Vino

“Viñedos Olvidados”, el nuevo proyecto de Valtravieso que rescata zonas de viñedo tradicional y pone en valor variedades autóctonas

Valtravieso apuesta por la D.O. Arlanza, D.O. Jumilla y D.O. Ribera del Júcar para elaborar una colección exclusiva de cinco vinos basada en pequeñas elaboraciones

Viñedos Olvidados
Viñedos OlvidadosBorja Merino

“Viñedos Olvidados” es el último y nuevo proyecto de Valtravieso, con el que rescata zonas de viñedo tradicional que se estaban descuidando o abandonando corriendo el riesgo de ser arrancadas, así como pone en valor variedades autóctonas cuyas elaboraciones y destino no era el más apropiado.

Después de dar a conocer sus otros proyectos, “Vino de Páramo” y su primer vino de la línea “El Manifiesto” lanza “Viñedos Olvidados”, con el que se aleja esta vez de su origen Ribera del Duero, para dar paso a otras zonas donde ha descubierto tesoros ocultos con identidad propia.

El equipo de Valtravieso, dirigido por su gerente Pablo González Beteré y su enólogo Ricardo Velasco Pla, ha elaborado tres vinos en la montaña de Covarrubias en la D.O. Arlanza, un Monastrell en Fuente Álamo en la D.O. Jumilla y un Bobal en Casas de Benítez en la D.O. Ribera del Júcar. La bodega traslada así su conocimiento, experiencia en terreno y en vinificaciones a tres Denominaciones de Origen muy especiales y de gran potencial para presentar esta Colección Exclusiva de 5 vinos, cada uno con una identidad propia, bajo el sello de calidad Valtravieso.

Denominación de Origen Arlanza

La D.O. Arlanza se ubica en el centro de la provincia de Burgos. Se trata de una zona con los viñedos en altitud, concretamente los de Valtravieso se ubican entorno a los 1.000 metros sobre el nivel del mar. Esta altitud condiciona notablemente el desarrollo del cultivo y la maduración de la uva confiriendo una personalidad única a sus vinos.

Los viñedos de Valtravieso cuentan así mismo con una ubicación privilegiada en Covarrubias, el plena ribera del Arlanza y junto a la sierra de Las Mamblas con un paisaje excepcional compuesto de viñas centenarias en vaso. Esta zona es compleja y resulta muy difícil de trabajar. Requiere una gestión de viticultura extrema ya que no hay riego, hay muchas heladas, mucho bosque y animales que se comen el fruto. Sus suelos son pobres, muy viejos y bastante profundos, compuestos principalmente de aluvión con cantos rodados, arena y arcilla en el fondo.

Estos viñedos, muy antiguos, mantienen el estilo de plantación original donde convivían diversas variedades tanto de uvas tintas como uvas blancas, sin prácticamente espacio entre las viñas, requiriendo un trabajo muy manual y no permitiendo mecanizar la labor. A pesar de ser unos viñedos de alguna manera “olvidados” gracias a este singular terroir dan un fruto espectacular. Con la intención de preservar la esencia de la zona y manteniendo el estilo de producción original se han realizado análisis de microsatélites para detectar las variedades blancas dentro de los lineos de variedades tintas y de este modo conocer su patrimonio vegetal.

Presentación de Viñedos Olvidados
Presentación de Viñedos OlvidadosBorja Merino

Los viñedos están compuestos de multitud de variedades como son la tempranillo, que se encuentra al límite de la maduración por la confluencia de altitud y latitud, y la garnacha tintorera, entre otras muchas. Esta diversidad de varietales aporta complejidad y equilibrio en los vinos.

- Muniadona, blanco fermentado en barrica. Es un vino complejo, completo y complicado, inspirado en Muniadona, madre del primer conde de Castilla e ilustre vecina de Covarrubias en el siglo X. Elaborado con más de nueve variedades blancas perdidas (con una base de albillo mayor) de viñedos centenarios vendimiados racimo a racimo. Es un blanco con una boca sápida y ácida y una persistencia larga.

- Cerro Cerezo, tinto de parcela. Cercana al Río Arlanza, la parcela Los Lirios se dibuja a través de un paisaje rodeado de cerezos y un terreno que dibuja pinceladas de fina arena y canto rodado sobre un lecho arcilloso. Es la tierra donde enraíza el viñedo olvidado que dota a este vino de un carácter mineral, profundo y expresivo, de color ligero, fino, con una estructura precisa, una amplitud justa, y un final eterno sobre un tanino vibrante, floral y mineral.

