Covid-19

La Policía disuelve en Ávila una fiesta con diez jóvenes de entre 19 y 22 años

Una llamada a la 1.36 de la madrugada del domingo alerta de la posible existencia de una celebración ilegal

Pruebas de la Policía de Ávila
Pruebas de la Policía de ÁvilaRAÚL SANCHIDRIÁNEFE

La Policía Local de Ávila ha disuelto este pasado fin de semana una fiesta que se celebraba en un garaje en cuyo interior se encontraban diez jóvenes de entre 19 y 22 años que incumplían las medidas covid-19 establecidas por las autoridades sanitarias.Una llamada a la 1.36 de la madrugada del domingo alertó de la posible existencia de una fiesta ilegal, que fue corroborada por los agentes quienes, una vez en la zona, comprobaron el ruido y las voces elevadas desde el exterior del inmueble, han informado este lunes fuentes municipales.

Ante esta situación, la Policía llamó a la puerta del local y posteriormente certificó la existencia de un grupo de diez jóvenes que consumían bebidas alcohólicas, fumaban y no guardaban las distancias, ni las medidas de seguridad para evitar posibles contagios por coronavirus.

Los asistentes incumplían tanto las restricciones de la movilidad en horario nocturno, a la vez que sobrepasaban el número máximo de personas que pueden reunirse en un lugar cerrado, por lo que los agentes identificaron a los participantes a la fiesta, que tenían entre 19 y 22 años.

Por otra parte, mientras se identificaba a los jóvenes, fue localizada en la mesa en la que se encontraban todas las botellas de alcohol, “lo que parecía ser una pistola de airsoft”. Al preguntar los policías por la titularidad del arma, el joven que dijo haber alquilado el garaje, se identificó inicialmente como propietario, para después negarlo al serle pedida la documentación, informa Efe.

Ante esta situación, los agentes intervinieron pistola e informaron al supuesto propietario de que deberá presentar en dependencias policiales la documentación oportuna, en el caso de poseerla.En caso contrario, se realizará un informe-denuncia para poner los hechos en conocimiento de la autoridad competente, por una posible infracción al Reglamento de Armas.

La pistola intervenida, marca Y&P, modelo P-99, podría ser catalogada como “arma de cuarta categoría”, por lo que “debería estar debidamente registrada” y su titular, en posesión de la correspondiente tarjeta de armas.Tras su intervención, el arma quedó depositada en dependencias policiales.

Amenazas

Por otra parte, la Policía Local de Ávila ha detenido a un vecino de Ávila, de 35 años, como supuesto autor de un delito de “desobediencia grave”, cometido al “amenazar” a varios agentes con una navaja y un palo, además de “azuzar” contra ellos a un perro de raza Rottweiler.

Según han informado fuentes del Ayuntamiento de la capital abulense, los hechos se produjeron sobre las 22.30 horas de este domingo, cuando la presencia de los agentes fue requerida por un vecino de la ciudad, ante las molestias por ruidos en el domicilio de un portal situado en la zona sur.

Una vez en el lugar de los hechos, los agentes corroboraron esas molestias, trataron de comunicar con el inquilino y, tras múltiples intentos, abrió la puerta portando una navaja en la mano con la que comenzó a insultar y amenazar a los policías municipales.

Tras reclamar al vecino a que depusiera su actitud, el inquilino tiró la navaja al interior del domicilio, donde volvió a meterse, lo que obligó a la policía a volver a llamar a la puerta. Por segunda vez, abrió la puerta de su domicilio, pero esta vez portando un palo de madera, con el que amenazó a los agentes con golpearlos.

Esta actitud hizo que la Policía Local le insistiera en que cesara, tras lo que soltó igualmente el palo en el interior de la casa, aunque continuó con los insultos y una actitud agresiva, antes de llamar a un perro de raza Rottweiler al que azuzó hacia los agentes diciéndole al can que atacara.

Ante esta situación, los policías lograron cerrar la puerta del domicilio, quedando el perro en el interior, mientras que el dueño se revolvió contra ellos y acometió contra uno de ellos, ofreciendo una “fuerte resistencia”. Por ello, el inquilino de la vivienda tuvo que ser reducido utilizando la “fuerza mínima imprescindible”, para su detención como supuesto autor de un delito de desobediencia grave.