Paraísos
Así es la playa más pequeña del mundo y está en Asturias
De solo cuarenta metros de longitud, el agua salada se cuela por debajo de un muro de piedra en esta formación única en el mundo
La playa más pequeña del mundo está en Asturias y es una joya de la naturaleza. Su tamaño llama poderosamente la atención, apenas supera los cuarenta metros de longitud, pero además es fruto de una singular formación geológica que la convierte en un espectáculo natural incomparable.
Para llegar a ella, hay que caminar desde la playa de San Antolín (Llanes) y en este recorrido podrás disfrutar de su belleza, que nada tiene que envidiar a una playa de El Caribe: arena fina y blanca y un horizonte singular, porque desde Gulpiyuri no se ve el mar, se encuentra encajonada entre rocas.
Un muro de roca hace las veces de horizonte y forma un estanque interior de aguas cristalinas, por debajo de las rocas se filtra el agua. La magia de Gulpiyuri radica en su origen geológico: una dolina, un fenómeno provocado por la erosión del mar sobre los acantilados, que con el tiempo colapsó el techo de una antigua cueva profunda. Desde entonces, canales subterráneos conectan esta playa interior con el mar, permitiendo que las aguas saladas fluyan libremente, creando un rincón donde el mar parece haberse detenido en el tiempo y forma una piscina natural de agua salada.
Es uno de los lugares más extraordinarios de Asturias y también de los que más llaman la atención. Gulpiyuri es un espectáculo de fuerza de la naturaleza y de la magia que puede surgir cuando la tierra y el mar se encuentran en un equilibrio perfecto.
No creas que tienes que esperar al verano para disfrutar de ella porque de hecho ahora es una época perfecta para darte un paseo, conocerla y hacer unas fotos preciosas en uno de los entornos naturales más bonitos que verás en tu vida.
La playa más pequeña y original del mundo, que además ha sido reconocida como Patrimonio Nacional, te está esperando en Asturias