- Las Mamblas, tinto de villa. La Sierra de las Mamblas perfila el horizonte de Covarrubias. En las zonas altas de sus laderas, cercanas a los 1.000 metros de altitud, se encuentran los viejos viñedos olvidados que dan origen a este vino y definen su personalidad: atlántico, elegante y honesto. Un vino que es reflejo fiel del carácter Arlanza. Fresco y directo, la mejor expresión del tempranillo ancestral en su limite norte de cultivo en Castilla y León junto con otras variedades como la garnacha, el bobal o la mencía.

Denominación de Origen Jumilla

La D.O. Jumilla es una de las más antiguas y un referente del vino del sudeste de España. Sus principales características son sus suelos calizos, su clima continental con influencia del Mediterráneo junto con escasas precipitaciones y sus viñas situadas a alturas comprendidas entre los 400-1.000 metros sobre el nivel del mar.

A mediados del siglo XIX cuando la plaga de la filoxera castigó amplios territorios europeos pocas parcelas se salvaron de ser afectadas y entre ellas algunas en el término municipal Fuente Álamo donde Valtravieso ha localizado y trabajado una selección de dos parcelas viejas en pie franco, es decir pie original de vitis vinífera sin injertar que están a una altitud de 980 metros sobre el nivel del mar. Estas parcelas en pie franco cuentan con un cultivo tradicional en vaso de monastrell muy viejo, variedad autóctona que se asienta sobre un suelo calizo.

La D.O. Jumilla se caracteriza por sus vinos de corte mediterráneo y muy alcohólicos. Valtravieso, por el contrario, trabaja la variedad Monastrell desde un enfoque más fresco, más vertical y no tan pesado, buscando el estilo propio de la casa, vinos finos, elegantes y verticales donde la madera acompaña pero no enmascara la personalidad de la uva.

- Pie Firme, Monastrell de pie franco. Altitud, caliza y carácter, son las tres cualidades que pueden resumir este vino surgido de parcelas con viñas en pie franco arraigadas a un terreno calizo en altitud que marcan mucho el carácter y tipicidad del vino.

Denominación de Origen Ribera del Júcar

La D.O. Ribera del Júcar nace en 2003 como iniciativa conjunta de un grupo de cooperativas elaboradas de vino y bodegas particulares de la provincia de Cuenca. Una comarca con un profundo arraigo en el cultivo de la vid y los cereales y que está influenciada por el río Júcar que recorre sus tierras. La altitud media es de 750 metros con un clima mediterráneo continental de altos contrastes de temperatura entre el verano y el invierno y una pluviometría baja con un régimen de humedad mediterráneo seco.

Sus suelos son profundos, de materia arcilloso-calcárea cubierto por un espectacular manto de cantos rodados donde reposan los viñedos. En este entorno, el río, el clima, la tierra y la labor paciente y constante de sus gentes han permitido obtener frutos únicos, especialmente con sus viñedos de los que se obtienen vinos de la más alta calidad.

El interés de Valtravieso en esta zona surge de la idea de rescatar y revalorizar viñedos antiguos de la variedad bobal de gran calidad que, por cuestiones de baja productividad, se estaban abandonando.

- Mil Cantos, Bobal. Contundente, equilibrado y atemporal, así es este vino que surge de unas parcelas muy viejas de bobal con una producción limitada junto con un porcentaje de airén muy viejo. Uva muy concentrada que da lugar a un vino contundente pero equilibrado, alejado de las modas y fiel reflejo de la uva.

Valtravieso nace en 1983, cuando se plantaron las primeras cepas en la finca “La Revilla”, un terreno ubicado en uno de los páramos calizos más altos de Ribera del Duero, concretamente a 915 metros de altitud. En 1994 Valtravieso saca sus primeros vinos al mercado y en 2002 se planifica la construcción de unas nuevas instalaciones, que cuentan con un total de 5.000 m2, marcando una línea más moderna que apuesta por la calidad y la excelencia.

