Medio Ambiente

La Junta celebra la presencia de parejas reproductoras de buitre negro en las Arribes del Duero

Los resultados del censo de las poblaciones de este ave en Castilla y León confirman la "tendencia positiva" de la especie que venía detectándose en los últimos años

El buitre negro, especie amenazada, vuelve a resurgir en la Sierra de la Demanda burgalesa
Una especie de buitre negroIcalIcal

La Junta de Castilla y León celebró la presencia confirmada de parejas reproductoras de buitre negro en el lado salmantino del parque natural de Arribes del Duero, espacio protegido compartido con la provincia de Zamora. Así, al inicio del presente año, se descubrió la existencia de tres nidos que actualmente están ocupados por tres parejas reproductoras. En este momento, los trabajos de prospección siguen su curso y tal vez sea posible detectar otras zonas de nidificación de buitre negro a lo largo del año.

Según informó la Junta, a pesar de que los avistamientos de la especie eran “numerosos”, los datos de los censos de anteriores temporadas sólo habían podido confirmar la reproducción del buitre negro en los nidos naturales y plataformas artificiales presentes en la parte portuguesa. Tal y como constatan los datos de los censos de avifauna que se comparten entre los dos parques fronterizos (Arribes del Duero-Douro Internacional), la población en el río Duero fronterizo en 2023 fue de tres parejas reproductoras, que nidificaron íntegramente en Portugal.

De esta forma durante el pasado año, en el marco de los trabajos de seguimiento y marcaje de pollos de la población reproductora de águila perdicera, se recopilaron nuevos datos sobre la situación del buitre negro en la frontera del Duero facilitados por la empresa Oriolus, de manera que se inició una colaboración con el parque natural de Arribes del Duero y los agentes medioambientales que realizan los censos de fauna en el tramo fronterizo para poder confirmar las sospechas de posible reproducción del buitre negro en la parte española.

El periodo de cría del buitre negro se extiende durante más de seis meses y es por ello que, desde el mes de enero, es necesario comenzar con las visitas a las zonas de reproducción, utilizando una “rigurosa metodología” y realizando un “exhaustivo trabajo de campo” en una zona “de muy difícil acceso” y que, en el caso de España, sólo se ve desde Portugal.

Sin duda, la aparición de tres parejas reproductoras representan un “marco importante” para la conservación del buitre negro en estas dos áreas protegidas y una buena perspectiva de trabajo continuado en el seguimiento de fauna que se realiza de manera coordinada por ambos parques Naturales.

Así, los resultados del censo de las poblaciones de buitre negro en Castilla y León han venido confirmando la “tendencia positiva” de la especie que venía detectándose en los últimos años. El seguimiento realizado por técnicos, agentes medioambientales y celadores de Medio Ambiente, en el marco del Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León, abarca cada año la totalidad de las colonias de cría presentes en la Comunidad, que se distribuyen por las sierras de Gredos, Ávila, Guadarrama, Gata, Francia y La Demanda en las provincias de Ávila, Segovia, Salamanca y Burgos respectivamente, permitiendo conocer la evolución de una de las especies más emblemáticas del territorio.

De esta manera en 2022 se alcanzaron las 661 parejas repartidas en siete núcleos de nidificación, lo que significa el “máximo histórico” para la especie en Castilla y León. Esta tendencia se corrobora en el parque natural de Arribes del Duero, ente Salamanca y Zamora, al confirmarse en 2024, por primera vez, la nidificación de tres parejas reproductoras en la parte salmantina de este espacio protegido, constituyendo además un nuevo núcleo de nidificación para la especie.

En España, el buitre negro es una especie incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de ‘Vulnerable’ y en la normativa europea se encuentra incluido en el Anexo I de la Directiva Aves que recoge a aquellas especies que deben ser objeto de medidas de conservación especiales en cuanto a su hábitat, con el fin de asegurar su supervivencia y su reproducción en su área de distribución.