No molestarás

Desde la entrega de los Goya en el sevillano auditorio de Fibes hasta la final del concurso de agrupaciones carnavalescas en el gaditano Gran Teatro Falla, los habitantes del pequeño universo de la cultura aprovechan sus momentos de mayor visibilidad para subrayar su compromiso con las izquierdas y escarnecer, con mayor o menor elegancia, a todos cuantos etiquetan como «fachas», una multitud de decena de millones de personas… y creciendo. «Sub sole nihil novi est», o sea, lo de toda la vida del Señor con una excepción llamativa. Pese a proyectarse desde Andalucía para toda España, en ambas manifestaciones se sacó del foco de la crítica a Juanma Moreno, el político del Partido Popular con mayor poder territorial y uno de los pocos presidentes autonómicos, junto a Alberto Núñez Feijóo en Galicia, que blasona de mayorías absolutas en este reciente ciclo de multipartidismo. El barón meridional encarna a la bicha que espanta a toda la zurdera en el inminente ciclo electoral y, sin embargo, su aura de normalidad lo pone a salvo de las invectivas, de las justas que pudieran provocar sus errores y de las arbitrarias que genera el sectarismo mitinero de actores, cineastas, cupletistas o medios de comunicación masivamente escorados a babor. La aznarista lluvia fina o, expresado en un lenguaje más actual, el liderazgo «soft» lo han convertido en un mirlo blanco en este infausto tiempo de estridencia. El undécimo mandamiento de la Ley de Dios, «no molestarás», es el primero en el ideario de un gobernante que ha sido adoptado como parte del paisaje por partidarios y también, ay Juan Espadas, por sus detractores. Los hombres providenciales dan terrible pereza y el votante de esta tierra, con sapiencia senequista, ha elevado a la normalidad a la categoría de virtud teologal.