Pandemia
El Ejército siempre está cuando se le necesita y cuando se requiere de su presencia. Lo demuestran siempre, ante cualquier adversidad, ya sea meteorológica como ha demostrado no hace mucho la UME con la borrasca “Filomena” que cubrió de nieve media España o como en este caso sanitaria en la lucha contra un virus que sigue desbocado en la Comunidad, que hoy ha vuelto a registrar más de 2.700 nuevos contagios por covid y más de una treintena de fallecimientos.
Su misión de vigilancia y control durante los meses iniciales de la pandemia en pleno confinamiento domiciliario para velar por nuestra seguridad e impedir que el caos campara a sus anchas; las labores de desinfección que han llevado a cabo y siguen haciendo en residencias de ciudades y pueblos de toda España, en general, y de Castilla y León, en particular; la puesta en marcha de hospitales de campaña, cesión de recursos sanitarios como ambulancias e incluso barcos medicalizados, son ejemplos de buen hacer y de organización en la batalla contra un enemigo invisible pero que está ahí y sigue causando numerosas bajas
También su arduo trabajo de rastreo de contagiados está siendo importantes. No en vano, desde que el pasado 24 de septiembre que se llevó a cabo la transferencia de responsabilidad de la Unidad Militar de Emergencias (UME) al Ejército de Tierra en las tareas de vigilancia epidemiológica en Castilla y León los rastreadores militares han realizado seguimiento a unos 78.000 casos positivos por coronavirus, los cuales han generado más de 300.000 llamadas telefónicas, dando como resultados la localización de más de cien mil casos de contacto estrecho con casos positivos.
Desde el comienzo de la segunda ola hasta ahora, las Fuerzas Armadas han realizado 27 actuaciones de apoyo en seis provincias de la Comunidad Autónoma.
Y ahora, además, ante el aumento exponencial de los cribados masivos por toda la Comunidad se están volcando en la logística necesaria, especialmente en algunas provincias de Castilla y León como Burgos, León o Zamora. En esta última capital mañana y el sábado se va a llevar a cabo un cribado masivo entre la población, concretamente entre los vecinos que pertenecen a la zona del centro de salud Santa Elena de Zamora, que cuenta con 12.500 cartillas. y durante este jueves numerosos militares se están empleando a fondo para que todo esté en orden y en perfectas condiciones para que mañana se puedan realizarlas pruebas con normalidad y garantizando la seguridad de las personas evitando el contacto social.
Para este cribado las Fuerzas Armadas han aportado cinco carpas de paso para la realización de test, una carpa para sala de control y comunicación y una ambulancia medicalizada que se han instalado en la Ciudad Deportiva Municipal de Zamora, donde se realizarán las pruebas de antígenos de detección de la covid, según informan fuentes de la Delegación del Gobierno.
Este año, además, el Ejército ha aportado la carpa y el calefactor que se uso en el campus de Ponferrada de la Universidad de León para un cribado masivo el pasado 18 de enero así como otras nueve carpas, una ambulancia medicalizada y cinta para delimitación en el cribado en la zona de salud Zamora Norte efectuado en la localidad zamorana de Monfarracinos, donde, además, la Guardia Civil, que es instituto armado, también colaboró en labores de control, accesos perimetrales, aparcamiento y seguridad en las instalaciones.
Finalmente, cabe señalar que en la capital burgalesa y en la localidad de Aranda de Duero se desarrollaron en noviembre cribados masivos en los que también colaboró el Ministerio de Defensa al prestar las carpas en las que se realizaron las pruebas.