Sociedad

El alcalde socialista de Almazán, ocho meses sin carnet por conducir ebrio

Jesús Cedazo, que tendrá también que pagar seis euros de multa al día durante cuatro meses por un delito contra la seguridad vial, se salió de la vía y se precipitó por un desnivel de más de cien metros

El alcalde de Almazán, Jesús Cedazo
El alcalde de Almazán, Jesús CedazoLa RazónLa Razón

Al alcalde socialista de Almazán, Jesús Cedazo, le han quitado el carnet de conducir durante ocho meses después de que diera positivo por alcoholemia el pasado 7 de octubre en un control que le hicieron agentes de la Guardia Civil de Tráfico después de salirse de la carretera con el vehículo que conducía en la SO-20 y precipitarse por un desnivel de más de cien metros. Unas pruebas en las que el primero de los adnamantinos arrojó una tasa de 0.53 y 0.49 miligramos de alcohol por litro de aire en las dos pruebas a las que, con el debido intervalo, fue sometido por parte de la Benemérita.

Así lo ha decidido este jueves el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 4 de Soria, que ha ordenado la retirada del carnet de conducir durante este tiempo al primer edil adnamantino que además deberá pagar una multa de 720 euros, correspondientes a una cuota diaria de seis euros durante cuatro meses, por dicho delito contra la seguridad vial, por conducción de vehículos a motor bajo la influencia de bebidas alcohólicas, según reza la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León a la que ha tenido acceso este periódico.

Según se desprende de dicha sentencia, el alcalde de Almazán “conducía el vehículo después de haber ingerido bebidas alcohólicas en tal cantidad que mermaban de forma muy significativa sus facultades psicofísicas con el consiguiente riesgo para el resto de usuarios de la vía pública”.

Asimismo, en la resolución judicial se incluye que los agentes encontraron al alcalde con signos evidentes de “cansancio y agotamiento, vestido desarreglado con olor a alcohol, ojos brillantes, con notable capa de humedad, pupilas dilatadas, y que incluso se negó a realizar las pruebas de deambulación para determinar si era capaz de mantener sus pasos sobre una línea recta de tres metros, así como el signo de Romberg.