Sevilla se ha levantado con el previsible caos circulatorio. En especial en la zona próxima a Fibes, donde se celebra la IV Conferencia Internacional sobre Financiación para el Desarrollo. Las restricciones en las principales avenidas mantienen la ciudad colapsada a esta hora.

Sirenas, tanquetas en cada esquina, continuos vuelos bajos de helicópteros, drones recorriendo las calles más céntricas y miles de agentes de la Policía Nacional y la Guardia Civil por las calles, así como una llamativa presencia militar. Sevilla es una ciudad «sitiada» estos días. Muchos tildaron de «ocurrencia» la petición que hace una semana realizaba el alcalde de Sevilla a los vecinos de la zona este, donde se ubica Fibes, el Palacio de Congreso y Exposición donde tiene lugar la cumbre de la ONU. Entonces, José Luis Sanz sugirió que los sevillanos pidieran días de asuntos propios en sus empresas o teletrabajaran para evitar el caos circulatorio que se prevé desde esta misma mañana. Hoy se entiende mucho mejor.

Durante toda la jornada de ayer se produjo la escalonada llegada de las delegaciones internacionales. Sevilla arde en su primer fin de semana de verano. La ola de calor eleva los termómetros al sol a los 50ºC, las calles están vacías. En el entorno de Sevilla Este, aún más. Se han retirado vehículos, contenedores y papeleras, y se revisan alcantarillas. La seguridad se impone a todo. Imprescindible llevar el DNI encima por los controles en casi cada calle. Los agentes resisten con heroicidad el calor abrasador mientras van redirigiendo a los pocos ciudadanos que son capaces de pasear en esas condiciones. Otra cosa será desde primera hora de hoy, cuando la ciudad recobre la actividad y se levante con trescientas calles cortadas. Las molestias están más que advertidas.

Las principales avenidas son un discurrir constante de vehículos oficiales que trasladan a los casi 12.000 asistentes a la cumbre, entre ellos unos 70 jefes de Estado o de Gobierno. El Gobierno ha desplegado unos 8.600 efectivos policiales, militares y de Guardia Civil para velar por la seguridad. La denominada «Operación Maat» entra en su fase crítica y la capital andaluza accede al nivel de máxima alerta.