Preservar la sanidad en el medio natural mediante explotaciones ganaderas en zonas de pasto

Con el objetivo de que se pongan en marcha o se mejoren y amplían nuevas explotaciones ganaderas en superficies pastables con unos nivelesa de seguridad sanitaria suficientes para la cabaña ganadera y para los habitantes del medio rural de la Comunidad, la Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural publica hoy en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) la Orden por la que se establecen las bases reguladoras de la concesión de las nuevas ayudas por las que se subvenciona el cien por cien de cada proyecto hasta un máximo de 50.000 euros.

El plazo de solicitud y ejecución de las obras vendrá determinado en la orden de convocatoria que se publicará próximamente con un presupuesto de casi 1,5 millones de euros y se podrán beneficiar de estas ayudas las entidades locales que sean titulares o gestores de pastos de aprovechamiento común en el ámbito territorial de Castilla y León.

Los únicos requisitos que deben cumplir los solicitantes son que la superficie pastable tenga un Código de Explotación Agraria (CEA) activo con clasificación de pasto comunal o pasto de aprovechamiento en común, que el aprovechamiento sea para ganado bovino y el compromiso de mantener las inversiones en estado óptimo durante al menos cinco años contados desde el pago final al beneficiario.

Proteger al ganado doméstico

Con esta medida se protege al ganado doméstico del riesgo de enfermedades y se minimiza la influencia de la fauna silvestre, como reservorio y fuente de contagio, preservando así la sanidad en el medio natural, según informa el departamento que dirige Jesús Julio Carnero

La mayor novedad respecto a la orden de 2018, es que se ha incluido no solo la construcción, sino también la reparación o reforma de infraestructuras existentes y se ha especificado más aquellas que son susceptibles de recibir una ayuda.

Entre ellas se encuentran la construcción y reforma de cercados, mangas de manejo, lazaretos, pasos canadienses (exclusivamente con estructuras de tubos redondos giratorios) y abrevaderos con una altura mínima de 0,40 metros medidos desde el suelo, al borde superior del mismo (con el fin de dificultar el acceso a la fauna silvestre).

Así se fomenta el estatus sanitario de la cabaña ganadera, minimizando el riesgo de transmisión de enfermedades entre ganaderías y fauna silvestre y potenciando la posibilidad de acceso y aprovechamiento de estas superficies.