Turismo
El pueblo de Mallorca con menos de mil habitantes que conserva la tradición auténtica de la isla
La comarca del Pla de Mallorca es conocida por sus vastas tierras de cultivo, sus molinos de viento y por mantener vivas construcciones y costumbres que han desaparecido en otros puntos de la isla.
En el corazón del Pla de Mallorca, lejos del bullicio de las grandes ciudades y de las playas más concurridas, se alza Ariany, un pequeño pueblo que en 2025 cuenta con alrededor de 900 habitantes y que ha sabido preservar intactas sus raíces rurales.
Este enclave, marcado por la calma y el aislamiento geográfico, se ha convertido en los últimos años en un referente para quienes buscan la Mallorca más auténtica y para los amantes del deporte de resistencia.
La comarca del Pla de Mallorca es conocida por sus vastas tierras de cultivo, sus molinos de viento y por mantener vivas construcciones y costumbres que han desaparecido en otros puntos de la isla.
En el caso de Ariany, la ausencia de una conexión directa con la autopista ha contribuido a conservar su esencia. Sin embargo, este aislamiento no ha impedido que el municipio gane notoriedad gracias a un evento deportivo que ha puesto su nombre en el mapa internacional: el Mallorca 312.
Un ambiente festivo y deportivo
Cada primavera, la célebre prueba ciclista reúne a miles de participantes y aficionados que recorren la isla en un ambiente festivo y exigente. Ariany se ha convertido en uno de los puntos destacados del recorrido, lo que ha supuesto un impulso para la economía local y para su visibilidad turística. Durante esos días, sus calles se llenan de visitantes, y el contraste entre la calma habitual del pueblo y la intensa actividad de la carrera crea una estampa única.
La combinación de patrimonio histórico, ambiente rural y actividad deportiva ha permitido que Ariany se posicione como un destino singular dentro de Mallorca. Los ciclistas y acompañantes que llegan atraídos por la prueba descubren, además, un lugar donde el tiempo parece transcurrir más despacio, rodeado de campos, molinos y tradiciones centenarias.
Orgullo e independencia municipal
Uno de los hitos más recordados por sus habitantes se produjo en 1982, cuando Ariany logró su independencia municipal. Desde entonces, cada tercer sábado de julio, el pueblo celebra con entusiasmo esta efeméride. La fiesta incluye la popular tramponada, un evento que llena de color y música las calles, y una feria nocturna donde artesanos locales exponen sus productos.
Estas celebraciones no solo refuerzan el sentido de comunidad, sino que también atraen a visitantes interesados en conocer de primera mano una Mallorca tradicional y hospitalaria.
Rincones con historia
Entre los lugares más emblemáticos del municipio destaca la iglesia de la Mare de Déu de Atotxa, un espacio que no solo cumple un papel religioso, sino también cultural y social. La Plaça Major, centro neurálgico del pueblo, cobra especial vida los jueves por la mañana, cuando se celebra el mercado tradicional con productos frescos, artesanales y de proximidad.
En los alrededores, los molinos de viento y los antiguos pozos de Pou Bo y Pou Jurà constituyen un valioso legado etnológico, recordando el papel fundamental que tuvo la gestión del agua en la historia agrícola de la isla.
Ariany, con su mezcla de tradición, deporte y hospitalidad, demuestra que incluso los pueblos más pequeños pueden convertirse en referentes culturales y turísticos sin renunciar a su identidad.