Tradiciones

La leyenda de la condesa viuda y su gallardo hijo que da origen al toro enmaromado de Benavente

Hoy miércoles, como cada año desde el siglo XVI antes del Corpus, los benaventanos celebran su día grande con este festejo popular por las calles del municipio que protagoniza "Rencoroso"

Cientos de zamoranos acudieron, un año más, a celebrar el Toro Enmaromado de Benavente
Cientos de zamoranos acudieron, un año más, a celebrar el Toro Enmaromado de Benaventelarazon

La localidad zamorana de Benavente lleva desde el lunes de fiesta, y este miércoles, como siempre antes del Corpus Christie, celebra su día grande con la suelta por las calles del municipio del toro enmaromado.

Declarado de interés turístico regional, se trata de un festejo popular muy arraigado -de hecho las primeras manifestaciones o referencias del mismo se encentran en el siglo XV con las reses bravas como protagonistas ya sea en forma de encierro, toros a la jineta o alanceados y siempre vinculado a la festividad del Corpus, una celebración católica que expresa lo religioso, lo social, lo político, lo cultural en la celebración erigida al cuerpo y la sangre de Cristo, destinada a celebrar la eucaristía.

El festejo se hace muy presente en las últimas décadas del siglo XVI en las partidas correspondientes a los gastos de las fiestas del Corpus como el “buey enmaromado”, entendiéndose como tal una res brava, especialmente en relación con las propinas que se daban a los zangarrones y mozos que los conducían o guiaban en su recorrido.

Durante el siglo XIX hubo varios momentos históricos que afectaron la festejo, como revoluciones guerras, crisis económicas o falta de caudales que pusieron en riesgo su celebración pero la voluntad de los benaventanos lo impidió. Si bien en el siglo XX sí que se suspendió de forma temporal hasta que a finales de los años treinta, con el fin de la Guerra Civil, retornó con fuerza esta tradición que no ha dejado de celebrarse hasta la actualidad, con gran arraigo y participación como una de las señas de identidad local.

Toro enmaromado de Benavente
Toro enmaromado de BenaventeJose Luis LealAgencia ICAL

Pues es tarde a las siete y media comienza el festejo, en el que se sigue un itinerario fijo que discurre por las calles del municipio, con el animal, atado por las astas mediante una maroma de normalmente 100 metros de longitud, a través de la cual se va guiando al animal por un recorrido previamente establecido y descansando en tres argollas predeterminadas.

Los mozos, que se cuentan por centenares, corren agarrados a una larga maroma sujeta a las astas del toro que realiza su carrera desde el toril, precedida por el estruendo de tres cohetes o bombas que anuncian previamente el acontecimiento, poniendo con ello en aviso al público. A la conclusión del festejo, el toro es conducido al matadero donde es sacrificado como indica la normativa de festejos taurinos de Castilla y León.

‘Rencoroso’ es es el nombre del astado que recorrerá las calles de la localidad zamorana de Benavente esta tarde a partir de las siete y media. El animal nació el 15 de diciembre de 2017, pesa 590 kilos, es castaño bragado corrido codillero, de la ganadería de Luis Algarra Polera, finca ‘La Capitana’, es un Juan Pedro Domeq de la localidad sevillana de Almadén de la Plata. El animal, tiene como señal de Oreja una rajada en la derecha y hendida en la izquierda.

Recorrido del Toro Enmaromado: Salida Toril, Calle de las Eras, Plaza del Toril, Calle de San Antón, Calle Matadero, Calle Herreros, Calle de las Cortes Leonesas, Plaza Mayor, Pasaje de las Guindas, Calle La Rúa, Plaza de Santa María, Plaza de la Madera (1ª Argolla), Calle Candil, Plaza San Martín, Travesía San Martín, Calle Sinoga, Cuesta del Río, Plaza Juan Carlos I, Calle Carros, Travesía Alfonso IX de León, Calle Santa Clara, Plazuela de los Leones, (2ª Argolla), Calle Ancha, Corrilo de Renueva, (3ª Argolla), Cuesta del Portillo de San Andrés, Calle del Agujero de San Andrés y Avenida El Ferial.

La leyenda que dio origen a la fiesta

La fiesta del toro enmaromado tiene aparejada una leyenda que dio origen a la misma y que ha pasado de padres a hijos de forma oral durante numerosas generaciones hasta nuestros días.

Según parece existió una señora condesa, viuda y con un solo hijo, quienes vivía en el castillo de Benavente. El joven conde, que contaba con 19 años, era muy aficionado a los toros y un gran garrochista, los que se dedican a detener y poicar a los toros con una vara larga con punta de acero, pero también una suerte de torear a pie que consiste en saltar al toro ayudándose con un palo largo.

Toro enmaromado de Benavente
Toro enmaromado de BenaventeJose Luis LealAgencia ICAL

El joven conde pidió permiso a su madre para participar en un festejo en honor a un alto personaje de la corte de Castilla, y aunque mató a su primer enemigo y se ganó el favor de los asistentes, en el segundo las cosas no salieron como esperaba. El toro atacó y derribó al caballo primero, para después arremeter con fuerza y ferocidad contra el indefenso conde al que corneó en varias ocasiones hasta matarle.

Tras el entierro, la condesa mandó apresar al toro causante de la muerte de su hijo, amarrarle por los cuernos con una larga y pesada maroma y, como castigo, hacerle recorrer las calles de la villa mientras se le apuntillaba.

Más tarde, la señora condesa “decretó” que todos los años en las vísperas del Corpus, se corriese por las calles y plazas de la villa Benavente un “toro enmaromado”, dándole muerte como castigo a perpetuidad de aquel otro que mató a su hijo. Además, se cuenta que, al poco tiempo, la condesa murió de pena, y que en ciertas noches de luna aún se la oye llorar.