Atresmedia
Atresmedia, un Grupo comprometido en la crisis del coronavirus
Turnos estancos, rotaciones, teletrabajo, «mini redacciones», distancia social... Así se afrontó una situación inédita
En marzo, la pandemia del coronavirus golpeó fuerte en nuestro país, obligando al Gobierno a llevar a cabo una gran actuación ante el incremento de los casos de Covid-19. Atresmedia, bajo la responsabilidad de la Dirección General Corporativa, con Patricia Pérez al frente, también activó los protocolos que venían estudiándose desde las semanas previas para ese caso, a la espera de conocer la normativa, que podía incluir el confinamiento de la población durante un tiempo determinado.
Ante esa posibilidad, la primera medida de calado fue la activación del teletrabajo a gran escala. Se trataba de una decisión inédita, ya que hasta entonces esta modalidad laboral se había circunscrito a un pequeño nivel de trabajadores. Sin embargo, ahora llegaba el momento de trasladar al grueso de la plantilla a sus hogares con el reto de mantener el mismo nivel de exigencia laboral, sumándole el añadido de que en él se incluían áreas que hasta entonces no se habían contemplado.
¿Podría mantenerse la actividad del Grupo?
El reto era enorme. Pues, ante todo, el primer objetivo era preservar la salud de los empleados en una situación con un enorme desgaste físico y psicológico y, además, mantener la Compañía y sus Divisiones en rendimiento. Y, por supuesto, con la voluntad decidida de mantener todos los puestos de trabajo de la Compañía, con el apoyo de los comités de empresa, con los que se ha establecido una línea de comunicación y colaboración continua.
Para Lucio Fernández, director de Recursos Humanos de Atresmedia, el reto del teletrabajo fue una de las cuestiones más importantes junto a la del mantenimiento de unas condiciones sanitarias para generar un entorno de trabajo seguro: «En sólo tres días pusimos los medios para que más de 1.500 personas pudiesen trabajar desde casa con total conectividad y con todas las herramientas con las que contaban cuando trabajaban presencialmente». Fernández destaca que se trató de un «cambio de mentalidad» y que su implementación en esas condiciones debió mucho al «compromiso» de los propios trabajadores, así como a la «rapidez y eficacia del Área de Sistemas».
Y es que en los primeros momentos, Sistemas tuvo que hacer frente a un cambio revolucionario. Lo que hasta entonces había sido una excepción, se convirtió en la normalidad. Manuel Serrano, subdirector de Explotación, Sistemas y Seguridad Informática, recuerda que la estrategia de Tecnología de la Información (TI) de la Empresa fue decisiva, pues «nos ha permitido contar con la capacidad necesaria de infraestructuras y soluciones tecnológicas que soportan el teletrabajo para que cerca de 3.000 personas, entre empleados y empresas externas, puedan realizarlo». Sin olvidar el mantenimiento de unos elevados estándares en cuanto a Ciberseguridad. La actuación de esta Área consiguió que muchas de esas personas trasladaran, a través de un ordenador, una conexión a Internet y una VPN (Virtual Private Network), su puesto de trabajo desde Atresmedia a su propio domicilio.
Precisamente el Centro de Atención al Usuario (CAU) estuvo en la vanguardia con este motivo. Como es lógico, en los primeros días sus técnicos tuvieron que afrontar un aluvión de llamadas con peticiones de ayuda y soporte tecnológico e hicieron entrega de numerosos equipos habilitados para la conexión en remoto.
La actitud de todos, como se ha demostrado en este periodo, fue muy positiva e imprescindible: numerosos trabajadores optaron por adecuar sus propios ordenadores para el teletrabajo a través de un sencillo tutorial y con el apoyo del personal de Sistemas.
Pero el teletrabajo ha sido algo más que enviar al personal a sus casas con un equipo informático. Durante estas semanas, se han llevado a cabo reuniones telemáticas a distintos niveles a través de diferentes herramientas, y eso ha incluido desde los comités de mandos a los colaboradores de programas y periodistas de Informativos del Grupo. Parafraseando a Churchill, nunca tantos debieron tanto a Teams, Skype y a las videollamadas en general.
Porque en estos meses Atresmedia ha demostrado que podía hacer televisión desde casa. Y radio. Y producción de series y productos audiovisuales. Y prácticamente todas las actividades habituales en la miniciudad de Avenida Isla Graciosa, 13. Algo que, hasta ahora, nunca se había pasado por la cabeza, de repente se había convertido en una realidad.
No ha sido sencillo. Es más, fue «muy complicado», como asegura José María Martínez, director de Producción y Técnica de Atresmedia TV. Como ya se ha señalado, había que luchar contra el coronavirus y, al mismo tiempo, mantener los medios técnicos para que las cadenas del Grupo se mantuviesen a velocidad de crucero. «Reconfiguramos las continuidades, el NOC [Network Operations Center], los controles de realización, pusimos en marcha operativos de ‘‘backup’’ fuera de las instalaciones... Teníamos el miedo de irnos a negro, pero también de que la salud de los operarios se viese afectada», explica. La doble presión, una constante a lo largo de estas semanas. José María de Pando, subdirector de Emisiones, también conoce lo que es eso: «Nos movíamos en un terreno absolutamente desconocido».
