Historia

¿Cuáles son las Plazas Mayores más grandes de España?

La número 1 te sorprenderá

Plaza Mayor de Medina del Campo
Plaza Mayor de Medina del CampoAyuntamiento Medina del CampoAyuntamiento Medina del Campo

Las plazas mayores se han convertido con el paso del tiempo en las zonas más importantes y en los lugares emblemáticos de pueblos y ciudades españolas, y jugaron un papel fundamental en la formación de las villas. Normalmente están situadas en el centro neurálgico, y suelen estar rodeadas de monumentos, comercios y establecimientos hosteleros.

La Plaza Mayor, cuyo término se ve por primera vez en una ordenanza de los Reyes Católicas de 1480 como el lugar que debe llevar el lugar de una población con suficiente espacio abierto para celebrar el mercado y en el que debe instalarse la Casa Consistorial del ayuntamiento, se convirtió durante esa época en el punto de nacimiento y crecimiento de los pueblos y las ciudades.

Además, se utilizó este nombre para la “plaza de armas”, debido a la prevención de utilizarlas como principal punto de reunión en caso de un ataque, por lo que, además de los principales edificios públicos (casa consistorial e iglesia mayor) alojaban arsenales o guarniciones de armas.

El nombre oficial de muchas plazas con estas denominaciones, al igual que el del resto de la toponimia urbana, ha sufrido cambios de naturaleza política. Por ejemplo, en España ha sido corriente que se sustituyera por Plaza Real o Plaza de la Constitución alternativamente, según cambiara el gobierno durante los siglos XIX y XX, mientras en algunos países de América se les llamó Plaza de la Independencia.

Muchas son y de diversas formas las plazas mayores que existen en nuestro país. Grandes, pequeñas, espectáculares, rectangulares, abiertas, cerradas, pero en esta ocasión vamos a hablar del tamaño, y la más grande de España te sorprenderá porque no está en una capital de provincia. 1- La Plaza Mayor más grande de España es la de la localidad vallisoletana de Medina del Campo, con más de 14.000 metros cuadrados.

La Villa de Medina del Campo fue uno de los centros europeos más importantes del comercio de la lana durante las Edades Media y Moderna. Como centro exportador, la ciudad tenía mucha relación con el centro manufacturero de Amberes. El 21 de agosto de 1520, en el contexto de la Guerra de las Comunidades, la localidad vallisoletana se negó a entregar la artillería presente en la ciudad a las tropas imperiales de Carlos V a sabiendas de que, si se las entregaban, estas serían utilizadas contra Segovia. La respuesta realista consistió en provocar el incendio de varias partes de la localidad, hecho conocido como la quema de Medina, lo que produjo la destrucción de buena parte de la villa y el estallido definitivo del hasta entonces incipiente movimiento comunero en toda la Corona de Castilla.

La Plaza Mayor de Medina del Campo se denomina la de la Hispanidad, que cuentan con más de 14.000 metros cuadrados de extensión. Esta pieza clave en el entramado del pueblo supuso todo un hito en la historia del urbanismo, ya que es el antecedente al modelo de la plaza mayor porticada.

 

Fue configurada durante la Edad Media justo en un cruce de cañadas y concentra no solo parte de la historia de la villa, sino de todo el país. La Plaza Mayor medinense resume por sí misma buena parte de la historia de la villa. Los edificios singulares que se alzan en uno de sus flancos muestran al visitante, en un golpe de vista, la presencia de tres instituciones: la Iglesia, el Municipio y la Monarquía, encarnados respectivamente en la Colegiata de San Antolín, el Ayuntamiento y los restos de lo que en su día fue Palacio Real.

Las antiguas denominaciones de sus aceras: el Potrillo, la Joyería, la Especiería, la Armería, la Mercería, etc. nos recuerdan, aún hoy, las actividades feriales de los mercaderes instalados en cada una de ellas. Hasta los sucesivos nombres dados a esta Plaza Mayor, primero de San Antolín y del Mercado y más cercanamente de la Constitución, de la República, de España y hoy en día de la Hispanidad, reflejan los sucesivos avatares históricos.

Este espacio se trata de uno de los principales foros mercantiles de su época, a partir de la creación de las Ferias en los primeros años del siglo XV. Varios incendios acaecidos al final de este siglo y, sobre todo, el producido durante la Guerra de las Comunidades en agosto de 1520, varían su imagen, originariamente formada por viviendas de parcelación estrecha y profunda, con fachadas de dos plantas con reducido soportal de pies derechos. Con las ordenanzas dictadas tras el incendio de aquel año, empieza a advertirse una preocupación por regularizar los pórticos, aleros y alturas no sólo en la plaza sino también en las calles que a ella confluyen, en su totalidad asoportaladas.

