La estación de tren abandonada durante 50 años que se ha convertido en el hotel más espectacular de Europa

La Estación Ferroviaria Internacional de Canfranc es un testimonio de la ambición de conectar España con Francia a través de los Pirineos. Este proyecto se materializó gracias a la conexión entre Tardienta, Huesca, y Jaca, extendiéndose luego hacia Canfranc con la apertura del túnel de Somport en 1914. La ubicación en el Valle de los Arañones fue estratégica para este enlace transpirenaico.

Las compañías Midi Francés y Norte de España presentaron el proyecto entre 1909 y 1910, iniciando la construcción en 1915 y concluyendo en 1925, tras los retrasos causados por la Primera Guerra Mundial. La estación fue inaugurada el 18 de julio de 1928 por el Presidente de la República Francesa, Gaston Doumergue, y el Rey Alfonso XIII, marcando el inicio de su breve periodo de esplendor. Durante la II Guerra Mundial jugó un papel decisivo como ruta de escape para muchos que huían del conflicto, que también fue aprovechado para traficar con oro y arte robado durante el conflicto bélico. Sin embargo, las desavenencias políticas entre los gobiernos de España y Francia provocaron el cierre de la estación entre 1945 y 1949.

Canfranc, una maravilla arquitectónica

Desde una perspectiva arquitectónica, la estación de Canfranc es un ejemplo notable de la arquitectura industrial de principios del siglo XX. El edificio principal destaca por su longitud y por la disposición de tres volúmenes prominentes en altura en sus extremos y centro. El cuerpo central albergaba el vestíbulo con las taquillas, mientras que los laterales incluían el puesto aduanero, la comisaría de policía, correos y un hotel internacional.

La estación, diseñada por el arquitecto Fernando Ramírez Dampierre, refleja una notable influencia francesa por sus volúmenes exteriores, con techos curvos de pizarra y pináculos apiramidados y una serie de arcos de medio punto que se abren hacia las vías. Su diseño recuerda a grandes edificios del siglo XIX como el Museo d’Orsay en París. Con una estructura de 241 metros de largo, 150 puertas de acceso y cerca de 350 ventanas, combina hormigón, hierro, piedra y cristal en una impresionante muestra de la arquitectura industrial española.

La estación de Canfranc, Bien de Interés Cultural

En 2002, a pesar de ser una construcción abandonada, la estación fue declarada Bien de Interés Cultural. En 2013, el Gobierno de Aragón se hizo con la propiedad del edificio y cuatro años más tarde aprobó un plan para que recuperara todo su esplendor. El objetivo era recuperar el edificio, para volver a convertir la zona en un foco de interés turístico que atrajera inversiones y apoyara el crecimiento económico de la región. Las obras comenzaron en 2018 y se prolongaron durante tres años. La nueva inauguración se produjo en 2021, con el objetivo de que volviera a recobrar su importancia como nudo de comunicación internacional.

La estación se convierte en un hotel de lujo

En 2022 se completaron los trabajos de urbanización de la explanada de los Arañones y se inició la transformación del histórico edificio en un hotel. El proyecto tenía la obligación de respetar los volúmenes y de conservar los edificios tal y como fueron construidos. El 7 de enero de 2023 se inauguraron diversas infraestructuras, como una pasarela peatonal sobre el río Aragón, un jardín ferroviario, un centro de acogida del peregrino y áreas de aparcamiento.

El 27 de enero de ese mismo año, el Canfranc Estación A Royal Hideaway Hotel abrió sus puertas, de la mano de Barceló Hotel Group. Con 104 habitaciones que combinan modernidad y elementos Art Déco, el hotel también integra la cultura popular aragonesa. En la planta baja del ala norte, los huéspedes pueden disfrutar de un spa con piscina climatizada y una biblioteca, mientras que en el ala sur se encuentran un restaurante y dos vagones restaurados que sirven como espacios gastronómicos.

Su exquisita arquitectura y su entorno natural hacen de este hotel un destino de ensueño para los amantes del lujo y la historia. El resultado no pudo ser mejor y Travel + Leisure llegó a describió como "el nuevo hotel más espectacular de Europa".

Pero el hotel Canfranc Estación no solo destaca por su lujo y arquitectura, sino también por su variada oferta gastronómica. Bajo la dirección del chef Eduardo Salanova, los huéspedes pueden disfrutar de tres opciones culinarias excepcionales. El restaurante El Internacional ofrece una propuesta más informal, mientras que el Restaurante 1928, ubicado en un vagón de tren al estilo del Orient Express, proporciona una experiencia inmersiva con un menú inspirado en la cocina francesa. La tercera alternativa es un menú degustación 160 euros por persona, compuesto por 21 platos que rinden homenaje a la tradición aragonesa con un toque contemporáneo.

Otro de los atractivos para los viajeros es la amplia oferta de actividades al aire libre: desde esquiar en las cercanas estaciones de Candanchú y Astún hasta explorar las múltiples rutas de senderismo que serpentean por la región. La proximidad al puerto de Somport añade un atractivo adicional para los aventureros.

Como reservar las visitas guiadas a la estación de Canfranc

Para los curiosos y los que quieran conocer un poco más de la historia de esta histórica estación, existe la posibilidad de realizar una visita guiada por el exterior. Con precios populares (gratis hasta 5 años, 1,5 euros para los niños de 6 a 10 años y 4 euros para los mayores de 11)permite cruzar el vestíbulo del Edificio Histórico como paso y acceso a la nueva Estación Ferroviaria. Es recomendable prever ropa de abrigo y paraguas por climatología y el recorrido es de alrededor de 400 metros a pie. Al interior del edificio histórico se accede solamente como zona de paso hacia la nueva Estación Ferroviaria y para realizar la visita y asegurarse la plaza, se recomienda reservar previamente en su webo llamando por teléfono a la oficina de turismo 974373141.