Patrimonio
Así eran los andamios con los que levantaron la Giralda
"No se conformaron con la madera de pino y trajeron incluso madera mucho más resistente
Los ladrillos empleados en la Giralda "eran de una perfección absolutamente asombrosa", aun siendo de distintos fabricantes, que, "muy inteligentemente", variaban de unos a otros "lo que es la dimensión del mismo para ser capaces de controlar la recepción de los materiales y tener también un control sobre los fabricantes".
Así lo ha expresado el arquitecto responsable de la Giralda, Eduardo Martínez Moya, y así se ponía de manifiesto en el reciente simposio internacional sobre la emblemática torre y símbolo universal de Sevilla, celebrado la pasada semana. Un foro que reunía, entre muchos expertos internacionales, al doctor por Harvard Jonathan Bloom, que ha dedicado más de cincuenta años a esta materia y calificaba la Giralda como uno de los monumentos más famosos de Al-Andalus.
Junto a la calidad de la fabricación de los materiales empleados hace más de siete siglos, otra de las conclusiones que se ponían sobre la mesa en este foro era el hecho de que en las agujas usadas para la construcción -elementos de madera porque soportaban los andamios- "no se conformaron con la madera de pino y trajeron incluso madera mucho más resistente y menos deformable, procedentes de África, de las montañas del Atlas", tal como ha afirmado el arquitecto en una entrevista en el espacio Mediodía Sevilla de Canal Sur Radio, recogida por Europa Press.
Un simposio que servía para que técnicos y especialistas en la materia aporten nuevas ideas y confronten criterios a raíz de toda la información documentada en estos últimos diez años, tras la restauración de las cuatro caras de la Giralda, que ha arrojado "datos muy interesantes, recabados aprovechando esos trabajos de conservación".
Los análisis y estudios realizados acreditan informaciones que "vienen a ratificar la importancia que tuvo la ejecución de la Giralda en su momento, pues en el siglo XII se estaba realizando una torre que era monumental y superior en altura a cualquier elemento almohade de la época".
"Aparte de la tecnología, la organización, la creatividad y la asombrante belleza, había que tener debajo un esqueleto, una arquitectura que fuera capaz de soportar dicha perfección artística", ha añadido Martínez Moya.
Como prueba de "la enorme influencia cultural y arquitectónica de la Giralda", Bloom, en su disertación, aludía a las numerosas réplicas que existen o han existido en el mundo, como las que se levantaron en Nueva York, San Francisco, y Kansas City.