 

Los dos siglos siguientes forman un período marcado por el ocaso de las ferias y el declive general de la villa, del que tan solo cabe reseñar, en la década central del siglo XVII, la construcción del nuevo edificio consistorial, ubicado entre la colegiata y el palacio real, acompañado de la inmediata casa de los arcos sobre la calle de Salamanca, que confieren ya a la plaza el carácter de municipal.

A partir del último tercio del siglo pasado -las consecuencias de la llegada del ferrocarril en 1860 son más que notorias-, la imagen de la plaza mayor, la antigua rúa y las restantes calles del centro histórico de la villa, cambia radicalmente. El Ayuntamiento acuerda que sólo se mantengan los soportales de la plaza, derribándose los de las calles confluyentes para conseguir una mayor amplitud del viario público.

Asimismo, la nueva ordenación de estos momentos contempla el aumento de la altura de los pórticos -ahora formados por columnas de hierro y gruesos pilares de piedra en las esquinas-propiciando la aparición de nuevas tipologías arquitectónicas con materiales distintos a los usados tradicionalmente, como el hierro y el ladrillo prensado que, unidas a las construcciones recientes de las décadas de los sesenta y setenta, configuran una imagen renovada.

Pero la Plaza Mayor, no es el único tesoro de Medina del Campo. También es muy recomendable de visitar por otra serie de monumentos muy emblemáticos, que han convertido al municipio vallisoletano en un referente.

Castillo de la Mota

Medina del Campo se fundó en el siglo XI en la mota donde hoy en día se encuentra el castillo. Aunque actualmente esta zona se encuentra en la periferia de la localidad, originalmente fue el centro de la villa. Gracias a la repoblación en el inicio de la Baja Edad Media y a las ferias comerciales del siglo XV y XVI, Medina se convirtió en uno de los lugares más importantes de Castilla, llegando a tener 20.000 habitantes a finales del siglo XV (la misma cifra que en la actualidad). El castillo destaca como uno de los lugares más interesantes de Medina: su construcción fue encargada a mediados del siglo XV por los reyes Juan II y Enrique IV de Castilla, y los Reyes Católicos (Isabel I de Castilla y Fernando II de Aragón) culminaron la gran obra de la barrera artillera en 1483.

La función principal del castillo desde su creación fue la defensiva, pero además de ser un lugar militarmente estratégico acogió entre sus salas las funciones de archivo (donde se guardaron parte de los documentos de la corona) y de cárcel para presos tan ilustres como Hernando Pizarro o César Borgia. Fue uno de los objetivos de las tropas imperiales de Carlos V durante la revuelta de los Comuneros en 1520.

La planta de la fortaleza tiene forma trapezoidal don dos fuertes murallas (la interior y la barrera o barbacana exterior). El acceso principal se efectúa a través de dos puentes (tan sólo el segundo era levadizo) por un gran arco coronado con el escudo de los Reyes Católicos de año 1483, fecha en la que se finaliza la construcción del castillo.

 

Después de la Guerra Civil Española, en la década de 1940, el edificio interior fue reconstruido para albergar en él la Escuela de Mandos de la Sección Femenina, un centro para realizar el servicio social femenino.

Hoy en día el castillo pertenece a la Junta de Castilla y León, conviviendo los dos usos actuales: uso turístico y centro formativo para cursos y congresos.

Colegiata de San Antolín

Se trata de uno de los edificios históricos más importante de la villa. Se encuentra situado en la plaza mayor de la localidad y, aunque la parte principal es característica del gótico final, la construcción es compleja, abarcando estilos desde principios del siglo XVI hasta el XVIII, e incluso modificaciones posteriores.

 

Palacio Real Testamentario

Es un palacio originariamente construido en el siglo XIV, aunque fue ampliado varias veces. Fue de estilo mudéjar, pero se conserva muy poco del edificio original. Fue mandado construir por los Reyes Católicos y fue testigo de muchos de los importantes acontecimientos históricos que tuvieron lugar en Medina del Campo, centro de comercio y finanzas que adquiere su máximo esplendor a finales del siglo XV. En este palacio testó y murió la reina Isabel la Católica en 1504.

El edificio actual es una recreación didáctica que alberga el centro de interpretación del personaje histórico de la reina Isabel la Católica. A lo largo de sus salas los visitantes descubren este importante personaje histórico y su época, prestando especial atención al testamento y codicilio de la reina y al Tercer Viaje de Cristóbal Colón.

2- Plaza Mayor de Valladolid: La Plaza Mayor de Valladolid es una de las más grandes de España. Concretamente la segunda con más de 9.532 metros cuadrados.Se la conoce como Plaza Mayor desde el siglo XIV, ya que su nombre anterior era Plaza del Mercado. Los gremios que antiguamente se ubicaban en las inmediaciones de esta plaza principal, han sido sustituidos hoy en día por bares, joyerías y bancos.

