Coronavirus
Algodón solidario
Medio centenar de leonesas confeccionan en sus casas mascarillas y batas impermeables para donar al Hospital de León o a residencias de ancianos
Un sonido inunda las viviendas leonesas durante estos días de cuarentena. No se trata de los aplausos en los balcones a las 20 horas, que también, ni de las risas de los más pequeños que intentan sobrellevar con su alegría característica el encierro. Es el sonido de más de medio centenar de mujeres leonesas cosiendo al unísono mascarillas de algodón y batas impermeables que posteriormente donarán al Hospital de León.
La iniciativa ‘Sosleon’ nació en la tarde ayer y tan solo dos horas después de su primer mensaje en redes sociales para pedir ayuda ya contaba con una cuarentena de voluntarias. El objetivo: confeccionar mascarillas y batas parara los sanitarios del Complejo Asistencial de León, ya que “la iniciativa está respaldada por el hospital de León y cumple estrictamente todas las medidas necesarias, ciñéndonos a lo que ellos necesitan”.
La propietaria de la Mercería Pincha y Cose, Sonia Llamazares, es la coordinadora de la iniciativa, que surgió a raíz de que “el marido de una de las chicas que viene a clase de costura en la Mercería hablase con el Hospital, que fueron quienes nos dijeron qué necesitaban y cómo teníamos que hacerlo".
"Estamos haciendo mascarillas y batas, lo que nos ha dicho el Hospital que necesita, las mascarillas con algodón cien por cien y goma y las batas, que tienen que ser impermeables, con tela como de plástico”, explica Sonia, quien además aporta desde su propia mercería todo el material que tiene a su disposición, aunque “hemos establecido en la tienda, situada en la calle Villafranca, número siete, un punto de recogida para que la gente que tenga tela nos la done, porque somos mucha gente y nos quedaremos pronto sin tela”.
Además, para que nadie salga de su vivienda más de lo necesario “le llevamos la tela a casa a todos aquellos que no tienen el material para empezar a coser y, cuando tengan un número determinado de mascarillas o batas ya hechas, se las recogeremos también en sus casas”. Después, “una lavandería que trabaja directamente con el Hospital se ha ofrecido a esterilizar todas las prendas antes de entregarlas”.
Para la confección de las prendas, desde el Hospital proporcionaron a Pincha y Cose una bata modelo, que Sonia ha dado a las modistas de la tienda para que saquen los patrones. En cuanto al perfil de las voluntarias, una veintena son las chicas que acuden a las clases de costura de la mercería, por lo que tienen nociones básicas de costura, aunque “el resto también las tiene, porque todas tienen máquina de coser en sus casas”, pero a las que más nivel tengan será a las que se les pida las batas, “porque al final es confección”.
Sonia Llamazares también quiso recordar que desde el Hospital también pidieron ayuda para conseguir geles hidroalcholólicos. Además, en breve se habilitará una cuenta bancaria al objeto de recibir donaciones, para adquirir algún material en el caso de que fuera necesario.
Servicio de ventana
Algo similar a lo que hace este grupo, lo hace Tina Marote, la propietaria de la tienda Tejidos Marote, situada en la avenida de Nocedo, desde su propia casa. “Cuando vi que se iba a decretar el Estado de Alarma me desplacé a casa de mi madre y me traje la máquina de coser para amenizarme los días, nunca me imaginé que iba a acabar haciendo mascarillas”, cuenta.
Sin embargo, hace unos días, una residencia de ancianos se puso en contacto con Tina solicitando material porque tenían a una persona que iba a confeccionar 62 mascarillas de algodón. “De la que fui a la tienda a por ese material, cogí más para mí y me puse de a hacer más por mi cuenta”.
“Siguiendo un tutorial por Internet, es súper fácil hacerlas, alguien que esté acostumbrado a coser en media hora la tiene, y quien no, en hora y media”, detalla la propietaria de Tejitos Marote, que después de donar alguna mascarilla más a la residencia de ancianos, cosió otras seis para una amiga que las estaba haciendo para Calor y Café y ahora se dedica a “ofrecerlas por la ventana".
De esta manera, Tina Marote lleva a cabo lo que ella denomina “servicio de ventana”, ya que cuando alguna vecina la llama a voces pidiendo una mascarilla ella se la tira por la ventana. “El otro día vi pasar a una clienta y a voces le pregunté si su madre tenía, ya se la tiraré por la ventana”, señala.
En medio de esta ‘labor ventanal’ , Tina leyó en un comunicado que “los carteros no necesitaban mascarilla y me pareció una aberración”, por lo que, como tiene una prima cartera, está haciendo mascarillas para sus compañeros, “porque aunque cuando salgan de la central se pueden poner lo que quieran para protegerse, Correos no se lo proporciona”.
Hasta el momento, ya lleva una treintena de mascarillas confeccionadas ella sola, que también ideó un tutorial de cinco sencillos pasos para que quien quiera ponerse a coser en sus casas, pueda. “Con una tela de algodón, una sábana mismamente, cortas dos cuadrados de 19x19 centímetros y los coses encarados, intercambiando en dos laterales goma para meter por las orejas, o, si quieres un modelo más fácil, unes dos rectángulos de tela por dos partes, haces dobladillo a izquierda y derecha y metes una goma”.
Un paso a paso en cinco fotografías que Tina Marote ha enviado ya a todos sus contactos de Whatsapp para que puedan ponerse manos a la obra en la tarea de coser mascarillas. “Las habrá mas bonitas, pero no esto no se trata de estética, es algo rápido y fácil que todo el mundo pueda hacer en casa. Hasta una amiga que está en Ceuta en el Ejército me mandó una hecha con dos servilletas verdes”.
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