dificultaban defenderse", aprovechando "el estado de indefensión".
Tras esto, dice la sentencia, el procesado y el menor introdujeron el cuerpo de la mujer en un congelador que había en su domicilio, "donde permaneció al menos dos días, para luego proceder a limpiar la casa". Posteriormente, "con absoluta falta de respeto debido a los restos mortales de la víctima, procedió a trasladar su cadáver al trastero de la casa en una bolsa negra adquirida al efecto".
Así, la resolución precisa que metió el cuerpo en un baúl, "hasta que uno o dos días después y tras buscar un sitio donde deshacerse del cuerpo, lo trasladó en un carro para tirarlo en una arqueta" de Málaga capital.
En función del veredicto del jurado, la Sala considera al acusado responsable de los delitos de asesinato, robo con violencia en casa habitada y profanación de cadáveres, por los que le impone 27 años y un mes de cárcel, con la agravante de parentesco. En cuanto a las indemnizaciones, señala que "la muerte violenta de esta ha supuesto un desgarro vital, afectivo, humano y familiar de especial trascendencia para sus familiares".
Esto constituye "un valor especialmente digno de ponderación y que ha de merecer un ajustado resarcimiento económico". Así, condena al acusado a indemnizar a la madre de la fallecida con 50.000 euros, a cada uno de los cuatro hermanos de la mujer con la cantidad de 15.000 euros y con esta misma cifra al hijo de la víctima.
El jurado se ha basado en varias pruebas, entre ellas la propia declaración del acusado, que reconoció esencialmente los hechos, aunque añadió que había tomado droga y su defensa incidió en su discapacidad intelectual, aspectos que no han sido tenidos en cuenta a la hora de atenuar la pena, al considerar que presenta un retraso mental leve "pero su capacidad intelectual es válida".
Sobre la confesión, tampoco se estima ya que aunque el acusado ha confesado voluntariamente los hechos por los que venía acusado en el juicio oral y asumió su responsabilidad, el jurado no estimó probado que haya colaborado en la aclaración relevante de los hechos enjuiciados, sino que su confesión es "tardía o meramente irrelevante".
Según la Audiencia, "resulta lógico y racional concluir que existe intención de matar en la conducta consistente en atar de pies y manos, y amordazar a una persona dentro de su domicilio, tirar con fuerza de la cuerda con la que estaba amordazada y tenía alrededor de cuello". "La indefensión sufrida por la víctima fue total", dice la sentencia, que apunta que "no existía riesgo" para los agresores.
Incide la Sala en "la excesiva violencia desarrollada sobre la víctima" y en que los investigadores calificaron el ataque como "brutal, salvaje". También considera acreditado que el robo fue el motivo y que los actos realizados posteriormente "excedieron de los necesarios para el ocultamiento del cadáver y revelan un falta de respeto de tal entidad", de forma que son "indignos".
En este procedimiento también fueron juzgadas por encubrimiento dos mujeres, la madre del menor y su pareja, quienes finalmente han sido absueltas en la sentencia, al considerar que este tipo delictivo "requiere ayuda material y aporte causal, de modo que solo el conocimiento de la comisión del asesinato y el mero consejo de que se deshicieran del cadáver no satisface el contenido del tipo penal".
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