Recurso finito
Riesgo de cortes de agua en las grandes capitales andaluzas en seis meses
La emergencia de sequía se dispara y continúa sin llover. El reconocimiento de la singularidad hídrica supondría ayuda extra
La reserva de agua en los pantano de la Confederación Hidrográfica del Guadalquivir se encuentra ya por debajo de los mil hectómetros cúbicos. A 11 de diciembre de 2023 hay embalsados 984 hm3 –sobre una capacidad máxima de 5.644– para atender las necesidades de tres cuartas partes del territorio que ocupa la comunidad autónoma andaluza. Las Cuencas Mediterráneas Andaluzas se hallan al 20,05%, la Cuenca Guadalete-Barbate, al 14,69% y la demarcación del Tinto-Odiel-Piedra está al 34%. La previsión de precipitaciones a corto plazo no invita al optimismo. Es más, los temidos cortes de suministro de agua en las grandes capitales andaluzas son ya más que una amenaza. Si el escenario actual no cambia, en seis meses comenzarán las duras restricciones para millones de andaluces.
En Sevilla, por ejemplo, sería una situación inédita en el presente siglo. Habría que remontarse casi 30 años, a la sequía del periodo 1991-95, para recordar cortes diarios en el grifo.
El presidente de la Junta, Juanma Moreno, reclamó ayer, en el marco de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP28), que se celebra en Dubái (EAU), que se reconozca la singularidad hídrica de Andalucía. Durante su intervención en un acto del Comité de las Regiones de la Unión Europea, organismo del que es vicepresidente, Moreno expuso que Andalucía es una de las regiones «más vulnerables y afectadas» por el cambio climático en Europa, como se está viendo con la «durísima» sequía que padece, que no es un «problema coyuntural, sino estructural, y que va a peor».
Que la UE reconozca la singularidad hídrica permitiría contar con un extra de ayuda con el que poder mantener los niveles de progreso y bienestar y también de protección a la naturaleza.
En un reciente dictamen del Consejo Económico y Social Europeo, de septiembre de este mismo año, se señala que «la pobreza hídrica tiene consecuencias sociales, económicas y medioambientales de gran alcance, entre l as que se cuentan los riesgos para la salud a escala individual y comunitaria, el menoscabo de la empleabilidad y el deterioro de la economía local, la exclusión social, la contaminación medioambiental, los movimientos o migraciones de población y la inestabilidad política».
Andalucía, por su capacidad y su potencial agrícola, alimenta a 500 millones de personas en el mundo, y «sin agua es imposible mantener esa capacidad de producir en calidad y en cantidad», recalcó ayer el presidente de la Junta de Andalucía.
La administración regional viene realizando un esfuerzo muy destacado en materia hídrica para paliar el déficit de infraestructuras hidráulicas que heredó en 2019. «Durante décadas no se ha invertido en Agua en Andalucía», subraya Carmen Crespo, consejera de Agua, quien destaca que, «afortunadamente, el presidente Juanma Moreno ha puesto la obra hidráulica entre las prioridades de la Junta de Andalucía en los últimos cinco años» invirtiendo 1.500 millones de euros. «Y con la estrategia ‘Sequía Plus’ vamos a dar una vuelta de tuerca más», recalcó, en referencia al plan presentado la semana pasada para situaciones extremas como se avecinan si continúa sin llover y que incluye: desaladoras portátiles, aguas regeneradas y hasta la contratación de barcos para traer agua potable a Málaga y el Campo de Gibraltar, zonas más necesitadas.
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