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El significado de la bandera verde y blanca de Andalucía
Era un símbolo asumido por los ciudadanos, tal como muestra su uso social y espontáneo en las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977
La Constitución española de 1978 regula en el artículo 4 la potestad de las comunidades autónomas, a través de sus estatutos, para reconocer banderas y enseñas propias. Su uso junto a la bandera nacional supone un compromiso con las identidades históricas y socioculturales de un estado descentralizado.
El Estatuto de Autonomía para Andalucía aprobado en 1981 dedica su artículo 6.º a los símbolos de la Comunidad, cuyo origen común se vincula a la Asamblea de Ronda de 1918. Mientras la bandera queda fijada con claridad en dicho artículo, la consolidación del himno y el escudo se remite a una posterior ley del Parlamento.
La bandera era un símbolo asumido por los ciudadanos, tal como muestra su uso social y espontáneo en las manifestaciones del 4 de diciembre de 1977 o su presencia en los carteles del referéndum de 1980 y de las primeras elecciones autonómicas, celebradas el 23 de mayo de 1982.
El Estatuto de Autonomía para Andalucía de 2007 mantiene en su texto la descripción de la bandera e incorpora lo establecido en la Ley 3/1982, de 21 de diciembre, sobre el himno y el escudo de Andalucía.
La bandera de Andalucía es una de las más reconocibles de España. Se compone de tres franjas: verde, blanca y verde, todas del mismo ancho. Se la conoce como “la blanca y verde” -denominación a la que ayudó una canción del granadino Carlos Cano- pero también como “arbonaida”, que significa lo mismo en una antigua lengua romance andalusí denominada aljamía. La primera Mezquita de Al-Ándalus fue la de Algeciras y se denominó “las arbonaidas”, por las diversas banderas de los pueblos de la península.
La bandera de Andalucía tal como se conoce fue adoptada por la Junta Liberalista en la Asamblea de Ronda en 1918. Desde 1982 es la bandera oficial de Andalucía.
En el estudio “Los símbolos en el Andalucismo Histórico, Trayectoria de nuestra bandera, escudo e himno” del historiador Jesús P. Vergara Varela se señala que “está comúnmente admitido que fue en la Asamblea Regionalista de Ronda de enero de 1918 el lugar en el que vieron la luz la bandera y el escudo de Andalucía. Fueron precisamente algunos andalucistas históricos, como el propio Blas Infante, quienes atribuyen a la cita rondeña su aprobación, aunque lo cierto es que aún no contamos con las actas que supuestamente habrían de levantarse en dicho evento. Por su parte, el himno de Andalucía nació en 1933 durante la Segunda República, tal como recogió en una publicación la Junta Liberalista de Andalucía, heredera de los Centros Andaluces. Sea como fuere, lo que sí es innegable es que los símbolos andaluces cuentan hoy con la oficialidad, el recorrido histórico y el reconocimiento popular más que suficientes como para no dudar de su innegable legitimidad, hasta el punto de que alrededor de medio centenar de municipios les han hecho referencia a la hora de elaborar los suyos propios”.
El autor de la bandera fue Blas Infante, considerado el padre de la patria andaluza en el propio Estatuto. Infante, un notario de Coria del Río al que mandó fusilar Queipo de Llano, aludió para elegir los colores al estandarte de la dinastía andalusí de los Omeyas, que era verde; y el blanco provendría del perdón entre el pueblo almohade. Popularmente, el verde representa la esperanza y el blanco, la paz.
“El significado de estos colores contó desde el principio con dos acepciones diferentes; por un lado, la más poética de las casas blancas de los pueblos andaluces sobre los campos verdes, y por otro la de los colores más representativos de la dinastía Omeya, período de mayor esplendor del territorio andaluz para los andalucistas históricos. Unos colores que además aparecen combinados en estandartes como el de Colls (s. XI), el que ondeó en la Giralda de Sevilla tras la victoria de la Batalla de Alarcos (1195), en los incautados a Boabdil en la Batalla de Lucena (1483) —aparecidos en el escudo del II Conde de Cabra—, los de los barcos de los “Viajes Andaluces” de Colón (1499-1502) —aparecidos en el lienzo Virgen de los Mareantes (1531-1536) de Alejo Fernández (véase pag. 26), y vueltos a utilizar durante la Exposición Iberoamericana de Sevilla (1929) y que Juan Álvarez Ossorio insinúa que los andalucistas identificaron como representativos de Andalucía—, el enarbolado por el IX Duque de Medina Sidonia y el morisco Tahir al Hor en su historiográficamente controvertido complot (1642), o las banderas supuestamente utilizadas según cierta historiografía durante las revoluciones llamadas Gloriosa (1868) y Septembrina (1873) —en las que al verde y al blanco se les suma el negro y el rojo—; aunque parte de esta continuidad cromática responde más a construcciones historiográficas posteriores que a la tenida en cuenta por el propio Andalucismo Histórico”, se recoge en “Los símbolos en el Andalucismo Histórico, Trayectoria de nuestra bandera, escudo e himno” del historiador Jesús P. Vergara Varela.
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