Tradiciones

Mascaradas de invierno, de estar mal vistas a foco de atracción turística: conoce las más populares

Castilla y León es una territorio de tradiciones y costumbres arraigadas, de creencias mágicas y de una extensa cultura popular, religiosa y pagana

Celebración de la mascarada de invierno de Los Carochos, este 1 de enero en Riofrío de Aliste
Celebración de la mascarada de invierno de Los Carochos, este 1 de enero en Riofrío de AlisteJ. L. LealIcal

Castilla y León es una territorio de tradiciones y costumbres arraigadas, de creencias mágicas y de una extensa cultura popular, religiosa y pagana, que va desde romerías hasta creencias mágicas de todo tipo, que han ido pasando de generación en generación a través de los siglos.

Un ejemplo de ello son las mascaradas que, aunque muchas de ellas se amontonan al inicio de la Cuaresma, tras el Carnaval, con la llegada del invierno cobran también protagonismo, sobre todo ahora en el inicio del nuevo año, y en los pueblos más pequeños de la Comunidad, sobre todo de las provincias de Zamora, Soria, León, Palencia, Burgos y Ávila, que es donde se encuentran las mascaradas más antiguas de cuantas se conocen en la Península Ibérica, por cuanto en tierras lusas son también habituales.

Se suelen celebrar entre el solsticio de invierno y el equinoccio de primavera y se trata de carnavales atávicos están poblados de personajes a caballo entre lo animal y lo humano. Estas festividades son de origen prerromano o céltico y se adaptaron bien a la cultura romana, dispuesta a adoptar costumbres, dioses y fiestas. Y suelen representar el paso de de la juventud a la madurez adulta.

Diablos, zangarrones, tafarrones, madamas, visparros y todo tipo de personajes recorren las calles de distintos municipios en los que el desorden, el caos, los gritos, los saltos y las cerraras son habituales en estas celebraciones que en el inicio del cristianismo fueron vistas como representaciones paganas y por ello fueron desaparecieron poco a poco debido a las multas y sanciones que se imponían a quienes las practicaban.

Si bien, muchas aprendieron a convivir con la religión y se refugiaron en tiempo de Cuaresma y Carnaval.

Aún hoy se conservan alrededor de medio centenar de mascaradas de invierno en Castilla y León, que los vecinos de cada población recrean con entusiasmo y devoción para mantenerlas y difundirlas y que se han convertido a su vez en foco de atractivo turístico y, por ende, como revulsivo económico en esas zonas.

En estas líneas queremos acercar algunas de estas mascaradas más tradicionales.

El Zangarrón por las calles zamoranas de Sanzoles
El Zangarrón por las calles zamoranas de Sanzoleslarazon

El Zangarrón (Montamarta, Zamora)

Ayer 1 de enero fue el turno de El Zangarrón que recibía al Año Nuevo en la localidad zamorana de Montamarta ataviado con un traje estrafalario, un tridente para golpear a los vecinos, un cinturón de cencerros para que se le oiga mientras va casa por casa felicitando el año a los vecinos para pedirles el aguinaldo, y una careta negra de corcho.

Hasta once personajes, cada uno de ellos tiene una indumentaria y utensilios propios , participan en Los Carochos de Ríofrío de Aliste
Hasta once personajes, cada uno de ellos tiene una indumentaria y utensilios propios , participan en Los Carochos de Ríofrío de AlisteJ. L. LealIcal

Los Carochos (Riofrío de Aliste, Zamora)

También el primer día del año, en la localidad zamorana de Riofrío de Aliste se celebra la mascarada de Los Carochos, una de las más ancestrales que se mantienen hoy, declarada de Interés Turístico Regional, y en la que participan nada más y nada menos que hasta once personajes, todos y cada uno de ellos con su indumentaria y utensilios propios (máscaras, tenazas, polainas, cencerros o capa). Divididos en tres grupos, irrumpen en el espacio público al mediodía.

Primero aparecen los dos protagonistas, envueltos en humo, seguidos por el grupo de Los Guapos. A continuación, les sigue El del Lino para, después, hacerlo Los Filandorros, carro tirado por dos burros incluido, y El Gitano que cierra la comitiva, según reza en la web que habla de este rito (https://loscarochos.es/el-rito-de-los-carochos/.)

