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Turismo

El New York Times sorprende al incluir este rincón de España entre los destinos que transformarán el planeta

Una revolución energética silenciosa está ocurriendo en el Atlántico y el prestigioso medio no ha tardado en ponerla en el foco

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El Hierro ha logrado hacerse un nombre en el ámbito global del turismo que se preocupa por el medioambiente. La isla situada más al oeste de Canarias ha sido nombrada por The New York Times como uno de los 52 lugares que están transformando el planeta, una lista que cada año crea el famoso periódico estadounidense para resaltar sitios donde el cuidado del medio ambiente y la cultura local están unidos al progreso del turismo. En esta ocasión, la ínsula más meriodional figura en la posición número 23, reafirmando su fama como un ejemplo de armonía entre naturaleza, avance y sociedad.

La selección de esta isla de origen volcánico no es una casualidad, porque su dedicación a la energía no contaminante la ha posicionado como un ejemplo a nivel mundial. Gracias a la planta hidroeólica Gorona del Viento, el área insular ha logrado producir gran parte de su electricidad usando el viento y el agua, lo que ha ayudado a disminuir significativamente las emisiones de dióxido de carbono. Tal como indica el Instituto Tecnológico de Canarias, esta instalación previene cada año miles de toneladas de CO₂ y ha probado que un sistema energético autosuficiente es viable incluso en lugares geográficamente aislados.

Pero el cuidado del medio ambiente en El Hierro va mucho más allá del tema energético. La isla ha optado por un tipo de turismo que pone por delante el respeto por el entorno natural y una conexión real con la cultura del lugar. En vez de grandes hoteles, abundan alojamientos rurales, senderos y actividades relacionadas con el mar, el buceo o la observación de estrellas. Esta manera de pensar ha hecho posible mantener la esencia del lugar y atraer a visitantes que buscan vivencias singulares.

El reconocimiento de The New York Times también abarca otro sitio español, las Islas Cíes, ubicadas frente a la costa gallega de Vigo. Estas formaciones naturales, que forman parte del Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas, están en el puesto 47 de la misma lista por su excelente modelo de conservación. Su acceso está restringido todo el año, y en los meses de verano es necesario un permiso previo de la Xunta de Galicia para poder visitarlas. Con esta acción, las autoridades intentan proteger la biodiversidad y controlar el impacto de las personas en uno de los ecosistemas más valiosos de la costa atlántica.

Según detalla el New York Times, la selección de estos 52 lugares busca dar notoriedad a aquellos destinos que fomentan un cambio beneficioso para el mundo. En esta ocasión, encabezan la lista Chioggia, un pequeño municipio italiano que protege su carácter frente al turismo desmedido, el Parque Nacional Chimanimani, en Mozambique, y el barrio neoyorquino de Queens, que ha sabido renovarse gracias a su diversidad cultural.

En lo que respecta a El Hierro, desde hace más de doce años, la isla impulsa una forma de vida basada en la consideración medioambiental y en el aprovechamiento de sus recursos. Su nombramiento como Reserva de la Biosfera por la UNESCO y su distinción como geoparque mundial consolidan una andadura que aúna costumbre e innovación tecnológica. La agricultura biológica, la pesca tradicional y la gestión forestal sostenible forman parte de esa misma implicación conjunta.

Este prestigioso reconocimiento mundial surge justo cuando el turismo internacional intenta reconfigurarse tras los años de emergencia climática y de transformaciones en las costumbres de los turistas. Un número creciente de ciudadanos optan por sitios donde su visita genere un efecto positivo y donde puedan sentirse parte de un entorno que se mima y se preserva. En ese sentido, El Hierro se ha transformado en un emblema de lo que implica viajar con plena conciencia, un caso de cómo una comunidad pequeña puede servir de inspiración a todo un planeta.

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