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Religión

El Gobierno de Baleares admite que la asignatura del islam se imparte ya en una docena de centros educativos

Un total de 727 alumnos reciben en los colegios de la comunidad autónoma la asignatura religiosa a pesar del rechazo de los partidos de ultraderecha

Dos mujeres con hiyab pasean por una calle iStock

El Gobierno balear acatará la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Baleares (TSJIB) que autoriza a una alumna de un colegio público de Palma a recibir clases de religión islámica, un fallo que reabre el debate sobre la presencia del islam en el sistema educativo y sobre la libertad religiosa en las aulas del archipiélago.

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El consejero de Educación y Universidades, Antoni Vera, ha asegurado que su departamento cumplirá con lo dictado por el alto tribunal y ha expresado su “respeto” hacia la decisión judicial.

No obstante, ha adelantado que el convenio con la Comisión Islámica de España, que regula la enseñanza de esta materia, se encuentra en proceso de revisión, con el objetivo de adaptarlo al contexto actual y a las necesidades del sistema educativo balear.

Más de 700 alumnos

A día de hoy, la asignatura de islam ya se imparte en 12 centros educativos de las Islas Baleares, con un total de 727 alumnos y cinco docentes acreditados. La resolución judicial podría abrir la puerta a que más centros de Palma y de otras localidades del archipiélago incorporen esta materia en los próximos cursos.

Sin embargo, la decisión no ha estado exenta de polémica. Desde VOX Baleares han denunciado lo que consideran la “institucionalización del islam” en los colegios públicos y la “imposición de preceptos incompatibles con la libertad y la identidad cultural de España”.

La formación liderada por Santiago Abascal ha señalado directamente al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la presidenta balear, Marga Prohens, y al consejero Antoni Vera, acusándolos de permitir que “el islam avance en espacios clave como la educación sin ofrecer resistencia alguna”.

Para el partido, la introducción y expansión de esta asignatura supone un paso hacia la segregación cultural y una amenaza para los valores que, a su juicio, deben prevalecer en la educación pública. “No podemos admitir la promoción y financiación de aulas que socavan la cultura nacional”, han señalado en un comunicado.

Un debate más allá de las aulas

El fallo del TSJIB llega en un momento en que el debate sobre el islam en las escuelas se encuentra especialmente encendido. En los últimos años, Baleares ha sido escenario de varias controversias relacionadas con el uso del velo islámico en los centros educativos.

Casos como el de una alumna a la que se le pidió retirarse el hiyab en clase o el de docentes que denunciaron presiones por permitir su uso han reavivado la discusión sobre los límites entre libertad religiosa, neutralidad institucional y convivencia escolar.

Desde asociaciones islámicas de las islas se defiende que la enseñanza de religión islámica es un derecho reconocido por los acuerdos del Estado con la Comisión Islámica de España y que su inclusión en los colegios públicos contribuye a favorecer la integración y el respeto intercultural.

Recuerdan, además, que el islam es una de las religiones más presentes en las Baleares, donde residen más de 80.000 musulmanes, muchos de ellos de segunda generación nacidos en España.

La reclamación de una escuela aconfesional

Por su parte, sectores laicistas y algunas asociaciones de padres reclaman una escuela libre de cualquier enseñanza confesional, ya sea católica, islámica o de cualquier otra religión, defendiendo que la educación pública debe centrarse en valores cívicos y universales, no en credos.

La Conselleria de Educación se enfrenta ahora al reto de aplicar la sentencia sin agravar las tensiones políticas y sociales. Desde el Govern aseguran que su prioridad será garantizar el cumplimiento de la ley y el respeto a la diversidad, al tiempo que buscan preservar la cohesión en los centros educativos.

Mientras tanto, el debate continúa abierto. Para algunos, la inclusión del islam en las aulas es un paso hacia una sociedad plural y respetuosa; para otros, una cesión ante un modelo educativo que podría fragmentar la identidad cultural española. Lo cierto es que la decisión judicial del TSJIB ha vuelto a situar a Baleares en el epicentro de un debate nacional sobre religión, libertad y educación pública.