La careta del diablo grande, el personaje más conocido, es una máscara plana de corcho, pintada de color negro y con los ojos ribeteados de rojo, una nariz alargada y colmillos. Va vestido con una piel de oveja, chaqueta negra, pantalón, botas y polainas y su indumentaria se completa con media docena de cencerros sujetos a la cintura y unas tenazas extensibles de color rojo con las que amenaza a quien se cruza en su camino.

Los Carochos visitan las casas de los paisanos y piden el aguinaldo, en tanto que los Guapos hacen lo mismo, pero detrás de los protagonistas, utilizando la siguiente fórmula al entrar en cada casa: ‘Buenos días de Años Nuevos, en salida de Años Viejos, en vida de (cita los moradores de la casa)”. Y al salir, los personajes lo hacen con un ‘Que de hoy en un Año’.

Talanqueira o Visparra (San Martín de Castañeda, Zamora)

En la víspera de Reyes, el 5 de enero, se celebra en la localidad sanabresa de San Martín de Castañeda la “Talanqueira o Visparra”, una de las mascaradas de invierno de la provincia de Zamora más peculiares.

Una colorida vaca de tela, es el personaje principal de esta mascarada en la que tienen cabida otros personajes singulares como los visparros, el ciego y el cernadeiro, que no tienen otra misión que lanzar puñados de ceniza al público.

Todos ellos recorren las calles de la localidad y persiguen a la gente cantando y bailando para pedir el aguinaldo en forma, sobre todo, de embutidos y frutas.

Los Tafarrones de Rodiezmo (León)
Los Tafarrones de Rodiezmo (León)Rodiezmo de la terciaLa Razón

Los Tafarrones (Rodiezmo, León)

También en el primer día del año, la localidad leonesa de Rodiezmo acoge otra festividad muy arraigada conocida como Los tafarrones, en la que participan el tafarrón grande, la güela, el güelo, el barbero, la barbera y el mariquita, quienes, desde casi el alba, desfilan por las calles del pueblo y hacen la ronda por las casas del municipio hasta que llega el momento culminante, que es la representación del parto de la güela, el afeitado de los paisanos por parte del barbero o el inventario de las propinas recibidas, que luego que sirven para fiestas y cenas posteriores.

Estos güelos representan a la madre naturaleza. Muchas hilan y otras paren algo muerto, como gran madre de todos. Antiguamente la güela tenía una gran chepa y el güelo golpeaba con una gran maza.

La Bufa de Aldeadávila de la Ribera
La Bufa de Aldeadávila de la RiberaAldeadávilaLa Razón

La Bufa de San Antón (Aldeadávila de la Ribera, Salamanca)

La Bufa de Aldeadávila de la Ribera se celebra la víspera del Santo, el 16 de enero. Es la primera Mascarada de Invierno de la provincia de Salamanca y su objetivo es ahuyentar a los malos espíritus a través del sonido ensordecedor de cencerros, cazuelas y carracas.

La bufa sale al exterior para espantar a los malos espíritus recorriendo las calles del pueblo. Los asistentes al evento cogen paja de un carro y corren detrás del Judas y de la Urga (bruja) para ahuyentarlos. Al llegar a la plaza, quien sea cogido por uno de estos dos personajes, tiene que agarrase de la mano hasta ir formando una cadena con todos los que han sido atrapados.

Las señales de está burla se revelan en los capirotes en forma de mitra y en las vestimentas realizadas con arpillera, simbolizando las ropas que vestían los monjes que habitaban el Convento de La Verde. El vestuario era adornado con cencerros a la cintura, vejigas hinchadas, cintas de colores y cualquier instrumento que sirviera para hacer ruido y, de esta forma, espantar al Judas y la Urga con el objetivo de evitar la esterilidad de sus animales y campos, papeles que representan a los malos espíritus y que cobran forma en un ser abominable, con aspecto de animal, y una bruja de poderes malignos.

Finaliza la fiesta con un convite popular, compuesto principalmente de empanadas y dulces típicos: perrunillas, mantecados y hojaldres, para el público que ha participado en la fiesta.