Curiosidades
Los montes de la mujer muerta y sus leyendas del mal de amores
Caballeros medievales, pastores, tribus romanas, granjeros e incluso el gran Hércules forman parte de los mitos asociados a la formación de esta cadena montañosa con forma femenina
Castilla y León es un territorio con mucha historia y plagado de mitos y leyendas que la agrandan aún más. Brujas, pasadizos secretos, pueblos abandonados, castillos encantados con habitaciones vacías, puertas y ventanas que se abren y se cierran o ruidos sonoros, además de montañas, ríos y lagos mágicos forman parte de esta sabiduría popular que se ha pasado de boca en boca e lo largo de los siglos y que aún se mantiene y se recuerda en gran parte de la región, sobre todo en zonas rurales, donde estas creencias están más arraigadas.
Y uno de estos rincones con mucho halo de misterio que sigue despertando la curiosidad e incluso admiración por quienes lo contemplan, sobre todo en época invernal y si hay nieve, se encuentra en la provincia de Segovia, y más en concreto en la sierra de Guadarrama.
Ya se sabe que las montañas tienen algo de misterioso y místico, quizás por haber sido moradas de de los dioses, pero en este caso algo más por cuanto detrás del conjunto de montes de La Pinareja, el Montón de Trigo, el Cerro Camacho, la Peña del oso y el Pico Pasapán se esconden varias leyendas a cada cual más singular y variopinta sobre la conformación de esta cadena montañosa, en las que se mezclan el amor y la mitología, y que tiene siempre a una fémina de armas tomar como protagonista: son las leyendas de la mujer muerta de Segovia.
De hecho, visto desde la llanura segoviana esta cadena montañosa toma la aparente forma de una mujer tumbada, dormida o muerta, cubierta por un velo y con los brazos entrecruzados.
La Pinareja (2.197 m) es la cumbre que forma la cabeza de la Mujer Muer, mientras que la Peña del Oso (2.196 metros) es el pecho sobre el que tiene sus manos. La tercera cumbre, que formaría los pies, sería el Pico de Pasapán (2.005 m).
La Mujer Muerta se extiende de oeste-suroeste a este-noreste a lo largo de unos once kilómetros y en su línea de cumbres hay montañas que superan los 2.100 metros de altitud. Además, en la vertiente sureste se encuentra el valle del río Moros, cubierto por espesos bosques de pino silvestre.
La primera de estas leyendas que hablan de cómo se esculpió sobre las montañas la figura de esa mujer tiene entre sus protagonistas a Hércules, nombre romano del héroe griego Heracles, la figura más popular de la antigua mitología griega, que en uno de sus viajes por Iberia con el objetivo de fundar la ciudad de Segovia en compañía de un apuesto caballero, este último, en un descanso del viaje cerca de Navas de Riofrío, se enamoró de una mujer que estaba bañándose en el río Peces, con otras amigas, y que casualmente era una bella princesa.
El caballero pidió a su padre la mano de su hija, pero el monarca no podía hacerse a la idea de perder a la hija que tanto amaba y prefirió matarla que verla con ese hombre. Después, arrepentido, el rey se encerró en sus aposentos y a los tres días murió de pena. El enamorado pidió a Hércules que esculpiese sobre la sierra de Guadarrama la figura de la princesa fallecida para que nadie pudiera olvidarla.
Una segunda versión de esta leyenda habla de la lucha de dos hermanos gemelos de una tribu prerromana que comenzaron a pelearse por el trono y que la madre, que no podía aguantarlo y temiendo que alguno de ellos acabara perdiendo la vida, ofreció a los dioses su vida a cambio de que la lucha cesara. El sacrificio fue acepato, y un día, cuando los dos gemelos se iban a enfrentar a muerte, se produjo una terrible tormenta acompañada de intensas nevadas y ventiscas al tiempo que el suelo se empezó a levantar hasta que apareció el cuerpo de la madre en forma de gran montaña que los hijos reconocieron y, desde entonces, decidieron dejar de combatir y compartir el liderazgo de la tribu. De hecho, hay quien dice, que aún hoy, se suelen acercar a la montaña de vez en cuando y al atardecer dos pequeñas nubes que besan a la montaña.
Existe una tercera leyenda en la que dos caballeros que estaban enamorados de una misma mujer se enfrentaron en una lucha a muerte con sus espadas, y que la mujer intermedió en la disputa llevándose la peor parte, ya que se puso en medio y una de las espadas acabó clavada en su cuerpo perdiendo en ese instante la vida para desesperación de los caballeros. Tras ello se produjo una tormenta espantosa acompañada de fuertes temblores de tierra, tras la cual se formó una montaña con forma de mujer atravesada por sus espadas.
La última de las versiones que se conoce sobre cómo se formó esta cadena montañosa con forma de mujer tiene a un pastor y a la hija de un granjero como protagonistas. Cuentan que entre ambos surgió el amor, pero que este pastor era muy celoso y cierto día otro hombre intentó cortejar a su amada y que al verlo, ciego de ira y de cólera, decidió matar a los dos.
Entonces se desató una gran tormenta con rayos y truenos que partió la tierra y se tragó al pastor asesino mientras de los más profundo de la tierra surgieron unas montañas con la forma de la mujer que había sido asesinada.
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