Seguridad

“El medio rural de Castilla y León es el más desprotegido de España”

Así lo asegura el secretario general de la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (Jucil) Ernesto Vilariño, quien sostiene que aún faltan unos 1.200 agentes para cubrir con garantías toda la Comunidad

Vilariño, Crespo y Leal, antes de la rueda de prensa
Vilariño, Crespo y Leal, antes de la rueda de prensaJucylLa Razón

“La escasa plantilla con la que se cubren los servicios en más de 260 cuarteles repartidos por toda Castilla y León y las distancias que muchos de estos guardias deben recorrer sólo para formar una patrulla con otro agente de otro cuartel diferente convierte a esta Comunidad en la región con el mundo rural más desprotegido de España”.

Así lo cree y así lo ha denunciado este miércoles el secretario general de la asociación profesional Justicia para la Guardia Civil (JUCIL) Ernesto Vilariño, durante una rueda de prensa que ha dado en León junto al presidente autonómico de la Confederación de Sindicatos Independientes y de Funcionarios (CSIF), Benjamín Castro, y el secretario de Comunicación de JUCIL, Agustín Leal, en la que harecordado que en estos momentos hay destinados en la actualidad 6.963 guardias civiles, pero que para cubrir con garantías todo el territorio harían falta 7.676 efectivos. O lo que es lo mismo, hacen falta otros setecientos agentes para ello, según el documento oficial que para Jucyl está descatalogado.

Por ello, Vilariño considera que para poder atender adecuadamente los servicios que nos demanda la sociedad castellana y leonesa serían necesarios al menos otros 1.200 agentes.

La demarcación de la Guardia Civil se extiende por más del 90 por ciento del territorio de Castilla y León, lo que unido a la dispersión de los núcleos rurales en esta región se convierte en una gran dificultad en la tarea de garantizar la seguridad de los ciudadanos y de sus bienes. “Una circunstancia que se agrava por la dispersión de los cuarteles, en su gran mayoría con solo dos, tres o cuatro guardias civiles, lo que les incapacita para ofrecer un servicio de 24 horas”, advierte.

“Muchas de estas instalaciones son en realidad ‘cuarteles fantasma’ con una dotación de solo dos personas, una que se ocupa de lo que se llama el trabajo de puerta, o sea, la recepción y atención a los ciudadanos, y otro compañero que tendrá que desplazarse con un vehículo para recoger a otro guardia civil perteneciente a un cuartel parecido para formar al menos una patrulla”, añade Vilariño.

La alianza con CSIF

El presidente de CSIF de Castilla y León, Benjamín Castro, por su parte, explica que la situación por la que atraviesa este colectivo “no es propia de una sociedad democrática” y destaca las características del acuerdo firmado a comienzos de año entre CSIF y JUCIL para formar un frente común y colaborar en diferentes ámbitos, entre ellos el de la recuperación del poder adquisitivo perdido desde años y agravado con las elevada tasas de inflación y el encarecimiento de la vida, mientras los salarios públicos sólo se han incrementado en un 3,5 por ciento.

El acuerdo firmado entre ambas entidades ha añadido, también incluye cuestiones como la colaboración en la defensa de las condiciones profesionales y económicas de estos empleados públicos, así como en sus condiciones de jubilación.

“Este año, por primera vez, la voz de los guardias civiles ha podido ser escuchada en las negociaciones de la Mesa del Funcionariado donde se ha discutido el incremento salarial de los próximos años”, decía Castro.

Desde Jucil aseguran que la solución pasa por la agrupación de esos cuarteles en núcleos operativos en las cabeceras de comarca. Así podría contarse con agrupaciones de más un centenar agentes en cada una de ellas. “Con instalaciones y material adecuado saldrían a la calle varias patrullas durante las 24 horas del día que recorrerían su demarcación, además de dar servicio al ciudadano podrían apoyarse entre ellas en un tiempo razonable”, señala Leal, consciente de que en el medio rural esta propuesta no es muy popular. “Nadie, ni el núcleo más pequeño, quiere desprenderse del cuartel de la Guardia Civil, pero operativamente en el siglo XXI es la más idónea”, insiste.

Como ejemplo de esta situación, desde Jucil recuerdan que las plantillas se las desean para conseguir turnos de mañana, de tarde y de noche. Estas condiciones se repiten de manera similar en Palencia, Valladolid, Zamora, Burgos, Salamanca o Soria y se dan hasta circunstancias llamativas, como un destacamento de Tráfico en Segovia donde solamente hay dos guardias civiles.

“En todas partes encontramos los mismos problemas y los más perjudicados, además de los agentes que tienen que hacer guardias y horas extraordinarias, son los ciudadanos, que ven socavado su derecho a una seguridad acorde con las circunstancias de una Europa bien entrada en el siglo XXI”, lamenta.

Vilariño apunta para finalizar que los guardias civiles deben dar el servicio de protección que requieren y necesitan los ciudadanos acordes a las amenazas que representa la delincuencia actual, cada vez más sofisticada y tecnificada. Por ello reclama una actualización de plantillas, mejores medios en vehículos, chalecos antibalas y pistolas eléctricas, además de instalaciones adecuadas para los tiempos que corren. “No es de recibo que la Guardia Civil esté en los últimos años siempre deficitaria en personal humano y medios materiales”, concluye.