
Sociedad
Los mapas soviéticos de Andalucía durante la Guerra Fría
La URSS estudió en detalle la cartografía de nueve ciudades andaluzas y un total de 35 españolas

La historia, parafraseando a Marx, siempre se repite, en ocasiones como farsa y otras como tragedia. El mundo vive, de momento, una nueva Guerra Fría, entre aranceles, movimientos hacia China y negociaciones en la sombra con Rusia en relación al conflicto de Ucrania. La llamada Guerra Fría primigenia fue un conflicto político-ideológico entre Estados Unidos y la entonces Unión Soviética (URSS) que duró desde 1947 hasta 1991. Lejos de lo que pudiera parecer, Andalucía tenía un interés estratégico "al otro lado del telón de acero". La URSS diseñó mapas de hasta nueve ciudades andaluzas, con objetivo militar, con un nivel de detalle no visto en la cartografía hispana hasta décadas más tardes. Andalucía no contaría con cartografía a escala 1.10.000 hasta 1992, y fue la segunda comunidad autónoma tras Cataluña en dotarse de una cartografía básica a una escala territorial de tanto detalle.
Los satélites rusos captaron en los años 70 imágenes en alta resolución de Sevilla capital, realizando dos mapas secretos de la parte norte y sur a escala 1-10.000, además de otros documentos de siete ciudades andaluzas más. Estos mapas se vendieron tras el fin de la URSS y fueron comprados por el Instituto Cartográfico y Geológico de Cataluña (cartotecadigital.icc.cat/cdm /ref/ collection/espanya/id/2658), digitalizados en 2014 y que pueden verse también en la reseña del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

La antigua Rusia no sólo tenía interés por las ciudades andaluzas. Hay mapas de 35 ciudades españolas. De Andalucía están Sevilla, Algeciras, Cádiz, Córdoba, Málaga, Gibraltar-La Línea, San Fernando, Jerez de la Frontera y Granada.

"Años 70. El telón de acero divide el mundo en dos bloques en constante alerta. El papel estratégico de Andalucía en el panorama geopolítico mundial por su ubicación entre dos mares y entre dos continentes se ha agudizado con la polarización del mundo en torno a dos potencias hegemónicas como EEUU y la URSS. Dos décadas antes se han firmado los Pactos de Madrid, que traen a España las bases norteamericanas. En Andalucía se instalaron las de Rota, Morón y San Pablo, hoy desmantelada. Y el servicio cartográfico de la Unión Soviética pone su atención en este rincón del planeta", recoge el IECA.

Según la información disponible en la página web del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA), dependiente de la Consejería de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, "la elaboración de esta cartografía en el primer lustro de los años setenta se corresponde con un periodo de distensión en la conocida como Guerra Fría, en el que Andalucía, por la presencia de las bases norteamericanas, desempeñaba un importante papel en el sistema defensivo-ofensivo de Occidente. El planteamiento estratégico del Pentágono a partir de 1950 fue que la Península Ibérica podía ser el último reducto de defensa en Europa Occidental y que las bases aéreas y navales en España eran fundamentales para completar su periferia defensiva".

"Los planos urbanos de las ciudades andaluzas fueron levantados por el servicio cartográfico de la URSS entre 1971 y 1976 y editados, cada uno de ellos, dos años después. Las ciudades elegidas lo fueron por su interés estratégico, militar y económico, destacando aquellas relacionadas con el Estrecho de Gibraltar. De hecho, Algeciras no sólo fue la primera (1971) de la Península, sino también de todas las de Europa Occidental disponibles en el fondo del ICGC", recoge el IECA.