La bodega lanza a comienzos de 2021 una nueva imagen de marca más actual y acorde a su filosofía, personalidad y esencia. Un cambio que aporta identidad a estos vinos elaborados a partir de unas viñas situadas en un lugar privilegiado como es el páramo. La finca se encuentra dividida en parcelas, dentro de cada parcela se separan las zonas calizas que aportan vinos más minerales, finos y elegantes, de otras zonas con vetas más arcillosas que aportan a los vinos mayor cuerpo y fruta.

Vino Viñedos Olvidados
Vino Viñedos OlvidadosBorja Merino

‘VALTRAVIESO Vino de páramo’, sello de calidad de la bodega, hace referencia a la identidad y beneficios que el páramo aporta a sus vinos: La ubicación (a más de 915 metros de altitud); el terreno (la materia arcillo-calcárea de sus suelos); las condiciones climáticas (fuerte amplitud térmica entre el día y la noche, con vientos constantes y poca lluvia) que consiguen una correcta maduración y calidad de la uva; así como la composición del suelo (con roca principalmente calcárea) que marca verticalidad en sus vinos. Una combinación que hace que en Valtravieso se elaboren vinos profundos, largos, con toques elegantes y frescos.

Entre la principal gama de Valtravieso se encuentra su principal vino ‘Valtravieso’ (crianza), ‘Finca La Atalaya’ (reserva), ‘VT Tinto Fino’, ‘VT Vendimia Seleccionada’ y ‘Gran Valtravieso’, así como su vino más desenfadado ‘Finca Santa María’ (roble) como vino de ensamblaje.

Valtravieso gestiona 170 Has de viñedo, de las cuales 100 Has se encuentran ubicadas en un páramo y de ellas 70 Has rodean la bodega y son en propiedad. El resto de Has pertenecen a viticultores fidelizados cuyo seguimiento y gestión se realiza como si fuese viñedo propio. Además, se trabaja de forma eco-lógica, sin herbicidas ni insecticidas. En la plantación actual un 81 por ciento es de la variedad Tinto Fino, un 11 por ciento de Cabernet Sauvignon, 6 por ciento de Merlot y 2 por ciento de Malbec.

A finales de 2021, la bodega Valtravieso lanza ‘El Manifiesto’, un concepto que trae al mercado una serie de vinos innovadores y muy especiales para los amantes de las curiosidades. Este nuevo proyecto surge de querer investigar, experimentar y crear vinos exclusivos con los que poder disfrutar de nuevos aromas y sabores. Su director técnico, Ricardo Velasco Pla, realiza cada año micro vinificaciones de combinaciones inusuales y minoritarias de las que poder aprender y quizás sacar al mercado en el futuro. De ahí surge, de manera natural estos vinos que aunque al principio son experimentales, se han convertido en uno de los tesoros más preciados de la bodega.

La primera referencia presentada por Valtravieso, con una pequeña producción de tan solo 387 botellas, es un albillo mayor fermentado con racimo entero durante una semana en depósito abierto, pisándolo todos los días una vez, al estilo oporto. La fermentación ha arrancado sobre las pieles y luego se ha trasladado a barricas de 300L de Stockinger para su crianza durante unos 14 meses. La uva con la que se elabora este vino se sitúa en las parcelas propias de Valtravieso a 915 metros de altitud.

El Manifiesto de Valtravieso es una forma de entender el vino. Como el propio Ricardo Velasco explica: “Es aprender de nuestros ancestros a hacer vinos innovadores. Es viajar a otros hemisferios en primavera para volver a nuestra casa en otoño. Es valorar lo propio y comprender lo ajeno”.

Ricardo Velasco es enólogo y director técnico de Valtravieso desde 2014. Un apasionado del sector vitivinícola, con gran vocación, que se dio cuenta siendo muy joven que quería formar parte de este sector. Le gusta mucho cómo los ingleses se refieren a su profesión, ‘WineMaker’, porque le parece que define muy bien lo que hace: encargado de hacer el vino que refleje el terroir de la zona. “Como enólogo de Bodegas Valtravieso mi objetivo es reflejar en nuestros vinos el terroir único del que proceden. En Valtravieso, por la altitud a la que se encuentran nuestros viñedos (915m de altitud), elaboramos vinos profundos y largos, no buscamos una estructura muy marcada y pesada sino frescura, fineza y elegancia, que la sensación de longitud la aporten sobre todo los aromas y el retrogusto en boca de tanino aromático”.