Desde Emisiones recalcan que ni se podía conocer la bondad de las herramientas empleadas, ni la duración de la crisis, ni el factor sanitario que podía afectar a los trabajadores. Por eso, la inquietud era natural, con el agravante de que esta área es crítica para la actividad principal de Atresmedia.
Sin emisiones daba igual lo que hiciera el resto. Así que se decidió guardar un as en la manga: un plan de contingencia que incluía la posibilidad de emitir desde casa y, como medida extrema, «llevar a cabo la emisión desde Canarias», desvela De Pando.
Sin embargo, no hubo necesidad de ello y bastó con las medidas adoptadas. Lo sabe bien Juanra Martín, director de Imagen Corporativa: «Teníamos preparado el decorado de “Pasapalabra” y llegó el coronavirus, tuvimos que cambiarlo todo para reducir el riesgo de contagio. En la mesa, las sillas pasaron de 80 centímetros a 163. Roberto Leal está ahora a tres metros y se acerca sólo a dos durante el Rosco, que, por cierto, sigue igual. Y todo sin contar con público».
La novedad como factor de estrés es otro de los puntos que destacan quienes vivieron aquellos primeros momentos de Atresmedia bajo la crisis del coronavirus.
Para Emma Martín, subdirectora de Servicios Generales y Patrimonio, «todo era nuevo, era una situación muy caótica», en la que había que actuar sobre la marcha. El 10 de marzo nadie podía prever que el 80% de la plantilla se encontraría en casa durante más de dos meses, que el coronavirus obligaría a reestructurar el sistema de limpieza y de comidas o impondría la obligatoriedad de las mascarillas a los empleados en zonas comunes o con mayor riesgo.
Desde el primer momento se tomó la medida de incrementar las medidas de higiene como primera barrera de prevención contra el virus. Desde entonces, las brigadas de limpieza recorren todas las instalaciones a lo largo de la jornada. Sus integrantes son los que más se ven por unos pasillos casi desiertos en los que se recuerda la necesidad de portar mascarillas y guardar las distancias de seguridad necesarias. De manera constante, limpian y desinfectan en profundidad los puestos de trabajo y los lugares con mayor exposición como los controles, uno de los puntos en los que se ha puesto más atención. En esta zona común es obligatoria la mascarilla y en ellos se realizan varias limpiezas y desinfecciones al cabo del día. Normalmente, cuando un turno sale, los encargados de limpieza realizan un servicio mientras el otro turno aguarda. La labor es rápida pero eficiente.
«Las medidas que parecían más básicas son las que posiblemente hayan sido las que más nos han ayudado», señala el director de Producción y Técnica, refiriéndose a dejar puertas abiertas para evitar el contacto con los picaportes y tiradores, el empleo de dispensadores de papel para agarrar aquellos cuando no es posible lo primero, comprar protectores de asientos como los empleados en los talleres de coches... sin olvidar el aumento de dispensadores de gel hidroalcohólico en las instalaciones o el suministro constante de la medida más sencilla: el jabón.
La higiene como forma de prevención contra el Covid-19 también ha obligado a implementar nuevas formas de limpieza y desinfección y protocolos de higiene en función del riesgo por zona. «Lo hicimos desde la primera semana», explica la subdirectora de Servicios Generales, aludiendo al empleo de nebulización, ozono y ultravioletas para llevar a cabo desinfecciones. La obligatoriedad de portar equipos de protección individual (epis) en determinadas áreas obligó también a mantener un suministro constante de este material a los empleados justo en unos momentos en que esto presentaba dificultades, como apunta Martín: «Nos enfrentamos a problemas como la fluctuación de los precios y a posibles engaños con material no homologado».
A pesar de todo, nada de esto fue obstáculo para que el Grupo velase por la salud de sus trabajadores. José María Martínez relata una anécdota al respecto: «Nos interesamos por la adquisición de máquinas de desinfección con ultravioletas para los equipos. Recuerdo que nos quedamos sorprendidos con el precio que tenían. Pero la seguridad era lo más importante y al final compramos las necesarias».
Otro tanto sucedió con otras cuestiones logísticas. Por ejemplo, la comida. A pesar de contar con cerca del 80% de la plantilla en modo teletrabajo, los trabajadores presenciales tenían que reponer fuerzas en sus turnos. La posibilidad de abrir el comedor en modo autoservicio, como era habitual antes de esta crisis, era algo totalmente descartado. La solución fue optar por lo que ha pasado a conocerse entre la plantilla como «el picnic», una bolsa que contiene un menú preparado (dos platos, bebida, postre y pan) y que se recoge en una de las cafeterías de forma totalmente gratuita. Para regular el movimiento, Infraestructuras y Seguridad organizaron itinerarios de entrada y salida al recinto con el objetivo de evitar aglomeraciones y contribuir a que se guardase la distancia de seguridad durante las recogidas.
