Gastronomía

La historia de la ensaimada: ¿Por qué es tan importante en Mallorca?

Su expansión más allá de Mallorca comenzó en el siglo XIX, gracias a los movimientos migratorios y a la fascinación de los viajeros que visitaban la isla

La historia de la ensaimada: ¿Por qué es tan importante en Mallorca?
La historia de la ensaimada: ¿Por qué es tan importante en Mallorca?iStock

La ensaimada mallorquina es mucho más que un postre. Con su inconfundible forma en espiral, su superficie cubierta de azúcar glas y su textura ligera, se ha convertido en el emblema gastronómico por excelencia de Mallorca.

Este dulce, que hoy viaja en cajas hexagonales con miles de turistas cada año, es el resultado de siglos de tradición, de intercambios culturales y de un saber hacer transmitido de generación en generación.

El origen de la ensaimada se remonta al siglo XVII, cuando los documentos más antiguos la mencionan ya como un producto habitual en celebraciones y fiestas de la isla.

Su nombre procede del término mallorquín saïm, que significa manteca de cerdo, ingrediente que le da carácter y que marca la diferencia respecto a los dulces fermentados de tradición árabe que posiblemente inspiraron su creación. Al incorporar un elemento prohibido en la gastronomía islámica, la ensaimada adquirió una identidad única, plenamente mallorquina.

La masa, un trabajo de paciencia

La receta tradicional parece sencilla: harina, agua, azúcar, huevos, levadura y manteca de cerdo. Sin embargo, el secreto está en la técnica. La masa debe trabajarse con paciencia, estirarse hasta quedar tan fina que casi se transparente y luego enrollarse con delicadeza en espiral.

Tras un reposo lento que permite la fermentación, se hornea hasta lograr una textura aireada y suave. Finalmente, un velo de azúcar glas corona el resultado, otorgándole ese aspecto reconocible y tentador.

Un trozo de ensaimada de Mallorca
Un trozo de ensaimada de MallorcaiStock

Aunque la ensaimada simple es la más antigua y todavía la más valorada, con el tiempo surgieron nuevas variantes que conquistaron a los paladares más curiosos. ´

Hoy es habitual encontrar ensaimadas rellenas de cabello de ángel, de crema, de nata o de chocolate, así como combinaciones más atrevidas que mezclan lo dulce y lo salado, como la ensaimada de sobrasada y calabaza confitada. Estas versiones no han hecho sino reforzar la versatilidad del dulce sin traicionar su esencia.

Orígenes del siglo XIX

Su expansión más allá de Mallorca comenzó en el siglo XIX, gracias a los movimientos migratorios y a la fascinación de los viajeros que visitaban la isla. En lugares como Filipinas, la ensaimada fue reinterpretada y dio lugar a nuevas versiones, más esponjosas y con coberturas diversas, aunque siempre manteniendo la inspiración original mallorquina.

Hoy, llevarse una ensaimada en una caja hexagonal forma parte de la experiencia turística de la isla, y se ha convertido en uno de los recuerdos más apreciados.

A lo largo de su historia, este dulce también ha acumulado un rico anecdotario. En 2003, obtuvo la Indicación Geográfica Protegida (IGP), un sello que asegura que solo las elaboradas en Mallorca siguiendo los métodos tradicionales pueden comercializarse bajo ese nombre.

Su tamaño puede variar enormemente: desde pequeñas piezas individuales hasta enormes ensaimadas de varios kilos, elaboradas en fiestas locales como reclamo festivo. Incluso su forma en espiral ha sido objeto de interpretaciones simbólicas, asociada al tiempo, a la continuidad y a la tradición.

Parte de la identidad cultural mallorquina

Hoy la ensaimada es reconocida no solo como una delicia gastronómica, sino también como un verdadero símbolo cultural de Mallorca. Cada bocado conecta con la historia de la isla, con sus raíces mediterráneas y con la capacidad de sus habitantes de transformar una masa simple en una obra de arte culinaria.

La ensaimada sigue siendo, en definitiva, un dulce capaz de representar la identidad mallorquina y de llevarla más allá de sus fronteras.