Turismo
Bercianos de Aliste, donde la Semana Santa no se representa, se vive
Esta localidad zamorana cuenta con una Pasión declarada Bien de Interés Cultural Inmaterial que ofrece un viaje en el tiempo
En la provincia de Zamora, y más en concreto en la comarca de Aliste, se encuentra el pequeño municipio de Bercianos de Aliste.
Un pueblo, enclavado entre una de las numerosas montañas medias del paisaje alistano y el río Aliste, en la que el turista puede contemplar una singular y muy interesante arquitectura popular, en la que predominan las casas de piedra, portaladas, alguna balconada, importante cerrajería y hermosos pontones sobre el río.
Durante la mayor parte del año Bercianos es otro pueblo más de la comarca alistana, tranquilo, silencioso y acogedor.
El entorno es el de todo Aliste, la comarca más desconocida de Zamora, que tiene profundos valles, de solitaria belleza, excavados por los ríos, con abundante vegetación y fauna.
Una localidad que pertenece a la vecina San Vicente de la Cabeza, en la que hay censadas apenas 125 personas, pero que en estas fechas, en Semana Santa, el pueblo bulle y multiplica su población debido a la pasión, fervor y devoción con la que se vive la Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo en esta zona desde hace más de quinientos años, según consta en algunos documentos.
Bercianos de Aliste es un pueblo singular y digno de visitar, y no solo en Semana Santa, aunque ahora es una ocasión inmejorable para hacerlo por cuanto se trata de una celebración que está declarada como Bien de Interés Cultural Inmaterial además de Fiesta de Interés Turístico de Castilla y León, con un ritual solemne y austero que no deja indiferente a quien lo presencia por primera vez.
De hecho, la Semana Santa de Bercianos de Aliste está considerada como la joya del patrimonio cultural inmaterial de Europa, y es un ejemplo único de fervor religioso, tradición y unión entre sus cofrades.
Y es que en este municipio, que en la Edad Media estuvo integrado en el Reino de León, siendo repoblado por sus monarcas con gentes procedentes de El Bierzo -de ahí el nombre de Bercianos. se celebra cada año, rodeada de cruces y de un calvario de granito, una de las procesiones más rústicas y auténticas de la Península, con cofrades que visten totalmente de blanco la túnica que les hicieron sus prometidas antes de la boda y que, luego, le servirán de mortajas, mientras otros lucen las pardas capas alistanas, para asistir al desenclavamiento de Cristo y su introducción en la urna.
Un viaje en el tiempo para revivir estos sucesos históricos, porque en Bercianos de Aliste la Semana Santa se vive, no se representa, a quien los cofrades acompañan vistiendo las que algún día serán sus mortajas, túnicas blancas de lino. Un desfile en el que participan casi todos los vecinos del pueblo, donde predomina un silencio que impone y pone la piel de gallina, que solo se rompe con las voces que entonan el Miserere Alistano, que los hombres cantan en latín y las mujeres responden en castellano.
Se cuenta que los ritos de la Semana Santa en Bercianos se remontan a la Edad Media. De entonces data la primera prueba escrita del ritual, la bula que, en 1536, concedió el papa Pablo III a los cofrades de Bercianos, hombres y mujeres, a quienes otorgaba, entre otros privilegios, indulgencias plenarias y absolución de censuras como recompensa por su ferviente representación de la Pasión y Muerte de Cristo. Antes o después, en algún momento sin identificar, los cofrades decidieron desfilar la tarde del Viernes Santo con su propia mortaja, una muestra de gratitud por haber sobrevivido el pueblo a una epidemia de peste, según relata la tradición oral en la zona.
Desde entonces, apenas ha cambiado el ritual que año tras año repiten los varios centenares de hermanos de la Cofradía del Santo Entierro de Bercianos de Aliste. El único cambio de esta era moderna es que las mujeres pueden vestir la mortaja o túnica blanca además de la necesaria rehabilitación que han sufrido algunas las tallas que desfilan, porque lo que no se ha modificado es el fervor y la devoción de los fieles y quienes participan de la Semana Santa del municipio.
Las imágenes del Sermón del Descendimiento, el Cristo articulado que los cofrades vestidos con sus túnicas blancas o mortajas recogen de la Cruz, el desfile de los hermanos que suben al Calvario... son instantáneas que permanecen en la retina de las miles de personas que a lo largo de los años se han acercado a la comarca de Aliste para sentir de cerca el fervor de esta Pasión.
