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Vivienda

Los pisos turísticos desbordan Sevilla

Asociaciones vecinales denuncian que el 85 por ciento de los pisos turísticos registrados en el centro en 2025 son ilegales por encontrarse en «zonas tensionadas» y protestan por la falta de colaboración del alcalde

Sevilla acoge cada año a millones de turistas y su parque de viviendas no es capaz de sostenerlo EP

Encontrar una vivienda a un precio asequible en Sevilla se ha vuelto una quimera. Si a la ecuación añadimos el concepto «Casco Antiguo», la operación se vuelve prácticamente imposible, especialmente si el interesado cumple con las características del joven sevillano promedio. Gran culpa del incremento desorbitado en los precios para compra o alquiler en el centro de la capital hispalense la tiene la actividad turística descontrolada. Es lo que denuncia la asociación vecinal «La Revuelta», un colectivo con más de 15 años de historia que acusa al Ayuntamiento dirigido por José Luis Sanz de no cumplir con su propia normativa municipal: el 83,67% de las viviendas turísticas inscritas en el Casco Antiguo en 2025 se encuentran en zonas denominadas «saturadas».

El texto aprobado por el Consistorio sevillano en octubre de 2024 para establecer una limitación proporcionada de las Viviendas de Uso Turístico (VUT) en los diferentes barrios de la ciudad recogía como principal conclusión que el número de VUT permitidas no debería superar el porcentaje del 10 por ciento establecido del total de viviendas disponibles como presión turística máxima admisible. Así, se distinguían tres zonas con distinta presencia de este tipo de alojamiento, a tenor de lo cual se proponía un decrecimiento de estas viviendas en el caso en el que superen el 10% de las viviendas familiares totales; se admitía un crecimiento controlado en los barrios en los que estos inmuebles suponen entre un 5 y un 10% de las viviendas totales; y se permitía un crecimiento en aquellas zonas con una presencia de VUT inferior al 5% de los hogares existentes.

En el primer caso se encuentran once barrios del distrito Casco Antiguo (Santa Cruz, Arenal, Alfalfa, San Bartolomé, Feria, Encarnación, Regina, Santa Catalina, San Lorenzo, San Gil y, San Vicente) y la parte más tradicional del distrito Triana. Las cifras que publica ahora «La Revuelta» demuestran que la regulación aprobada en su día por el Gobierno municipal no es más que papel mojado y que existe una clara falta de voluntad de control de esta cuestión. «Nuestra denuncia principal es que la norma que el propio Ayuntamiento estableció, con la que nosotros no estamos de acuerdo, porque pensamos que un 10% es poco, no se está llevando con control y con la inspección adecuada, y no hay garantías de que realmente se estén teniendo en cuenta y se estén respetando las zonas saturadas», explica Puri Huertas, representante legal de la asociación vecinal.

Huertas aclara que ellos no están en absoluto contra el turismo, sino contra la masificación del fenómeno y matiza que el problema no son solo las viviendas turísticas, sino los apartamentos, bloque enteros de viviendas que se están destinando a este uso y que no estaban incluidos en la norma aprobada por el Ayuntamiento antes mencionada.

«Este año se han creado 79 apartamentos turísticos, que son bloques enteros. Ahora mismo todas las obras que hay en la calle San Luis, en la calle Feria, todas las obras nuevas en toda la zona del Casco Norte son apartamentos turísticos», insiste la representante vecinal.

«Lo que estamos viviendo en el barrio es una invasión y es una pena porque estamos perdiendo el alma de nuestro barrio. A nosotros nos gusta que vengan los visitantes y los turistas, claro, y creemos que es positivo, pero no de esta manera, impidiendo que los jóvenes vivan aquí», protestan desde La Revuelta.

Huertas denuncia además que la comunicación con el Consistorio que preside Sanz es nula: «La anterior corporación también tenía sus fallos, no decimos que no, pero con la actual tenemos mucha falta de comunicación. Lo que digan los vecinos y vecinas no les interesa, no nos escuchan.

El hartazgo es evidente y se hará visible en una manifestación que tendrá lugar el próximo 20 de noviembre bajo el lema «Sevilla se levanta», en la que confluirán distintas plataformas vecinales para exigir un límite real a las viviendas de uso turístico en el centro.