Ambos departamentos, responsabilidad de Paulino Aparicio, han contribuido a la adaptación a las normas de higiene con todo tipo de actividades, desde la instalación de paneles de plexiglás en los lugares más expuestos por cercanía de los trabajadores hasta el aumento del número de dispensadores de gel hidroalcohólico. Asimismo, con el fin de preservar la salud de los empleados, se decidió el cierre de la segunda entrada de la Compañía para que a quienes acudan a las instalaciones se les pueda medir la temperatura corporal con un termómetro situado en la entrada principal de Atresmedia. Se trata de su «Checkpoint Charlie», en el que personal de recepción y seguridad, que ahora convive con el de Paquetería, puede atender a los empleados y explicar a quienes van incorporándose al trabajo, sean trabajadores de plantilla o colaboradores, las nuevas normas a seguir en las zonas comunes, comenzando por el empleo obligatorio de la mascarilla.
Por supuesto, toda esta estrategia de lucha contra el Covid-19 está perfectamente coordinada y se desarrolla de manera transversal en toda la Empresa. La Dirección de Servicios Médicos, con Bartolomé Beltrán al frente, ha contado con un enorme protagonismo en estas circunstancias, tanto en acciones directas como en el asesoramiento en las medidas a adoptar. Y lo ha hecho durante la crisis, pero también en la «desescalada», con un seguimiento permanente de los empleados con síntomas de coronavirus o que han dado positivo en los test de control.
Otro punto para destacar ha sido la actitud de las redacciones de Informativos de Antena 3, laSexta y Onda Cero. Su trabajo, en muchos casos pisando la calle en los peores momentos de la pandemia, obligaba a subir la gradación de las medidas de prevención. Turnos estancos y rotaciones cada dos semanas, teletrabajo, creación de «mini redacciones», distancia social, uso de varios controles para el mismo programa, restricción de colaboradores y personal en los platós y estudios o empleo de videollamadas fueron algunas de las soluciones adoptadas para mantener el compromiso de Atresmedia con la ciudadanía de ofrecer la información más objetiva y plural, recompensado con creces por la audiencia.
Quienes estuvieron en primera línea durante aquellos días podrán describir lo que fueron esos viajes en los vehículos con las marcas de Antena 3, de laSexta y de Onda Cero, con el conductor al volante y el pasajero en el asiento atrás, pertrechados con guantes y mascarillas, por calles y carreteras prácticamente desiertas. A pesar de las circunstancias, o por ellas, incluso ha ido más allá.
Durante el confinamiento, Carlos Alsina rindió su tributo a la radio con los mejores locutores de las ondas españolas. Se estrenó el primer capítulo de «Veneno» en Atresplayer Premium y «Mentiras» en Antena 3, porque entendió que su misión también consistía en entretener a la población en unos momentos difíciles.
El Covid-19 no pudo impedir las grabaciones (realizadas con las máximas medidas de protección) y el estreno de «Pasapalabra», precedido por su primera rueda de prensa virtual con su presentador, Roberto Leal. Y eso sin contar el esfuerzo de programas como «El Hormiguero», «El Intermedio», «El Chiringuito» o los especiales informativos de Antena 3 y laSexta. La misión de Atresmedia TV, como lo definió su director general, Javier Bardají, pasaba por ofrecer información contrastada y levantar el ánimo con el entretenimiento y la evasión.
Para preservar la salud se procedió, como otras compañías, a realizar la primera Junta de Accionistas telemática. Desde luego, la de 2020 nunca se olvidará, con un salón de actos desinfectado, con mínima presencia, sillas separadas más de dos metros y los acordes del «Facciamo finta che» popularizado por Carlos Alsina sonando antes del inicio del encuentro con los accionistas.
Asimismo, Atresmedia hizo todo lo posible por estar a la altura de las circunstancias en su compromiso con la sociedad en unos momentos difíciles. La crisis del coronavirus lo ha sido en su aspecto sanitario, pero también en el económico y en el social. Por eso apoyó la iniciativa «Cruz Roja Responde», promoviendo a través de los medios del Grupo las donaciones para personas en situación de mayor vulnerabilidad y obteniendo una impresionante respuesta con una recaudación de más de once millones de euros, alcanzando el objetivo más ambicioso de esta campaña. El Voluntariado Corporativo del Grupo se volcó de manera online en el acompañamiento a personas mayores con Adopta un abuelo y el Ayuntamiento de Madrid, enviando cartas a enfermos aislados en hospitales a través de la Fundación Tatiana Pérez de Guzmán el Bueno y con la compañía telemática a personas con discapacidad con la Fundación ONCE. Además, la Fundación Atresmedia mantuvo, de forma virtual, el Día del Niño Hospitalizado, llegando a más de 200 centros hospitalarios de toda España. Incluso la iniciativa Ponle Freno tiene prevista la realización de su primera carrera virtual, cuya recaudación se destinará a homenajear al doctor Jesús Vaquero, víctima del Covid-19 y autor de un ensayo clínico sobre lesiones medulares.
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