Cerrada y con soportales, la plaza ha sido usada como mercado y como escenario de celebraciones populares a lo largo de la historia de Valladolid. Entre los sucesos más destacados de los que la Plaza Mayor de Valladolid fue protagonista, destacan los autos de fe de la Inquisición, retratados por Miguel Delibes en su novela El hereje.

 

En 1561, tras un incendio que acabó con prácticamente toda la ciudad, Felipe II se comprometió a reconstruir su ciudad natal y la dotó de la primera plaza mayor regular de España. Su estructura ha sido copiada posteriormente en otras ciudades como Madrid o Salamanca.

El edificio más importante de la Plaza Mayor es la Casa Consistorial, sede del Ayuntamiento de Valladolid. Se trata del monumento más vistoso de toda la plaza gracias a su bonita fachada barroca. Si tenéis tiempo suficiente, os recomendamos verlo de noche, su iluminación es realmente espectacular.

La estatua del Conde Ansúrez es la otra gran protagonista de la Plaza Mayor de Valladolid. En el centro de la plaza, el fundador de la ciudad aparece sosteniendo la bandera, mientras que las caras laterales del pedestal retratan escenas de la vida del conde.

3- Plaza Mayor de Madrid: La tercera en cuanto a tamaño, es la de Madrid con 9.400 metros cuadrados. La Plaza Mayor empezó a cimentarse sobre el solar de la antigua Plaza del Arrabal, donde se encontraba el mercado más popular de la villa a finales del siglo XV, cuando se trasladó la corte de Felipe II a Madrid. En 1617 se encarga al arquitecto Juan Gómez de Mora establecer uniformidad a los edificios de este lugar, que durante siglos ha acogido festejos populares, corridas de toros, beatificaciones, coronaciones y también algún auto de fe.

En el siglo XV, la Plaza Mayor recibía el nombre de Plaza del Arrabal, que fue sustituido por otros nombres como: Plaza de la Constitución, Plaza Real y Plaza de la República. El nombre actual se conserva desde finales de la Guerra Civil.

 

En la Plaza Mayor exsisten tres lugares de especial interés:

- Estatua de Felipe III: Creada en 1616 por Juan de Bolonia y Pietro Tacca, fue un regalo del Duque de Florencia al rey español. Hasta mediados del siglo XIX estuvo en la Casa de Campo.

- Casa de la Panadería: Es el edificio más importante y fue el primero en comenzar a construirse en 1590. Inicialmente fue la tahona más importante de Madrid. La fachada está decorada por Carlos Franco.

- Arco de Cuchilleros: Este arco conforma la más conocida de las nueve puertas de acceso que tiene la Plaza Mayor. El nombre viene de la calle con la que comunica, la calle Cuchilleros.

4- Plaza Mayor de Lerma (Burgos): Creada como escenario para eventos festivos para la corte española a comienzos del siglo XVII. Se utilizó como mercado de transacciones, como coso taurino en las llamadas fiestas del toro enmodorrado (los toros eran rejoneados por los nobles y sin ser matados eran "incitados" a entrar en un callejón que conducía directamente al precipicio; así morían despeñados) y como corral de comedias. Tiene una superficie de cerca de 7.000 metros cuadrados. En la actualidad se cierra con dos alas porticadas, uno de viviendas y otro que en origen fue pasadizo Ducal, pero en su origen estaba porticada por todos los flancos excepto por el ocupado por el Palacio Ducal. En esta plaza se encuentran dos monumentos importantes: Palacio ducal y Monasterio de San Blas.

 

5- Plaza Mayor de Salamanca: La quinta Plaza Mayor más grande de España es la de Salamanca con 6.400 metros cuadrados. Del siglo XVIII, es una de las más bellas plazas monumentales urbanas de Europa. Comenzó a construirse en 1729 a instancias del corregidor Rodrigo Caballero Llanes. El proyecto fue a cargo del arquitecto Alberto de Churriguera, al que siguió su sobrino Manuel de Lara Churriguera y fue finalizado por Andrés García de Quiñones en 1755. Situada en el centro de la ciudad, forma un cuadrilátero irregular soportalado, de tres pisos en cada fachada, presidido por el Ayuntamiento.

 

En el Pabellón Real destaca la efigie del rey Fernando III El Santo y los medallones de las enjutas de sus arcos representan a monarcas españoles. En el pabellón sur, o de San Martín en los medallones vemos a ilustres militares o conquistadores, mientras que en el pabellón de petrineros las figuras de los medallones son personajes de la cultura.