Naufragio

El misterioso barco fantasma de casi un siglo de historia que descansa en una isla española

Según cuentan los lugareños, cuando la marea baja y el esqueleto del transatlántico queda al descubierto, extraños ruidos indescriptibles emergen del naufragio

El misterioso barco fantasma de casi un siglo de historia que descansa en una isla española
El misterioso barco fantasma de casi un siglo de historia que descansa en una isla españolaIslas Canarias

El 15 de enero de 1994, una tormenta en las aguas de Canarias dejó a la deriva al American Star, un lujoso transatlántico que tenía como destino Tailandia. Sin embargo, nunca alcanzó su parada y, hoy en día, solo quedan de él unas ruinas oxidadas varadas en una playa de Fuerteventura, convertidas en un testigo mudo de una tragedia que se repitió décadas después del desastre del Titanic.

El 14 de abril de 1912, el Titanic se hundió en el Atlántico, un desastre que conmocionó al mundo. Décadas después, en un giro del destino, el American Star también sucumbiría al mar, no por una catástrofe repentina, sino por una serie de desgracias que lo dejaron a la deriva. Desde ese momento, se le ha conocido como el "barco fantasma" que reposa en la costa de Fuerteventura. Su presencia, visible únicamente cuando la marea baja, invita a la reflexión sobre su historia, que esconde secretos de naufragio, abandono y un destino sellado por las olas del océano. ¿Pero cuál es la verdadera historia detrás de esta sombra de antaño que permanece atrapada entre el agua y la arena?

¿Barco fantasma?

El American Star fue un transatlántico de lujo que, desde su construcción en 1939, prometía ser un símbolo de prestigio y sofisticación en el mar. Diseñado por el renombrado ingeniero naval William Francis Gibbs, el barco, fabricado en bronce y aluminio, medía solo 49 metros menos que el mítico Titanic. Con capacidad para 1.202 pasajeros y 643 tripulantes, pronto se consolidó como uno de los barcos más lujosos y exclusivos de Norteamérica. Sin embargo, su destino tomaría un giro inesperado.

Solo un año después de comenzar su travesía como buque de lujo, en 1941, la Segunda Guerra Mundial alteró por completo su rumbo. El American Star se convirtió en el refugio de miles de soldados y, debido a la demanda de transporte militar, sufrió una transformación radical. La nave se militarizó y adaptó para transportar hasta 8.000 tropas, convirtiéndose en una pieza clave en la logística bélica. Aquel majestuoso transatlántico de lujo se vio transformado en un barco utilitario, perdiendo su aire de opulencia para servir en las aguas de la guerra.

Este cambio de destino marcaría el inicio de una vida mucho más dura para el American Star, que de ser un símbolo de lujo y confort se transformaría en una nave cargada de historias y tragedias, hasta que, décadas después, su silueta oxidada quedaría varada en las costas de Fuerteventura como un oscuro recordatorio de su tiempo en el mar.

Tras la guerra

Al finalizar la guerra, se invirtieron seis millones de euros para devolver al American Star el lujo que originalmente lo caracterizaba, restaurando sus exquisitos detalles y aumentando su capacidad a 1.689 personas. El 14 de diciembre de 1946, el barco retomó su travesía inaugural entre Estados Unidos y el Reino Unido, luciendo una vez más su esplendor original.

Sin embargo, con el paso de los años, el destino del American Star seguiría cambiando. En febrero de 1964, su travesía llegó a su fin, pero no por mucho tiempo. La naviera griega Chandris Lines adquirió la nave, rebautizándola como SS Australia. Este sería solo uno de los muchos cambios de propietario y nombre a lo largo de su historia. En 1978, la compañía Ventura Cruises compró el barco y lo renombró nuevamente, esta vez como SS America, pero su gloria no duró mucho más: poco después, el barco fue embargado debido a una mala gestión financiera.

A partir de ahí, el transatlántico, que había cambiado de manos en varias ocasiones, dejó de operar. Las reparaciones se convirtieron en un coste insostenible, superando el valor del propio barco. Así, el American Star se fue convirtiendo en una reliquia olvidada, hasta que una compañía tailandesa decidió darle una última oportunidad. La idea era reconvertirlo en un hotel flotante de lujo en Bangkok. Sin embargo, como sucedió tantas veces a lo largo de su historia, su futuro estaba marcado por el abandono, y el barco, aún lleno de historias y recuerdos de un pasado glorioso, acabó finalmente varado en las costas de Fuerteventura, donde permanece como un vestigio de su época dorada.

El destino del SS America parecía estar marcado desde su primer viaje. A pesar de sus años de lujo y varios intentos de resurgir, su historia estuvo plagada de infortunios. Finalmente, llegó su trágico desenlace: un remolcador oceánico fue encargado de llevarlo hasta Tailandia, pero en su travesía por las aguas canarias se desató una feroz tormenta. Durante el caos de la tormenta, el transatlántico se soltó del remolque y quedó a la deriva, acercándose lentamente a la costa de Fuerteventura. A pesar de los esfuerzos por recuperarlo, estos fueron infructuosos, y el barco siguió su destino hasta quedar varado, abandonado en la playa.

Han pasado ya treinta años desde aquel suceso, y las ruinas del SS America aún descansan en la playa de Garcey, en el municipio de Pájara. Aunque los tripulantes del remolcador fueron rescatados y el barco ya iba vacío, la tragedia no terminó ahí. Durante el saqueo del buque, se registraron varias muertes, lo que dio origen a una leyenda que aún perdura: el "barco fantasma". Según cuentan los lugareños, cuando la marea baja y el esqueleto del transatlántico queda al descubierto, extraños ruidos indescriptibles emergen del naufragio, alimentando los mitos y la fascinación por este espectro del mar.