Cultura

Una chova piquirroja escondida durante siglos conecta Salamanca con Canterbury

El ave sirvió de pista a unos estudiosos aficionados para descifrar un vínculo histórico en la techumbre del convento de Santa Clara

GRAF5830. SALAMANCA, 16/01/2024.- Robert Andrew Willis, decano de Canterbury entre 2001 y 2022, visita esta semana por tercera vez Salamanca para la grabación de un documental sobre la figura de Santo Tomás y la conexión de ambas ciudades en torno a su figura. EFE/J.M.GARCIA
El decano emérito de Canterbury visita Salamanca por un documental sobre Santo TomásJMGARCIAAgencia EFE

Las ciudades de Salamanca (España) y Canterbury (Inglaterra) estrechan lazos gracias a un ave: la chova piquirroja que Las ciudades de Salamanca (España) y Canterbury (Inglaterra) estrechan lazos gracias a un ave: la chova piquirroja que sirvió de pista a unos estudiosos aficionados para descifrar un vínculo histórico en la techumbre de un convento, un hallazgo que ha visitado esta semana Robert Andrew Willis, el popular decano emérito de la ciudad británica.

El convento es el de Santa Clara y el conjunto iconográfico data del siglo XIII, aunque permaneció oculto hasta 1973 entre la bóveda de la iglesia barroca construida sobre el anterior templo medieval y el tejado del convento.

Los 150 emblemas pueden contemplarse a la altura de los ojos gracias a unas pasarelas instaladas para tal fin, pero no ha sido hasta que se han cumplido los cincuenta años de su descubrimiento que unos estudiosos han dado un giro a su interpretación.

"Durante medio siglo se pensó que eran escudos de familias nobles salmantinas, suponiendo que eran las que habían patrocinado el convento, aunque no se pudo identificar a la mayoría. Nosotros, a comienzos de 2023, decidimos intentar averiguar qué podía significar aquello", ha explicado a EFE Miguel Ángel Martín Mas, un docente de secundaria que, junto a Charo García de Arriba, interventora de la seguridad social, tiró de la pista de la chova piquirroja.

Entre las figuras representadas en el conjunto hay leones, castillos, un par de arpías y otro par de dragones, pero sobre todo destacan unas aves con plumaje negro y pico y patas rojas, córvidos que no se pueden ver en los campos de Salamanca y que tampoco se suelen encontrar representados en ningún otro edificio civil o religioso, una presencia sorprendente que primero advirtió el biólogo salmantino Raúl de Tapia Martín (Raúl Alcanduerca).

Esta ave es la que aparece representada, tres veces, en el escudo Canterbury, un hecho que estos estudiosos enseguida vincularon con la cercanía de la iglesia románica de santo Tomás Cantuariense, santo inglés conocido como Thomas Becket, que fue arzobispo de Canterbury y al que se le atribuyó un escudo de armas con este pájaro.

La vida de la reina berenguela

Martín y García tienen la tesis de que fue la reina Berenguela I de Castilla (1180-1246), y reina consorte de León al casarse con Alfonso IX, la que ordenó pintar unas chovas piquirrojas alusivas al santo Tomás de Canterbury, cuyo culto había introducido su madre, Leonor Plantagenet, en los reinos cristianos ibéricos.

"Todo apunta a que la reina aprovechó su mecenazgo para dejar reflejada su vida en el friso de la techumbre a través de emblemas que, probablemente, en su época nadie identificó al completo, pues muchos de ellos están alterados de forma que el mensaje quede, al menos parcialmente, oculto", explican los estudiosos en un exhaustivo blog donde plasman sus investigaciones y que lleva por nombre "La chova piquirroja".

Con estos hallazgos y tesis, los dos investigadores aficionados preparan un libro con el Centro de Estudios Salmantinos, que revisarán posteriormente especialistas, en el que recopilarán toda la información que han trabajado durante ya más de un año.

