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Misterio

Ruidos, voces y gallinas muertas: la leyenda maldita de la Casa de los Miedos

En apariencia, se trata de una modesta construcción, pero según quienes han vivido allí, entre sus cuatro paredes se manifiesta una energía que roza lo inexplicable

Ruidos, voces y gallinas muertas: la leyenda maldita de la Casa de los Miedos Ruta Siete ULPGC

Más allá de sus playas, clima primaveral, acantilados imponentes y tradiciones vibrantes, las Islas Canarias esconden rincones donde la magia y el misterio se unen con lo sobrenatural. Uno de esos lugares es el municipio de Santa María de Guía, en el norte de Gran Canaria, donde la historia, el folclore y los relatos inquietantes forman parte de la identidad local.

Entre romerías y procesiones que rebosan devoción y alegría, Guía también guarda un oscuro secreto: una vivienda conocida entre los lugareños como “La casa de los miedos”. En apariencia, se trata de una modesta construcción, pero según quienes han vivido allí, entre sus cuatro paredes se manifiesta una energía que roza lo inexplicable.

Durante décadas, múltiples familias habitaron brevemente esta casa antes de abandonarla de forma repentina. Todos los testimonios coinciden: ruidos extraños de cadenas arrastrándose, golpes en las paredes sin causa aparente, voces nocturnas y goteras misteriosas que, al inspeccionarse, no dejaban rastro alguno de humedad. Uno de los relatos más escalofriantes habla de un gallinero: una noche, los residentes del lugar fueron despertados por gritos desgarradores procedentes del corral. Alarmado, el padre salió corriendo, temiendo un robo. Pero al llegar al lugar, encontró a las gallinas tranquilamente dormidas, en completo silencio.

Estos sucesos, repetidos a lo largo del tiempo, sembraron el terror entre sus inquilinos y convencieron a todos de que la casa estaba, de alguna manera, maldita.

Una leyenda que aún perdura

En torno a la casa ha crecido una leyenda que, si bien carece de confirmación oficial, sigue viva en la memoria colectiva. Según se cuenta, una pareja recién casada, movida por la avaricia, engañó y robó a varias familias de la zona. Una noche de invierno, en un acto de venganza, dos de sus víctimas irrumpieron en la propiedad. Tras masacrar el ganado de los estafadores, esperaron a que estos salieran de la vivienda y los asesinaron a sangre fría. Como eran personas solitarias y poco queridas, su desaparición pasó desapercibida. Años después, se dice que sus espíritus aún deambulan entre los matorrales y ruinas de la finca.

Aunque no existe evidencia tangible que confirme estos hechos, los vecinos del norte de Gran Canaria siguen hablando en voz baja cuando se menciona la “Casa de los miedos”. Para muchos, se trata simplemente de una leyenda popular más; para otros, una advertencia de lo que puede ocultarse bajo la superficie de lo vivo.

El lugar sigue atrayendo a curiosos, buscadores de lo paranormal y amantes del misterio. Y es que, como suele decirse en las islas, hay lugares donde el tiempo se detiene… y donde la realidad se confunde con la superstición.