El IECA también subraya que "uno de los elementos más sorprendentes de estos mapas es su gran nivel de detalle. En aquellos años, en España, sólo existían mapas topográficos publicados a escala 1:10.000 de contadas ciudades, y los disponibles estaban muy desfasados. De hecho, Andalucía no contaría con cartografía a escala 1.10.000 hasta 1992, y fue la segunda comunidad autónoma tras Cataluña en dotarse de una cartografía básica a una escala territorial de tanto detalle. Y la formación del actual Mapa Topográfico Nacional a escala 1:25.000 no comenzó hasta 1975 y se concibió como una serie limitada a zonas de especial interés: periferia costera, áreas fronterizas y grandes núcleos urbanos".

"La riqueza de contenidos y la escala de esta serie hace pensar que su elaboración debió de incorporar las últimas tecnologías de reconocimiento territorial disponibles por la industria militar soviética, aunque las cartelas y el resto de la información marginal no aportan información útil para conocer cómo fueron elaborados, ni qué fuentes se usaron", explica el IECA. "La riqueza y detalle de sus contenidos (sólo las hojas de Sevilla incluyen en su leyenda 158 referencias localizadas con coordenadas alfanuméricas), hace pensar que su elaboración debió de estar fundamentada en la fotointerpretación exhaustiva de imágenes de alta resolución, que, ante la imposibilidad de realizar vuelos con aviones de reconocimiento fotográfico, tendrían que haber sido adquiridas desde satélites artificiales", continúa.

La URSS "disponía de satélites de observación de la tierra, como los Zenit-4, explotados entre los años 1963 y 1970, equipados con una cámara fotográfica de alta resolución capaces de obtener fotografías de entre 1 y 2 metros de cualquier lugar del mundo. Y en 1970 aparecieron los Zenit-4MK, que existieron hasta 1980, los cuales podían colocarse en una órbita más baja y obtener así una resolución y una calidad de imágenes más altas". Además de las imágenes de alta resolución, "los contenidos de estos mapas muestran que se debió de hacer uso de la cartografía española preexistente, que, aunque de escalas de menor detalle y desfasadas, fue imprescindible para plasmar elementos como la toponimia, la clasificación de las infraestructuras, la altimetría, la batimetría y otros tipos de informaciones. En los mapas se identifican algunos errores provocados quizás por el uso de información desfasada".
Carácter militar
El contenido de esta planimetría "deja claro su carácter militar y secreto (СЕКРЕТНО en alfabeto cirílico), con referencias al Estado Mayor (ГЕНЕРАЛЬНЫЙ ШТАБ). Las claves de los signos convencionales distinguen aquellos elementos de interés militar, que comprenden zonas industriales, estaciones de ferrocarril, instalaciones militares, depósitos de combustible, centros de telecomunicaciones edificios oficiales. También se distinguen los cuarteles en proyecto y los barrios densamente construidos con edificaciones en altura", indica el IECA.

"La topografía se completa en las zonas marinas con una exhaustiva información batimétrica, lo cual es inusual. La cartografía tiene también un importante y rico repertorio toponímico, que es enriquecido con el callejero. Este último es un elemento sorprendente, pues las agencias cartográficas de España (IGN) y de Andalucía (IECA), no se dotaron de un callejero hasta entrado el nuevo milenio, y sólo los ayuntamientos y el catastro contaban con cartografía con callejeros, con un nivel muy desigual de actualización", recoge el Instituto Estadístico andaluz.

"Andalucía ha jugado históricamente un papel estratégico por su posición entre dos mares y dos continentes, que se acusa en la segunda mitad del siglo XX con la polarización del mundo en dos potencias hegemónicas: la URSS y los Estados Unidos", indica el IECA. "El planteamiento estratégico del Pentágono a partir de 1950 era que la Península Ibérica podía ser, por su posición geográfica, el último reducto de defensa en Europa Occidental y que las bases aéreas y navales en España eran fundamentales para completar su periferia defensiva. En 1953 se firman los Pactos de Madrid, acuerdo hispano-norteamericano de defensa, y como consecuencia se localizan en Andalucía algunas de las principales infraestructuras y se concentran el mayor número de bases previstas", señala el ente andaluz. De nuevo, la historia puede repetirse.
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