El decano emérito de Canterbury se ha interesado por este vínculo, que ha dado a conocer a su amplia audiencia anglicana en sus famosos vídeos en internet, y esta semana ha vuelto a visitar Salamanca y recorrido el conjunto iconográfico con Martín.

"El decano está encantado de la conexión que se puede establecer entre Canterbury y Salamanca, dos ciudades de cultura y universitarias. Él tiene clarísimo que es una representación que tiene que ver con esa dinastía", ha indicado el docente, que comparte con García dos aficiones que esta vez han convergido: la historia y la ornitología., un hallazgo que ha visitado esta semana Robert Andrew Willis, el popular decano emérito de la ciudad británica.

El convento es el de Santa Clara y el conjunto iconográfico data del siglo XIII, aunque permaneció oculto hasta 1973 entre la bóveda de la iglesia barroca construida sobre el anterior templo medieval y el tejado del convento.

Los 150 emblemas pueden contemplarse a la altura de los ojos gracias a unas pasarelas instaladas para tal fin, pero no ha sido hasta que se han cumplido los cincuenta años de su descubrimiento que unos estudiosos han dado un giro a su interpretación.

"Durante medio siglo se pensó que eran escudos de familias nobles salmantinas, suponiendo que eran las que habían patrocinado el convento, aunque no se pudo identificar a la mayoría. Nosotros, a comienzos de 2023, decidimos intentar averiguar qué podía significar aquello", ha explicado a EFE Miguel Ángel Martín Mas, un docente de secundaria que, junto a Charo García de Arriba, interventora de la seguridad social, tiró de la pista de la chova piquirroja.

Entre las figuras representadas en el conjunto hay leones, castillos, un par de arpías y otro par de dragones, pero sobre todo destacan unas aves con plumaje negro y pico y patas rojas, córvidos que no se pueden ver en los campos de Salamanca y que tampoco se suelen encontrar representados en ningún otro edificio civil o religioso, una presencia sorprendente que primero advirtió el biólogo salmantino Raúl de Tapia Martín (Raúl Alcanduerca).

Esta ave es la que aparece representada, tres veces, en el escudo Canterbury, un hecho que estos estudiosos enseguida vincularon con la cercanía de la iglesia románica de santo Tomás Cantuariense, santo inglés conocido como Thomas Becket, que fue arzobispo de Canterbury y al que se le atribuyó un escudo de armas con este pájaro.

La vida de la reina berenguela

Martín y García tienen la tesis de que fue la reina Berenguela I de Castilla (1180-1246), y reina consorte de León al casarse con Alfonso IX, la que ordenó pintar unas chovas piquirrojas alusivas al santo Tomás de Canterbury, cuyo culto había introducido su madre, Leonor Plantagenet, en los reinos cristianos ibéricos.

"Todo apunta a que la reina aprovechó su mecenazgo para dejar reflejada su vida en el friso de la techumbre a través de emblemas que, probablemente, en su época nadie identificó al completo, pues muchos de ellos están alterados de forma que el mensaje quede, al menos parcialmente, oculto", explican los estudiosos en un exhaustivo blog donde plasman sus investigaciones y que lleva por nombre "La chova piquirroja".

Con estos hallazgos y tesis, los dos investigadores aficionados preparan un libro con el Centro de Estudios Salmantinos, que revisarán posteriormente especialistas, en el que recopilarán toda la información que han trabajado durante ya más de un año.

El decano emérito de Canterbury se ha interesado por este vínculo, que ha dado a conocer a su amplia audiencia anglicana en sus famosos vídeos en internet, y esta semana ha vuelto a visitar Salamanca y recorrido el conjunto iconográfico con Martín.

"El decano está encantado de la conexión que se puede establecer entre Canterbury y Salamanca, dos ciudades de cultura y universitarias. Él tiene clarísimo que es una representación que tiene que ver con esa dinastía", ha indicado el docente, que comparte con García dos aficiones que esta vez han convergido: la historia y la ornitología.