Programación
Este Jueves Santo, a las 16.30 horas, tendrá lugar la Eucaristía de la “Cena del Señor” en la iglesia de San Mamés.. Acto seguido, los cofrades saldrán en procesión hacia el Calvario ataviados con sus capas pardas alistanas. Cada uno de ellos recibe un hachón con una vela en su interior, que portarán durante la procesión que sigue al oficio religioso. Hablamos de la procesión de la Carrera, uno de los principales actos de la Semana Santa en Bercianos. Los hombres portarán las Capas Pardas Alistanas de Honras y Respeto, mientras que las mujeres llevarán los mantones, mantillas y velos negros. Finalizada la procesión, el Juez de la cofradía congrega a todos los hermanos para anunciar el nombre de quienes han solicitado entrar a formar parte de la misma. Por otra parte, quienes lo solicitaron el año anterior pasan a jurar su nuevo estatus con un sencillo beso en la vara que sostiene el párroco. El acto termina con el anuncio más esperado de todos, el que se repite de forma casi invariable desde hace siglos: “Mañana habrá Santo Entierro como otros años”.
Esa noche, a partir de las 22:00 horas, los vecinos del pueblo volverán a reunirse en la iglesia para el rezo conocido como la Hora Santa.
En el día de Viernes Santo los Santos Oficios darán comienzo a las 12 de la mañana y por primera vez estarán oficiados por el Obispo de la Diócesis de Zamora Fernando Varela Sánchez. Por la tarde, a partir de las 16:30 horas, el sacerdote Teo Nieto Vicente será el encargado de pronunciar el Sermón del Descendimiento en la plaza de la iglesia. Los penitentes saldrán de la iglesia entonando el sobrecogedor “Perdón oh Dio Mío. / Perdón y clemencia. / Perdón indulgencia. / Perdón mi señor” al encuentro de Cristo Crucificado en la “Plaza de la Pasión”. Allí tendrá lugar el Sermón de Descendimiento y el Desenclavo. Durante su prédica, varios cofrades vestidos con túnicas de lino bajarán la figura del Cristo Crucificado para depositarla en la urna y comenzar así la procesión del Santo Entierro, el momento estelar de la celebración.
El cortejo fúnebre iniciará su recorrido siguiendo el Vía Crucis, camino del Calvario, abierto por los pendones de luto (negro y morado), portados por los mozos, con los cofrades vistiendo la túnica de blanco lino que a su muerte será mortaja. Al llegar al Calvario, frente a las cruces de Cristo, Gestas y Dimas, se rechazará y cantará a las “Cinco Llagas”.
Aunque para muchos vecinos de Bercianos el acto más especial y emotivo es la procesión de la Soledad, que transita por las calles del pueblo entrada la noche, a partir de las 22:00 horas.
La Semana Santa llegará a su fin el Domingo de Resurrección a las 12 horas con la emotiva procesión de Encuentro y eucaristía.
El desfile sigue dos recorridos diferentes: una para los hombres, que acompañan una talla de Cristo Resucitado; y otro para las mujeres, que bajan por el pueblo con la figura de una Virgen ataviada con un manto negro.
Además de la Semana Santa, Bercianos de Aliste cuenta con otros actos tradicionales que reúne a todos los vecinos y los lugareños. Uno de ellos es el Corpus Christi, que protagoniza una tradicional misa y una procesión que recorre todas las calles del pueblo haciendo paradas en los altares. Las niñas y niños que han celebrado la Primera Comunión marchan delante del sacerdote derramando pétalos de flores al paso del Señor.
Otra celebración típica de Bercianos de Aliste es el Día del Antruejo, que se celebra el sábado siguiente al Martes de Carnaval, en el alcalde manda a “cada pardal a su espiga” y los hombres a las tareas de limpieza que se les encomienda, limpiar las riberas del río Aliste, recoger basura, limpiar el pueblo, mientras que las mujeres ponen al fuego los alimentos que tras las jornada van a degustar como el hornazo del panadero, la chanfaina y el pote del cordero, que reúne a todos a la mesa, que concluye con la subasta del escabeche sobrante, el aguardiente, y los más pequeños mostrando sus disfraces.
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